Hay que romper barreras internas y ser ágiles
Los expertos opinan que este año el turismo se puede acercar a los 45 millones. El proceso de vacunación está acelerando la vuelta a la normalidad en este sector, uno de los más importantes ejes de nuestra economía, que no lo pasó nada bien el pasado año. Y, por ende, los negocios joyeros que gravitan alrededor del mismo.
Otro dato a tener en cuenta es que a compra online no favorece el hacerla por impulso, pero ya forma parte de la vida del consumidor. Prestemos mucha atención a este apartado.
Y el optimismo nos hace pensar que en 2022 veremos un año de ventas a pleno rendimiento. Pero el consumidor actual es más exigente y está mucho más informado. Las decisiones de compra las toma con mucho más análisis que antes.
Siempre una crisis llega cargada de oportunidades si se sabe ver bien. Estos momentos vividos nos dejan un consumidor que busca mucha seguridad después de todo lo pasado y el entorno en que estuvo metido.
Hay que optimizar las palancas comerciales entre fabricantes, distribuidores y el consumidor final. La innovación es otra clave urgente. Los fabricantes en gran parte están desarrollando estrategias omnicanal y provocando la venta directa al cliente final.
El mundo tomó otro rumbo y es muy necesario adaptarnos a esa nueva realidad. Hay que romper barreras internas, ser flexibles, ágiles y trabajar coordinadamente. Debemos buscar una relación entre formatos físicos y online. Y en un contexto nuevo que lleva a nuevos retos, oportunidades y a otra agenda de trabajo distinta.
Muchos proyectos que teníamos para 2020 se quedaron aparcados y es necesario retomarlos con urgencia.
Es el momento de que nos comprometemos con el cliente y nos acerquemos emocionalmente a él. Pero siempre sabiendo que las necesidades ya no son las mismas y las prioridades tampoco. Todos coinciden en la necesidad de apoyo a la innovación, impulso a la digitalización y compartir datos prioritarios. Vivimos tiempos confusos y es necesario construir confianza.
Durante este tiempo muchos fabricantes escucharon a sus clientes y se lanzaron de lleno a producir aquello que les llenaba de emoción y satisfacción. Aprovechemos el impulso de la transformación necesaria y sin fronteras.
En poco más de un año pasamos del miedo y desconocimiento a la incertidumbre, desilusión, tristeza y agotamiento. Ahora en muy pocos meses vamos a dar la vuelta a todo eso y rebrotar con toda la ilusión, actitud, fuerza y ganas de comer el mundo. Les invito a ello.