Conocido como el «oro ruso», Peter Carl Fabergé fue uno de los primeros en utilizar el oro rosa. Ahora es una opción para la joyería que se ha vuelto atemporal.
El oro rosa es la tonalidad más elegante, femenina y contemporánea de las joyas de Gold & Roses. A la hora de elegir una joya, buscamos que la tendencia se alíe con la atemporalidad, para dar con piezas que perduren en el tiempo. El oro rosa da vida a joyas que son un deseo en el joyero.
Su aspecto rosado, delicado y a la vez moderno surge de la aleación de oro, el componente dominante, con cobre. Joyas con un carácter más dulce, perfectas para el día y la noche y para resaltar los sutiles tonos de rubor gracias a su cálido brillo. El oro rosa se funde con la piel sin ser invisible y destaca sin ser ostentoso, convirtiéndolo en una experiencia visual espectacular.
¿Qué hay detrás del oro rosa?
A pesar de que es una tonalidad conocida desde hace tiempo y que cuenta ya con una gran popularidad en la joyería actual, este metal precioso no empezó a utilizarse hasta el siglo XIX en Rusia. Conocido como «oro ruso» en aquella época, ya que eran los únicos portadores de esta aleación, paso a llamarse oro rosa cuando la mezcla se popularizó entre los joyeros de todo el mundo.
Peter Carl Fabergé, famoso joyero de los zares, fue uno de los primeros en utilizar el oro rosa en sus creaciones más ornamentales: sus famosos Huevos Fabergé, lo que permitió dar a conocer el metal en todo el mundo.
Durante la época Victoriana el oro rosa tuvo mucho protagonismo y en la época del Art Decó estuvo siempre presente, a pesar de que el oro blanco era bastante popular. El oro rosa añadía feminidad y calidez a las joyas. Hoy en día, el oro rosa vuelve a ser una opción para la joyería. Aunque las tendencias van y vienen, la belleza y el encanto de este suave tono rosado es algo que se ha apreciado durante siglos: siempre será atemporal.