Estamos al final de un túnel y tal vez al principio de otro; sí, de otro y más largo, y con muy poca claridad en su interior. El antes y el después empieza a asomar la patita. Todo va a ser diferente tras el COVID-19…
O lo que es lo mismo, nada volverá a ser igual. Habrá nuevas reglas de juego, y en campos desconocidos. Sí, seguro, muchos negocios ya no volverán abrir; otros se tendrán que transformar, y lo que es más importante, los que queden, se tendrán que adaptar. En mucho tiempo no vamos a ver viajantes visitando establecimientos y aconsejando productos o marcas. El miedo al contagio va a ser latente por las dos partes.
Las tiendas van a tener que saber buscar y seleccionar productos y proveedores; y los proveedores van a tener que saber elegir establecimientos adecuados y preparados para en nuevo escenario.
La búsqueda del consumidor final va a requerir un esfuerzo titánico por parte de la marca y del establecimiento que la ofrece. Más que nunca se va a necesitar la unión de todos los actores para tener éxito.
Y debemos tener en cuenta que tan establecimiento es el físico como el virtual. Para todos se nos abre un campo nuevo con un amplio abanico de posibilidades por explorar. Otros, tal vez, arrastren alguna experiencia de intentos de cambio anteriores .
Llegó y estamos aprendiendo y cogiendo experiencia en el teletrabajo. Llegará el televiajante. Habra teledetallistas… Nunca tan acelerado se va a presentar el comercio online, pero si viene acompañado de la confianza del detallista cercano y de toda la vida, seguro que el resultado va a a ser mucho más fructífero
Ante situaciones desventajosas que se nos presenten, encarémoslas con coraje y heroísmo. Debemos recordar que la vida sin causa es una vida sin efecto. Es muy importante que nuestra mente, nuestras formas de actuar estén en sintonía con la realidad del momento.
Nunca tan necesario va ser una adaptación al entorno para sobrevivir. En esta vida siempre hay un acontecimiento que es el responsable de que dejemos de progresar. Pero sobre todo hay que dar pasos en buena dirección. Dominemos la impaciencia. Es muy importante coger el fruto cuando está maduro. Y no dejar que se pase en el árbol.
El camino correcto es el arte de llenar lo que falta y quitar lo que sobra. Otro aspecto muy importante está en el sector, pensando en ayudar antes que condenar o criticar lo que otro haga.
Seamos imbatibles; no luchemos unos contra otros. Solo unidos y tirando en una misma dirección VENCEREMOS.
Somos un sector luchador y acostumbrado a las crisis, pero dentro de nosotros hay una fuerza salvaje que debemos intentar controlar. Si no, nos destruirá. Hoy más que nunca es necesario poner los cinco sentidos en todo lo que vayamos hacer.
Tenemos que sumergirnos en un mundo desconocido para descubrir lo que está por venir. Los momentos van a ser muy apasionados y debemos descubrir las señales para poder avanzar. Solo con entusiasmo vamos a lograr lo imposible.
Debemos querer y creer en el cambio del sector y juntos haremos que el mundo conspire en buena dirección. No será fácil, pero solo hay un camino y debemos explorarlo.
Todo va a ser diferente, cambios constantes, adaptaciones permanentes, paisajes diferentes, una nueva economía, necesidad de transformación…, pero no nos podemos detener. Nadie va a justificar no haber cumplido nuestra satisfacción.
Debemos concentrarnos todos y encerrarnos en nuestro objetivo. Siempre hay un momento para actuar; el nuestro es ahora. Nos queda por delante la esperanza de haber tomado la decisión acertada.
Tenemos que estudiar otra lección y aprender lo nuevo. Es el momento de dejar de opinar sobre el vecino y prestar total atención a lo nuestro.
Igual es necesario dejar todo lo que hacíamos y dar un giro. Hagámoslo, pero sigamos adelante. Está muy claro, el entorno ha cambiado y nuestra adaptación a él ha de ser permanente e inminente.