“Oponerse por sistema tal vez no sea la solución real”
El mundo hiperdigital nos abre panoramas de grandes oportunidades. En los próximos años nos vamos a encontrar con oportunidades inéditas que sin duda mejorarán las condiciones de vida. El uso inteligente de la tecnología va a tener un impacto importante en nuestras vidas. El mundo que nos espera será sin duda un lugar mejor para vivir, pero hay que ser capaces de superar los retos con los que nos vamos a topar.
Nadie contaba con la guerra que estamos sufriendo, pero esta también terminará. El problema y la tristeza es que muchas vidas humanas no van a poder disfrutar de lo que está por llegar.
El mundo que nos espera va a tener importantes costes, sobre todo humanos. Este mundo digital que muchos vemos como un sueño, hay quien lo presiente como una pesadilla. Debemos pararnos a reflexionar sobre todos los escenarios que se van a presentar en el futuro para evitar que esas pesadillas se conviertan en realidad.
A través del mundo digital estamos totalmente conectados y vigilados. Será para fines positivos o nos tendremos que hacer la pregunta de ¿quién vigila al vigilante? ¿Cómo podemos confiar en la buena fe de los intrusos?.
Vamos a depender de inteligencias artificiales que se van a convertir en entes con plena conciencia. ¿Será el ser humano prescindible por completo? Lo cierto es que entramos en una nueva realidad mundial. Un hito con punto de inflexión en la historia de la humanidad.
Si las máquinas van a tener más capacidad que el ser humano; las cosas se pondrán muy serias. Hay quien piensa que las tecnologías limitarán claramente nuestra libertad y bienestar.
Las incertidumbres son enormes. Las respuestas se quedan en el aire. Los riesgos se nos presentan importantes. Pero silenciosamente las tecnologías van penetrando en la sociedad y serán un tejido básico que nos acompañará en el futuro.
Está claro que cuando estos sistemas sean más inteligentes se convertirán en actores claves de la sociedad y controlarán numerosos aspectos en todos los campos en los que actuamos, bien sean de transportes, salud, seguridad, etc., etc. Debemos pues estar muy al tanto de esa hiperdelincuencia que nace con todos estos avances y que afectará a empresas y a todos los ciudadanos de este mundo.
Internet se está haciendo imprescindible en nuestras vidas, quiere que no podamos vivir sin él.
El móvil es ya nuestro sistema operativo habitual. Vivimos en y con el móvil. Muchos quieren limitar el uso de estos dispositivos, pero si los hijos van a vivir en ese mundo digital y tecnológico, ¿tiene sentido limitar el uso de estas tecnologías?.
Pero debemos estar vigilantes sin duda ante su abuso, igual que se estaría ante el exceso de otro tipo de consumos o actividades cuando sus efectos pueden convertirse en nocivos.
Estamos en el comienzo de una nueva era y no podemos oponernos a todo por sistema. La realidad digital tiene características atractivas: es gratuita, nos produce gratificación al instante, es inagotable, es adictiva… Los jóvenes están a un paso de ser incapaces de prescindir de la vida digital.
Nos vamos a enfrentar a dilemas éticos de gran calado. Vamos camino de ser convertidos en inteligencias no humanas. ¿Seremos capaces de crear y alterar la vida? Vamos hacia territorios inexplorados, ¿pero seremos capaces de hacer que las máquinas aprendan la ética? ¿Es necesario poner puertas al campo digital ?.
La verdad es que el mundo que nos va a seguir está lleno de incógnitas que hoy nadie puede resolver, pero oponerse por sistema tal vez no sea la solución real.
“Dios puede usar el silencio para enseñarnos la responsabilidad de lo que decimos y el cansancio para que comprendamos el valor de despertar“.