Un año que se presenta movido y con temas candentes por resolver
Desde Italia, cuna de la joyería, Valenza cerró el ciclo y lo abre Vicenza este mes de enero. A la primera localidad fui invitado el 10 de diciembre a una jornada en la que la alta joyería “Made in Piamonte” sacaba a debate la sostenibilidad y la multicanalidad. Sin duda, dos temas que representan un reto clave para el futuro del mundo del lujo y que deben integrarse en la cultura interna de la empresa, tanto en lo que se refiere al proceso productivo como al producto en sí. Sostenibilidad que vuelve a ser tema recurrente en la cita de VicenzaOro y que también ha protagonizado el encuentro de los profesionales catalanes con motivo del día de nuestro patrón, San Eloy.
Dicen los expertos que comprar es un acto político. El impacto social y medioambiental de nuestra oferta como sector no puede ser ninguneado ante un cliente que es parte integrante del movimiento actual. Es lo que nos toca, y lo que no solo debe salir de nuestros actos, sino directamente desde el corazón. Y no podemos afirmar que esto sea inviable, dado que las nuevas tecnologías permiten a través de códigos ver la trazabilidad de un producto en todo momento. Nuestro sector lo ha de implantar al 100% y con urgencia.
La multicanalidad es otra de las candentes realidades. Comenzamos a plantearlo hace años desde Grupo Duplex y algunos nos tacharon de locos. ¿Omnichannel? ¡Ufff! Y aquí lo tenemos.
Afortunadamente algunas empresas han tenido la visión y voluntad de prepararse para los cambios. Pensemos por ejemplo en las distintas cadenas de tiendas que han surgido y se han expandido motivadas por la crisis y la llegada de centros comerciales que obligaron a adaptarse a los nuevos cauces de comercialización.
La crisis y los nuevos hábitos del consumidor obligaron a posicionarse, y varios que todos conocemos lo han hecho muy bien. Esto, unido al nuevo canal online, coloca al sector en España en un antes y un después.
Cerramos un año que ha colocado ante nuestros ojos y mente temas de candente reflexión. Y puedo asegurarles que 2020 se presenta movido. Incluyendo al mundo de la relojería, al que también “le crecen los enanos”. Como ha previsto Festina Group a través de la adquisición de Kronaby, los relojes inteligentes llegaron para quedarse, son una realidad ante la que el sector no puede ni debe aplicar la política del avestruz. De hecho, están ahí y su desarrollo, más cuota de mercado, es inexorable, amenazando con comerse la de los denominados relojes tradicionales.
Otro de los problemas ya lo advertimos en mi artículo de diciembre en Contraste. La alta relojería está presionando a sus partners de toda la vida obligándoles a inversiones desorbitadas e incluso prescindiendo sin más de ellos cuando abren un punto de venta propio cercano. Una guerra que sin duda creará más bajas en nuestro ya castigado sector.
Tenemos muchas cosas pendientes, pero también una llamada a la disciplina en la resolución de conflictos, por el bien de todos nosotros.
Hay un gran problema por resolver porque no escuchamos para entender, si no que escuchamos para contestar. Estamos en un sector feudal de empresas celosas de lo que hacen. No se quieren abrir, no quieren comunicarse. Y olvidamos que lo mismo que está la habilidad de escuchar para aprender, también está la de compartir para aumentar la competitividad colectiva. Les planteo un desafío. Nuestro sector tiene que contribuir a cambiar el mundo. Y para bien. Hemos de tener el coraje de plantearnos nuestros errores pasados para que no vuelvan a ocurrir nunca más. Hemos de tener la valentía para afrontar lo que el mercado y el consumidor nos está pidiendo. Hemos de aprender a soñar lejos, a ver más allá de donde alcanza la vista. Que este 2020 nos sea proclive.