El sentido del mercado de relojes ha cambiado en los últimos 30 años; así se iniciaba la charla celebrada en Vo Vintage.
Durante el marco de VicenzaOro, el sector del reloj ha sido protagonista gracias al nuevo proyecto de la feria Vo Vintage. Este proyecto dio paso a una charla enfocada en el mercado actual de este sector.
Uno de los complementos diarios más icónicos y evocadores ha visto su valor de compra duplicarse y tripiclarse en los últimos años. El debate entre los principales expertos del sector fue el primer evento de recolección de relojes y joyas en la ciudad de Palladio, que estuvo abierto hasta el pasado lunes en el Vicenza Expo Center durante Vicenzaoro.
Entre pasión e inversión
El sentido del mercado de relojes ha cambiado en los últimos 30 años; así se iniciaba la charla celebrada en Vo Vintage y moderada por Dody Giussani, editor de la revista L’Orologio, que contó con la participación de Ugo Pancani, profesor y miembro de la Fondation de la Haute Horlogerie, Luca Castellani, director comercial de Parmgiani Fleurier, Bruno Bergamaschi, fundador del muy seguido Forum Orologi & Passioni y Mario Peserico, presidente de Assorologi y director gerente de Eberhard Italia, y Flavio Ghiringhelli, coleccionista.
El debate proporciono a la audiencia una visión general de los últimos treinta años de la evolución de uno de los complementos más extendidos y fascinantes que está atrayendo a una comunidad cada vez más entusiasta. La historia es interesante y extremadamente dinámica que ademas destacó las nuevas complejidades que, hasta hace unos años, eran totalmente inesperadas.
Desde finales de la década de 1980, momento en el que se vive una caída en el deslumbrante crecimiento de los relojes de cuarzo japoneses asequibles y un renacimiento en el predominio de los relojes suizos tradicionales, hasta la afirmación de una idea más moderna y fácil del reloj como complementos propuesta por Swatch, con un producto que era tanto analógico como digital y tenía una fuerte personalidad y un carácter dúctil y amigable, hasta el éxito del reloj mecánico de estilo yuppy con mecanismos complicados y dimensiones significativas.
Luego llegaron los años 90 cuando surgió el deseo de expresar la individualidad y dio lugar a producciones limitadas y de alto valor que generaron un nuevo mercado y, sobre todo, reavivaron la atención de los entusiastas cuyos números y conocimientos continúan creciendo.
Los oradores subrayaron, sin embargo, cómo el mercado se ve inevitablemente afectado por numerosos intereses que crean una complejidad sin precedentes en comparación con el pasado. La pasión, de hecho, aunque sigue siendo fundamental, ya no es la única fuerza detrás de la recolección: el aumento considerable en el valor de algunos relojes significa que la compra a menudo se guía por el deseo de especular en lugar de invertir, económica y emocionalmente, en una pieza.
Sin embargo, el reloj es aún más frecuentemente una inversión y el «umbral» se está volviendo más bajo. Incluso los relojes que valen entre 3 y 5.000 euros hasta hace unos años, ahora han duplicado o triplicado su precio de compra original.