Tras esta extraña y rara primavera, creo que vamos a llegar a reciclar nuestras joyas para transformarlas en realidad actual.
El porqué de las joyas me lleva a reflexionar acerca de todo lo que nos alimenta el alma y nos hace felices. En nuestro sector se dan emociones que chocan las sensaciones celestes que ofrecen los diseños con los sentimientos. Y si le añadimos el valor de la materia prima, esas sensaciones se llegan a multiplicar.
Algunas joyas realmente son obras de arte. En ellas se plasman todos los sentidos del autor/ra con los valores reales de las piedras preciosas y del oro.
Algunos llegan a relacionar la belleza con el éxtasis. Está claro que si te rodeas de cosas bonitas, el alma está mucho más serena, más contenta y casi en plena paz.
Esta extraña y rara primavera nos ha ofrecido mucho aprendizaje. Hemos llegado a una gran conclusión y es que, ¿por qué vivir con más de lo necesario y rodeado de lo que no necesitas ni te estimula?
Nuestra vista es un testimonio que nos conecta con la belleza en un instante y da órdenes a nuestro cerebro de todo cuanto nos produce placer.
No nacemos sabiendo lo que es bello o lo que no. La sensibilidad se va cogiendo día a día, la educación y mucha intuición nos van forjando en nuestra vida y en nuestros gustos.
Cuando hablamos del porqué de las joyas, hablamos de una expresión de identidad, de una realidad emocional sin precedentes… Todo lo nuestro depende de los ideales de cada uno, pero siempre con un romanticismo añadido.
Los griegos definían como bello aquello que gusta a la vista, goza de un orden y una proporción, y de una armonía. En nuestro sector damos por bello lo que nos entra por los ojos, aunque no responda a nada muy concreto. Hay quien dice que no hay belleza sin rareza. ¿Será verdad? Todo cuanto vemos a nuestro alrededor nos puede llegar a inspirar, pero no conozco a nadie que se inspire en cosas feas.
Creo que vamos a llegar a reciclar nuestras joyas para transformarlas en realidad actual.
Lo que te pones forma parte de ti y de esa idea que construye y alimenta el alma, los sentidos y en realidad lo que aumenta la felicidad. Nos hace ser uno mismo.
Foto: @Jan Steiner en Pixabay
Artículo de usted interesante, muchas gracias por el trabajo.