Desde los máximos históricos del oro en tiempo récord, pasando por como la producción de joyería mantiene el tipo. Todo ello en una situación en la que nuevas políticas pueden cambiar la forma de crear relaciones comerciales
En 2024, el oro llegó a revalorizarse más de un 30% y, en lo que llevamos de año, el metal dorado ya ha subido un 45,8%, después de que el viernes 14 alcanzara un nuevo récord histórico. La situación geopolítica, la incertidumbre económica y cambios en el Gobierno tienen mucho que ver con esto, como las elecciones en Alemania o Donald Trump y sus nuevas políticas de aranceles. ¿Cómo afectan estas al sector joyero? ¿Cómo podemos afrontar la situación de un metal tan preciado que inevitablemente ya ha superado los 3.000 dólares por onza?
El oro cerró el 2024 con la cota de 2.790 dólares por onza, su nivel histórico más alto hasta la fecha. ¿Cómo empezó el 2025? El pasado viernes 10 de enero, el metal precioso cerró la jornada con un precio de 2.626,46 euros, ganando un 1.35%. En la sesión de apertura de mercados del lunes 13 de enero de 2025, en España, el oro cotizó a 2.712,8 euros, según los datos de la bolsa de valores. Hasta ahí, es evidente que se aprecian movimientos de subidas y bajadas, pero nada sorprendente aunque si es cierto que, en los primeros días de 2025, el oro se revalorizó en torno a un 0,7%.
En febrero, el metal precioso alcanzó dos nuevos récords históricos en tan un solo unos días rompiendo, definitivamente, la barrera de los 2.900 dólares. El 10 de febrero, el oro se situó en los 2.941 dólares por onza después de haber estado en los 2.907 dólares; una máximo histórico que ha sorprendido a profesionales e inversores ya que, a principios de febrero, el oro alcanzó otro hito al situarse en los 2.800 dólares por primera vez. Además de registrar dos máximos históricos en un mismo mes, la onza del metal dorado ya ha alcanzado su séptimo récord histórico en lo que va de año y continúa con su tendencia alcista sostenida. El jueves 20 de febrero, el oro ganaba un 1,5% al alcanzar otro récord, el de los 2.954,69 dólares por onza aunque poco después descendía a los 2.940,90 dólares; y no solo eso si no que, en una semana, la del 17 de febrero, el metal dorado volvía a batir dos máximos históricos en apenas días, cotizando por encima de los 2.950 dólares por onza. Es decir, en esa semana, el oro experimentó otra jornada de subidas para después volver a caer aunque, siempre, rondando en el mismo valor aproximadamente, lo que hacía pensar que este metal alcanzaría pronto los 3.000 dólares por onza. Además, el pasado 24 de febrero, el oro cotizó en 2,956.15 dólares, su undécimo máximo histórico en 2025 impulsado por un dólar estadounidense más débil y la suavización de los rendimientos estadounidenses en reacción al resultado de las elecciones federales alemanas.
En lo que va de año, el precio del oro ya se ha revalorizado un 45,8% como consecuencia de la incertidumbre generada en el mercado por la política comercial de la nueva administración de Estados Unidos. Además, en los últimos años se ha observado un creciente interés por parte de los bancos centrales en diversificar sus reservas y, ante la necesidad de reducir la dependencia del dólar y otros activos financieros, países como China, India, Turquía, e incluso algunas economías occidentales, han intensificado sus compras de oro. De hecho, en 2024 las adquisiciones alcanzaron niveles récord, superando las 1.000 toneladas anuales y, solo China, aumentó sus reservas de oro en enero por tercer mes consecutivo.
¿Alcanzará el oro los 3.000 dólares por onza? Lo cierto es que antes de analizar la situación con diferentes profesionales del sector, el metal dorado todavía no había llegado a esta cuota pero si lo hizo el pasado viernes 14 de marzo, cuando superó los 3.000 dólares por onza por primera vez en su historia, hasta situarse en los 3.004,94 dólares. En un contexto de incertidumbre global por las tensiones arancelarias y geopolíticas, y el miedo a una recesión en EE. UU, provocaron que en la mañana de ese viernes el oro subiera un 0,40%. Todo ello sumado al renovado interés de bancos centrales y grandes fondos en fortalecer sus reservas con oro, buscando protección frente a la volatilidad en Bolsa y la depreciación del dólar.
“Para fabricar, necesitamos de una materia prima que es un valor refugio en épocas de incertidumbre económica, como lo es actualmente”. Tendremos que acostumbrarnos a esta nueva normalidad, asimilar el precio del metal. La joyería en tiempos de crisis o incertidumbre siempre se ha visto acuciada por los inversores”, afirma Pedro Molleja, de Progold.
“Creo que antes de verano estaremos en 100€/gr”, afirma Merche Navarro, de ELE KA. “Cabe decir que no es el oro lo único que ha subido en el último año, nosotros nos estamos preocupando mucho de esto, pero… ¿y cuánto ha subido el ticket de la compra? ¿y las comidas en restaurantes? Los hoteles, los transportes… la vida en general ha subido y eso es algo que no podemos negar, el oro no se va a comportar de manera diferente. A pesar de esto, creo que es misión de los profesionales del sector poner en valor delante del consumidor el oro como el metal óptimo para la fabricación de joyas. Además de esto, afortunadamente el sector puede seguir ofreciendo alternativas al oro de 18 kt muy validas como son el oro de 9 kt, el platino, la plata que son metales preciosos, y otros metales que no son preciosos pero muy bien considerados y válidos para la joyería como son el titanio y el zirconio. Yo personalmente creo mucho en la plata como metal y pienso que en los próximos años va a tomar una posición muy importante dentro de nuestro sector porque sigue siendo un metal “Asequible y Precioso”, añade Merche Navarro.
En este contexto, la plata también ha experimentando una subida aunque no tan exagerada como la del metal dorado ya que, el pasado 20 de febrero superó los 1.000 euros el kilo, uno de los valores más altos de lo que va de año teniendo en cuenta que, por ejemplo, el pasado 4 de noviembre de 2024, el kilo de oro estaba a 80.893 euros y el de plata a 967 euros.

“El oro ha demostrado ser un activo muy sensible a la coyuntura económica y geopolítica. Factores como la inflación persistente, las políticas monetarias de los bancos centrales y la inestabilidad global han impulsado su precio. De momento estamos en récord de precio porque también estamos en récord de conflictos e incertidumbres. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los mercados son volátiles, y cualquier cambio en la política de tipos de interés o en la estabilidad política/económica podría frenar esa subida”, afirma Isidoro García-Escribano, presidente de la Asociación de Córdoba San Eloy.
“El precio del oro ha mostrado una tendencia alcista constante, impulsado por varios factores, como la incertidumbre económica global, la política monetaria de los bancos centrales y, recientemente, el aumento de aranceles en ciertos mercados. Pienso que el precio del oro seguirá marcando récords históricos, lo que genera incertidumbre y desafíos en toda la cadena de valor de la joyería. Desde el aprovisionamiento de materias primas hasta la fijación de precios finales, el impacto es significativo y requiere adaptación por parte del sector. Esta situación nos obliga a repensar nuestras estrategias ya que no podemos influir directamente en la cotización del oro, pero sí podemos desarrollar enfoques innovadores que minimicen sus efectos en nuestras empresas. La clave está en la creatividad, la diferenciación y en comunicar al consumidor que el valor de una joya trasciende el precio del metal con el que está hecha”, Marc López, Vicepresidente 2º de la Junta de Gobierno del JORGC.
Y es que, en cuanto al sector de la joyería, aunque este se enfrenta a a un entorno de precios volátiles de las materias primas, la escasez de personal cualificado, la situación política y la potente competencia de mercados de costos más bajos como China o India, mantiene el tipo a los crecientes desafíos y cabe destacar que el valor de la producción total de joyería de la Unión Europea alcanzó 4.363 millones de euros, registrando un aumento del 1% con respecto a los 4.321 millones de euros de 2022. Italia, Francia y Alemania concentraron más del 80% del valor de la producción de joyería realizada en la Unión Europea. El mercado español fue el cuarto más importante, con una producción de hasta 444 millones de euros. Así lo confirman los datos publicados por Eurostat, incluyendo bisutería, componentes de metales preciosos o chapados. El año pasado, el mercado nacional vio crecer el valor de su producción de joyería de 418 a 443 millones de euros, representando un 10 % del total.
Al mismo tiempo, la industria cerró el el ejercicio 2024 al alza. El sector en la Península Ibérica ha incrementado su cifra de negocio un 10,5%, hasta 2.100 millones de euros, según los datos provisionales que proporciona el Observatorio Sectorial DBK. Por productos, los artículos de joyería y bisutería aglutinaron el 55% de las ventas totales, mientras los productos de relojería registraron una participación del 10%.
¿Cómo están afectando las nuevas políticas de Trump al sector joyero?
Las políticas implementadas por el presidente Donald Trump han tenido un impacto significativo en el sector joyero, especialmente en lo que respecta a los metales preciosos como el oro y la plata. Trump ha adoptado una postura proteccionista, imponiendo aranceles a productos de países como China, México y Canadá. Estas medidas han generado incertidumbre en los mercados internacionales, afectando el comercio global y, por ende, a la industria joyera que depende de cadenas de suministro internacionales.
Más allá de las fluctuaciones en los precios de los metales preciosos, las políticas de Trump podrían provocar volatilidad y desafíos en el sector joyero, afectando desde los costos de producción hasta las dinámicas comerciales internacionales. Todo ello, en parte, por las medidas tomadas en cuanto a los recientes aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos ya que el pasado 11 de febrero de 2025, Trump firmó una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, sin excepciones ni exenciones.
Esta medida ha provocado un aumento en los precios de los metales preciosos, especialmente el oro, ya que tras el anuncio de estos aranceles, el precio de este alcanzó un nuevo máximo histórico de 2,942.68 dólares por onza. Además, es evidente que el incremento en los costos de los metales preciosos afecta directamente a los fabricantes y minoristas de joyería, quienes enfrentan mayores costos de producción.
Aunque, cabe destacar que estos nuevos aranceles sobre acero y aluminio impuestos por Trump afectan principalmente a varios países que son importantes proveedores de estos metales a Estados Unidos como China, uno de los mayores productores y exportadores de acero y aluminio; Canadá, para la que estas medidas afectan tanto a los productos de estos metales como a las relaciones comerciales en general y México, que también afecta a sus exportaciones de metales. En la Unión Europea, algunos países como Alemania e Italia, también exportan acero y aluminio a EE. UU por lo que estos aranceles están afectando a sus productos. Es por ello que, aunque los aranceles impuestos por Trump pueden tener un impacto en España, es de manera indirecta ya que al ser España parte de la Unión Europea, esta comparte las políticas comerciales del bloque, que incluyen la respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos, y podría influir en las relaciones comerciales o, como estamos experimentando, en el impacto sobre el precio de los metales o la competitividad de los productos españoles en los mercados internacionales.
En cuanto a la importación de joyería con diamantes, el procedimiento se mantiene con la excepción del conflicto en Rusia. De esta forma, en 2025, los aranceles para la importación de joyería con diamantes varían según el país de destino y el origen de los productos. Por ejemplo, en Estados Unidos, a partir de abril de 2025, los importadores de joyas con diamantes deberán especificar el país de extracción de la piedra preciosa, según las nuevas normativas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). En la Unión Europea, las joyas y piedras preciosas están reguladas por normativas específicas. Por ejemplo, la Orden EHA/1646/2005 establece normas sobre la importación y exportación de diamantes en bruto a efectos del Sistema Internacional de Certificación del Proceso de Kimberley.
De alguna manera, los aranceles implementados por el Gobierno de Trump podrían afectar al comercio de la joyería, en lo que respecta a la importación y exportación de joyas con diamantes o metales preciosos pero, como decíamos, no lo haría de forma directa y, simplemente, habría que reajustar estrategias y estar preparado para los cambios que experimente este 2025. Por ejemplo, si un país exportador como China México enfrenta aranceles elevados, el costo de las joyas fabricadas en esos países aumentaría lo que influiría en el precio para el consumidores en un mercado como Europa, ya que los distribuidores pueden trasladar este coste adicional a los consumidores; un efecto que también podría verse en la cadena de suministro ya que si las tarifas de importación aumentan, el coste de estos materiales podría subir lo que afectaría al mercado global. Pero, si recordamos que vivimos en una realidad cíclica, es necesario entonces estar preparado para todo y encontrar otras oportunidades.

¿Cómo puede el sector joyero estar preparado? Otras alternativas y nuevas oportunidades
“Buscando alternativas en otros metales tipo Platino, o bien introducir el bajo quilate en el mercado nacional (desde hace tiempo ya se comercializa en el resto de Europa y el mundo)”, Pedro Molleja, de Progold.
“El sector tiene que ser competente y transparente más que nunca. Tiene que ofrecer información de manera clara y transparente para transmitir al consumidor esa sensación de profesionalidad y confianza que siempre ha marcado la diferencia y hoy mas que nunca”, Merche Navarro, de ELE KA.
“El sector de la joyería debe adaptarse con estrategias inteligentes. En primer lugar, es importante optimizar la gestión de inventarios para minimizar el impacto de la volatilidad en el precio del metal. También es clave diversificar las colecciones, incorporando diseños que utilicen menos cantidad de oro sin comprometer la calidad y el diseño. Además, la revalorización del oro puede impulsar la recompra y reciclaje de piezas, un segmento que está cobrando más importancia. Pero de momento las ventas siguen a buen ritmo y el propio valor del oro lo hace atractivo en cuanto a que, como siempre hemos defendido, quien compra una joya, además de disfrutarla durante un tiempo, puede recuperar la inversión con incremento de la misma”, Isidoro García-Escribano, Presidente de la Asociación de Provincial de Joyeros, Plateros y Relojeros de Córdoba San Eloy.
“El incremento del precio del oro es un desafío para el sector joyero, por lo tanto, es imperativo innovar y diversificar estrategias. No existe una solución única válida para todos, ya que cada empresa debe encontrar la estrategia más coherente con su posicionamiento en el mercado y la naturaleza de su negocio”, Marc López, Vicepresidente 2º de la Junta de Gobierno del JORGC. Estas opciones podrían ser el uso de aleaciones con menor pureza, como el oro de 14kt o el oro de 9kt que “puede ser una alternativa viable para reducir costos”; la optimización del diseño teniendo en cuenta desde la fase conceptual, donde se pueden desarrollar piezas que utilicen menos metal sin afectar su atractivo ni su exclusividad; el aprovechamiento de nuevas tecnologías como la impresión 3D o la impresión directa en oro, “que permiten crear joyas con espesores reducidos y menor peso, optimizando el uso del metal”; o la incorporación de metales alternativos como el platino, que “que actualmente tiene un precio más moderado, puede ser una opción interesante, ya que es percibido por los consumidores como un material de alto valor”.
2025 puede ser, por lo tanto, un año de retos para el sector joyero aunque con el incentivo de que esta industria continúa creciendo y experimentando el incremento en consumidores cada vez más interesados por la joyería, la joyería de calidad y la joyería de oro. Un sector que está en constante evolución desde hace unos años y, a pesar de las dificultades, no tiene pensado frenarse, al contrario. Por ello, la idea de plantear otras alternativas es una forma de continuar evolucionando y el oro de 9kt, una aleación con un 37.5% de oro puro, puede ser una solución y un acercamiento a estos jóvenes consumidores que buscan calidad adaptada a sus bolsillos, todo ello bajo una comunicación clara y una transparencia que, en parte, también es cada vez más demandada. Esta aleación de oro puede considerarse una alternativa por cuestiones económicas aunque, si siempre es mejor pensar a largo plazo, esta puede ser también una oportunidad de diseño, de ampliar mercado y atraer, como decíamos, nuevos consumidores y, una vez más, estaremos encontrando la oportunidad en la dificultad. Innovar y crear identidad, hacer accesible el sector joyero a las nuevas generaciones sin distorsionar su valor y creando más transparencia que nunca pueden garantizar un futuro más claro.
“Nos encontramos en un momento clave para el sector de la joyería. La subida del oro supone un reto, pero también una oportunidad para innovar y adaptarnos a las nuevas demandas del mercado. La revalorización del oro refuerza su prestigio y atractivo, pero obliga a los fabricantes y comerciantes a ser más estratégicos en sus diseños y precios. Además, el consumidor de hoy está más informado y valora tanto el diseño como la calidad y la sostenibilidad, lo que impulsa tendencias como el reciclaje de oro y la producción responsable. En definitiva, aunque haya desafíos, el sector tiene la capacidad de transformarse y seguir creciendo”, Isidoro García-Escribano.
“Es indiscutible que el oro es un valor refugio, pero hay que considerar que aproximadamente el 50% de la demanda global de oro proviene de sectores financieros y de inversión, como la compra de lingotes, monedas y reservas de bancos centrales. Son estos sectores los que generan principalmente la volatilidad en el precio del oro, más que la joyería en sí. Si bien hay consumidores que pueden comprar joyería de oro como inversión, pensamos que en mercados como España y el resto de Europa el valor de la joyería debería ir más allá de la simple cotización del metal. En países como India, por ejemplo, el oro en forma de joya es una reserva de valor culturalmente arraigada. En cambio, en nuestro entorno, el verdadero diferencial de la joyería radica en la tradición, el diseño, la artesanía y el legado cultural que conlleva cada pieza. Desde del JORGC estamos convencidos de que es fundamental que los joyeros comuniquemos ese valor intangible y sentimental, diferenciándonos de un simple lingote o moneda. La joyería no es solo una acumulación de gramos de oro, sino una expresión de arte, oficio y emociones”, Marc López.