Mientras las redes sociales siguen presentes, los nuevos hábitos de consumo provocan cambios también en el modelo de negocio. La plataforma BeReal, en la que prima la naturalidad y la espontaneidad, crece considerablemente; los consumidores desconfían de ciertos contenidos en plataformas virales, los vídeos en TikTok siguen siendo el contenido más consumido y entre tanta digitalización… las tiendas físicas en las que el ambiente prima casi más que el producto, vuelven a ser el punto de encuentro. Quizás más que un nuevo futuro, estamos en ese punto en el que, finalmente, mundo digital y físico conviven perfectamente
El sector joyero y relojero se vuelca en la apertura de diferentes tiendas físicas. PDPAOLA inauguró en mitad del verano una nueva tienda en el centro de Sevilla, que se suma a la reciente apertura en Madrid y la primera tienda propia de Barcelona y Bilbao será la próxima parada para otra tienda propia de esta marca que vimos crecer en el mundo digital. Singularu continúa con su expansión nacional y, a falta de una, el pasado viernes la marca inauguró dos tiendas propias, una en Mallorca y otra en Orense, mientras que a principios de agosto también desembarcó en Vigo. La firma de joyería Dime Que Me Quieres amplió su red comercial el pasado 26 de agosto con una tienda en Málaga, y pretende cerrar el año con nueve espacios de ventas físicos. Por otro lado, Joyería Suarez desembarcó por primera vez en Portugal, con una boutique en El Corte Inglés el pasado mes de abril. ¿Vuelven a ser las tiendas físicas el futuro del sector?.
Acostumbrados a plataformas de redes sociales como Instagram, TikTok o Twitch e incluso plataformas especificas para livestream sales, parece que queremos dar un paso hacia atrás y volver a como empezó todo. El mundo online salvó a muchas empresas y negocios en tiempos de pandemia e, incluso antes, todo giraba en torno a la digitalización, quedando obsoleto si no formabas parte de ella. En los últimos años, los hábitos de consumo y el estilo de vida del consumidor han cambiado y quizás sea este el motivo por el que las tiendas físicas vuelven a ganar protagonismo.
Tras el confinamiento se hizo viral un nuevo modelo de venta: la venta por streaming, livestream o live commerce, que consiste en la promoción de productos y servicios a través de transmisiones virtuales en directo. Es decir, el cliente puede interactuar en tiempo real y realizar la compra con solo un click. El informe de Why shooping’s set for a social revolution, elaborado por la consultora Accenture, afirmaba que, para 2025, las ventas en streaming se convertirían en una ola de cambio de 1,2 billones de dólares a escala global, ya que más del 44% de la población mundial utiliza las redes sociales y este modelo de venta afectará a todos los negocios y plataformas existentes. Un modelo de negocio que, además, tiene como objetivo atraer a la generación z. Pero parece que ya no es suficiente.
Al mismo tiempo, el surgimiento de TikTok y su rápida acogida provocó un cambio en los códigos de consumo de productos de la generación más joven. También lo hizo la forma en la que consumimos las redes sociales y cuanto confiamos en el contenido; una estudio realizado por la agencia Vogz afirma que de entre 1000 jóvenes de entre 18 y 24 años en Francia, el 33,9 % de ellos declara que no cree en las opiniones de los influencers sobre un producto, mientras que el 43,5 % responde «pocas veces» y solo el 8,7 % confía plenamente en ellos. Y, sin embargo, estas generaciones están atentas a las opiniones de un producto en concreto: más del 72 % dice que no considera que un producto es «fiable» si tiene menos de tres opiniones: el 60 % de las personas encuestadas dijeron que siempre intentan buscar reseñas antes de finalizar su compra; y alrededor del 30% de los encuestados afirman que una reseña en vídeo puede influir en su compra, ya que los vídeos en TikTok ganan cada vez más peso.
Fomentar la naturalidad y la realidad es, probablemente, el cambio que las generaciones más jóvenes están pidiendo a gritos. Quizás por eso Instagram y TikTok ya tengan un nuevo competidor que, desde su lanzamiento en 2020, ha crecido más de un 300% con famosos incluidos. Hablamos de BeReal, la app de éxito que llega para cuestionar la perfección y el “postureo” y dar paso, de nuevo, a la vida real. Su funcionamiento es sencillo, y no admite ventas de productos: una vez al día los usuarios reciben una notificación de la app que les pide publicar dos fotos en menos de dos minutos; la primera, disparada con la cámara delantera, la segunda con la cámara frontal. Por lo tanto, aquí no existen posados estudiados o filtros, solo la naturalidad y la fugacidad, ya que las imágenes desaparecen en 24 horas.
Es decir, aunque los hábitos del consumidor cambien y la confianza ya no sea la que era, las redes sociales y el mundo online continúan siendo importantes a la hora de decidir donde estar presentes. Aunque, mientras tanto, está claro que las tiendas físicas (en las que comprar un producto no es el único cometido) ganan puestos. Y es que, las últimas aperturas han centrado su objetivo en crear más una experiencia que una tienda, conquistando al consumidor de una manera diferente. Por ejemplo, la tienda de PDPAOLA en Madrid cuenta con un Nail Salon.
Así es que, mientras el mundo online sigue siendo eficaz por situaciones como la recogida eficaz y rápida de un pedido online, las compras ya no son únicamente una transacción, si no que ahora más que nunca se han vuelto a considerar una emoción. Y en el sector joyero, la experiencia y las emociones siempre han sido claves, por ello la atención 100% personalizada en tienda física cobra importancia, junto con la tranquilidad de pasear por un espacio abierto y en el que sentirse cómodo mientras se vive una experiencia y “se sale de casa”. Volver a tocar el producto, verlo en primera persona, probarlo mientras tomas un café, ojeas una revista o te haces la manicura es el nuevo presente en tiendas que ahora son también un escaparate, donde la exposición del producto, la iluminación y el ambiente priman más que el propio producto.