Somos móviles con piernas en un mundo digital
Se fue ya el 2019 y están en marcha las estrategias para afrontar el 2020. ¿Ya sabe nuestro sector cuál es el entorno actual y las principales líneas de trabajo identificativas? Tenemos que adivinar y analizar cuales son las nuevas tendencias que marcarán el paso del sector joyero-relojero.
Potenciar la digitalización es clave. Este campo no ha despegado del todo en nuestro sector.
La fuerza del consumidor existente y presente en redes sociales es un gran instrumento en el cambio social. Recordemos una vez más que el consumidor es el que controla la oferta y el que toma decisiones.
El fabricante y el distribuidor han de hacer cambios profundos en su lenguaje y en sus acciones. Se tiene que asumir que se pueden hacer mejor las cosas y hacerlas. Las variables culturales, cambios sociales, gustos y otros muchos factores, han de ser tenidos en cuenta.
La demanda del consumidor no va a cambiar. Quiere productos fáciles , actuales, frescos, sostenibles, a buen precio, que le den comodidad, satisfacción y placer en la compra. Recordemos que se tiene que hacer todo lo posible por nuestro planeta y sus habitantes.
Hay que ganar dinero, sí, pero para que nos permita seguir creciendo y hacer feliz al cliente final.
Debemos actuar todos con criterios de sostenibilidad e ir en busca de una sociedad mejor. Hoy se impone la rapidez y la cultura; ejes muy potentes en nuestra empresa.
Los grandes retos ha de ser: Atraer capital humano, retener al cliente y a los empleados, saber adaptarlos a los cambios sociales y tecnológicos… y ser fieles en el momento escogido.
No todo vale para un estable-cimiento o cualquier negocio. Se necesitan personas formadas y adecuadas, que estén motivadas y capaces de adaptarse al instante al entorno que les rodea. Personas satisfechas con ellas mismas y con los demás. Luego llegarán los frutos.
Adaptación de establecimientos, marcas, productos, marketing, comunicación… y todo ello pensando en el comprador final. Una vez quiero dejar muy claro que es el consumidor el que impulsa a la innovación.
Las nuevas estrategias han de buscar omnicanalidad, sostenibilidad, tecnología y talento.
Debemos pensar a lo grande y ante la digitalización hay que actuar de manera ofensiva y no a la defensiva.
Se necesita un plan de digitalización, un rumbo claro y una hoja de ruta a seguir. Solo una empresa está digitalizada cuando en toda su cadena pone la tecnología a cada servicio, ya sea producción, distribución, promoción y venta. Y los empleados son los primeros en entender el lenguaje de la empresa para que llegue claro y nítido al consumidor final.
Las empresas tienen que hacer las cosas por y para una mejor calidad de vida de sus clientes. El cliente tiene que estar en el centro de todo lo que hagamos.
Se acerca un futuro lleno de tecnología y robótica. ¿Donde está esa formación para lo que se va a necesitar? Yo la desconozco. No veo a nadie pensando en serio en el puesto de trabajo que está por descubrir.
Somos conscientes de que la mayoría de las funciones a desempeñar están todavía por llegar. Aquí recuerdo una frase del director del colegio de La salle donde estudié: “Estoy seguro que la mayor parte de las cosas que os hemos enseñado no van a formar parte de vuestro trabajo diario, pero estoy contento a la vez, porque os hemos preparado para la vida y sabréis adaptaros a los cambios que se presenten”.
Se acercan momentos extraordinariamente flexibles, adaptados al momento real, con poca tirada en cantidad de productos y con capacidad de ser sustituidos. Somos móviles con piernas. El mundo digital lo está transformando todo y a velocidad de vértigo. La integración del nuevo mundo online-offline ha de ser inmediata .
El consumidor de hoy busca formas de ayudar al mundo y quien lo sepa enseñar o demostrar, será el gran beneficiado.