La entrada en la industria de estos diamantes dividió al sector joyero, abriendo un largo debate todavía hoy vigente
La industria de los diamantes ha experimentado una evolución a lo largo de las últimas décadas promovida por la sostenibilidad, las tendencias y los hábitos del consumidor. “Los diamantes son para siempre” es la clave que provoca el éxito de esta industria y el cómo se ha convertido en un valor seguro, en un deseo, una oda al amor y al lujo. O así era por los menos al principio, cuando el diamante solo era accesible para unos pocos mientras que, en la actualidad, se han vuelto más accesibles y más buscados. Y es que mientras esta piedra preciosa puede perdurar en el tiempo, lo que realmente es para siempre es el cambio. ¿Qué tiene que ver el diamante creado en laboratorio en todo esto?. ¿Hablamos de valor y futuro o sólo de moda?.
“El diamante creado es la nueva tendencia de nuestra década”, afirma Bondiamant. “Ha entrado con mucha fuerza en el mercado y ha generado gran incertidumbre en el mundo profesional de la joyería ya que el gran temor era saber que pasaría con los diamantes, y si pasaría lo mismo que pasó con las perlas cultivadas. Mucha gente pensó que vendría el fin del diamante natural y nosotros opinamos que la entrada de un nuevo producto susti tutivo en el mercado no tiene por qué ser negativo”, añade. La piedra preciosa más deseada, pero ¿por qué?. Aunque los diamantes ya existían desde mucho antes, no se convirtieron en un verdadero deseo hasta que llegó el fundador de De Beers, Cecil Rhodes, para convertir a esta compañía en líder de la industria del diamante durante más de un siglo. De joya a referente cultural a través de una serie de estrategias, que son hoy ejemplo para otros líderes, en las que destaca el control del suministro, la reserva estratégica para modificar la oferta de demanda del mercado, y la campaña de marketing, una de las más exitosas de la historia de la publicidad, “a Diamond is forever”. En ese momento, las novias empezaban a tener sus anillos de compro- miso con diamantes y esta piedra preciosa empezó a ser un deseo real, así como un vínculo con el éxito profesional y personal de los consumidores. En 2016, De Beers se enfrentó a los diamantes creados con una campaña publicitaria llamada “lo real es raro”; y es que la entrada en la industria de estos diamantes dividió al sector joyero abriendo un largo debate todavía hoy vigente. Al mismo tiempo, en 2018, De Beers lanzó su primera línea de diamantes creados en laboratorio al precio más bajo del mercado lo que se tradujo, para muchos, en una estrategia para denigrar a este tipo de diamante. Una estrategia sin éxito.
El diamante creado también tiene su historia y así nos la cuentan desde el Laboratorio Gemológico MLLOPIS. “Cómo gemólogo sé que desde 1954 La General Electric Co. empezó proyectos de creación de diamante sintético a base de mucha presión y temperatura, estos procesos se han ido mejorando hasta que finalmente su producción en serie es una realidad a un precio asequible. Al principio, los primeros que se fabricaban eran costosos, de pequeño tamaño y de mala calidad, es por ello que se utilizaban más en industria que en joyería. En la actualidad, se consiguen de muy buena calidad, de diferentes tamaños y a un precio muy comercial”.
Los diamantes creados se van a consolidar en el mercado
¿Qué ha llevado al diamante creado a introducirse en el sector de la joyería?
Las redes sociales, marcas que nacen en el ámbito digital que llegan con aires renovados y con el objetivo de ofrecer una nueva visión, y celebrities tienen mucho que ver con el cambio que la industria del diamante está viviendo: quien no recuerda el anillo de pedida de Hailey Bieber o Ariadna Grande, en tamaño maxi, o el momento en el que Zoe Kravitz, Lady Gaga, Billy Porter o Penélope Cruz lucieron diamantes creados en laboratorio en la alfombra roja. A un lado quedó la escena de Marilyn Monroe llena de diamantes o el sueño de Audrey Hepburn en “Desayuno con diamantes”; ahora, las nuevas generaciones y un target exigente desea diamantes para todos. Estos cambios, en realidad, han revolucionado el sector de la joyería en general, tanto que adquirir joyas de forma online ya no resulta difícil o incómodo, ni siquiera si hablamos de diamantes. Otras tendencias dirigen estos cambios y son, probablemente, las más influyentes; como la sostenibilidad, la personalización en piezas únicas y el genderless. Los consumidores buscan satisfacer su deseo de destacar, de sentirse especiales y, al mismo tiempo, son cada vez más conscientes de lo qué están comprando. A esto se suma que mientras el tiempo evoluciona, “nuevas soluciones y productos entran en el mercado”, como afirma Facet y “la introducción del diamante sintético en el mundo de la joyería se puede analizar desde tres puntos de vista: de la extracción o países extractores; de la fabricación y el comercio entre empresas; del mercado minorista o consumidor final y de la sostenibilidad”, añaden. Sin duda, un largo debate que pone en una balanza a las dos alternativas.
“Los diamantes creados en laboratorio se van a consolidar como una opción más dentro del sector debido a que la demanda de los consumidores por productos sostenibles, y con precios justos sin comprometer la calidad de la pieza final, es una tendencia que crece y que seguirá creciendo”, afirma RÈVER.
Tendencias que se definen en oportunidades y que muchas empresas han querido satisfacer apostando por el diamante creado en laboratorio. “El futuro del diamante creado es el de facilitar a más público el lucir una joya con un diamante, a un precio más asequible que el que tiene uno natural. También hay que tener en cuenta el uso indus- trial que tienen los diamantes para todo tipo de maquinarias. El poder producirlos de manera sintética ayuda a que los suministros para estos equipos sean más económicos y no dependan de su extracción en la naturaleza”, afirman desde el IGE. ¿Por qué provoca entonces tanta incertidumbre este diamante?.
Diamante creado vs diamante natural
Los diamantes creados en laboratorio han creado un nuevo mercado y un campo de juego más amplio mientras que, al mismo tiempo, los diamantes naturales pueden continuar conservando su nicho ya que, como afirma Facet, “lo que hace que un diamante natural sea algo realmente extraordinario son las condiciones tan particulares en las que se forman, su escasez y su dificultad de extracción en los lugares más inhóspitos del planeta (las estadísticas muestran que tan sólo se encuentran 0.30 cts. de diamantes por cada tonelada de roca procesada en el origen), además de su particular composición química (compuesto casi en 100% por un solo elemento químico: carbono), y su asociación con el amor, la belleza y la pureza”. ¿Podrán convivir entonces ambos diamantes en el sector joyero?.
“En nuestro país el diamante creado es un producto muy novedoso, en cambio en Estados Unidos o Asia se trata de un producto ya conocido por el consumidor. Por lo tanto, se trata de una materia prima que debe ser explicada para que el consumidor lo entienda y pueda considerarlos como una opción de compra. El consumidor debe tener claro que este tipo de diamantes son física, química y ópticamente idénticos a los diamantes extraídos de las minas y que su origen es el único factor diferencial: bajo la tierra para un diamante extraído y sobre la tierra para un diamante creado”, cuenta RÈVER. “Adicionalmente, tenemos que tener en cuenta que la extracción de diamantes de mina está disminuyendo, mientras que la demanda está aumentando. En este sentido, la capacidad de producción de los diamantes creados en laboratorio sigue aumentando (x2) respecto al año pasado, 2020”, añade.
“Si echamos la vista atrás, hemos visto que perlas cultivadas de agua salada conviven con perlas cultivadas de agua dulce, que con moluscos de agua dulce se han conseguido tamaños de perlas semejantes a las de Mares del Sur, y todas están en el mercado. Una buena publicidad hace milagros y si no vean las perlas de imitación, lo importantes que han llegado a ser.A la vuelta de 2 o 3 años, sin ir más lejos, el diamante sintético se paseara por las tiendas y será un producto más para elegir”, afirma MLLOPIS.
Según Statista, para finales de 2019 se esperaba que el valor de mercado de los diamantes cultivados en laboratorio ascendiera a unos 19.500 millones de dólares estadounidenses; un pronóstico para esta cifra predice que este mercado aumentará su valor a aproximadamente 29.200 millones de dólares estadounidenses para 2025. Y es que, como afirman desde PDPAOLA “el hecho de que sean diamantes creados por el hombre los dota de un gran potencial. Una de las causas de su futuro será la posibilidad de satisfacer la demanda existente en el mercado y esto conllevará posi- blemente a la democratización del precio del diamante”.
Hay que tener en cuenta también que los diamantes naturales tienen todas las de ganar para conservar su nicho, aunque sólo sea por su tradición e historia, por ser partícipes del inicio de lo que hoy conocemos como joyas de compromiso; como afirma ALTR, “los diamantes creados no son sustitutivos, sino que se complementan, el resultado final debe ser que el mercado se expanda y que las ventas de joyería crezcan”. “El diamante se comercializa desde hace más de 400 años y, desde entonces, se ha intentado introducir nueva tecnología para abaratar el producto. Han teñido brillantes con temperatura y presión, han inyectado silicona para llenar agujeros en las piedras y así venderlas como si fueran puras o casi puras, cuando en realidad tenían defectos llenos en silicona. Y, con todo esto, el mercado del diamante ha superado los baches y ha salido ganando”, cuenta Bondiamant. “Un punto débil que todavía queda por superar para el diamante creado es la reventa. El diamante hasta hoy se comporta como un producto de inversión, en algunos casos como fondo de refugio y esta ha sido su gran ventaja durante siglos. En cualquier país, cualquier joyería, te convertirá en dinero el diamante”.
El 80% de la población terminará usando un diamante creado
¿Millennial o público tradicional?
Un informe de la industria de diamantes publicado por Bain en 2021, indicó que casi el 70% de los consumidores de la generación millennial considerarían un diamante creado en laboratorio como un anillo de compromiso. “Una parte importante de nuestro público es precisamente el consumidor millennial. Un cliente que es nativo digital y que exige responsabilidades a nivel de impacto social y ambiental en la industria. En el pasado, el consumidor de lujo solo preguntaba cuánto costaba un artículo, pero el consumidor de lujo actual además quiere saber las condiciones en las que se ha creado la pieza y su impacto”, nos cuenta RÈVER.
La joyería con diamantes creados en laboratorio está ganando cada vez más su espacio en el mercado, según cifras publicadas recientemente en Estados Unidos y cómo indica ALTR “ya representa el 10% de la joyería con diamantes”. “La tasa de crecimiento de las ventas es de dos dígitos y lo hemos contrastado con diferentes actores que ven que la joyería con diamantes creados en laboratorio gana cada vez más atracción entre los consumidores, siendo los anillos de compromiso una de las piezas más solicitadas”, añade.
“El diamante sintético es un producto que supongo tendrá su hueco en el sector joyero y se quedará como un producto que tendrá una demanda determinada dentro de cierto perfil de consumidor, que le interesará por motivos determinados como precio, diseño, etc”, afirma Gemacyt; lo que continúa poniendo en duda si este diamante se puede considerar como parte del futuro del sector o estamos ante una necesidad para las nuevas generaciones que se mueven por tendencias. Sin embargo, para Mimoke “los clientes que están demandando este tipo de diamantes son de todo tipo, aunque podemos destacar una rango de edad entre 25 y 45 años”. Añaden además que “las ventas se están incrementando notablemente pero aun queda mucho por trabajar, los profesionales del mercado nacional al igual que otros en Europa todavía sigue sin aceptar el diamante creado, como así está pasando en otros mercados mucho más dinámicos, aunque se perciben cambios notables por los antes mencionado y la demanda de los consumidores”. Para PDPAOLA, “el target general incluye a un público principalmente femenino, con personalidad elegante, sencilla y audaz y en un rango de 25 a 40 años.”
“Pienso que el diamante sintético será un producto que el 80% de la población terminará usando en un futuro, ya que cada vez cuesta más abrir nuevas minas de diamantes naturales y por lo que sus precios (naturales) alcanzarán niveles bastante altos”, afirma la gemóloga, tasadora y perito Isabella Seijo.
Claro que, a todo esto se deberá de sumar, como afirma Gemacyt, que “las empresas que quieran ofrecer el diamante sintético deben informarse fehacientemente de las propiedades, características, pros y contras de este para transmitir la realidad del producto al consumidor, garantizándole, a través de certificados independientes o garantías personales, la naturaleza de este, como sucede con cualquier otro producto que aparezca en el mercado”.
¿Economía o sostenibilidad?
“Se ha hablado mucho de la importancia que pueden tener las generaciones futuras de consumidores en la industria en relación al diamante de laboratorio. Lo cierto es que no paramos de escuchar que los millenials y, en especial la generación Z, apuestan por este tipo de diamantes porque son unas generaciones promotoras de la sostenibilidad y del consumo responsable. Pero, ¿es realmente sostenible el diamante de laboratorio? ”, afirma Facet. Hay que tener en cuenta, como nos cuenta PDPAOLA, que “el mercado también cuenta con otros mecanismos para reducir estos riesgos en la minería de diamantes naturales, entre ellos se encuentra el Proceso de Kimberley”.
Para 2030, se prevé que el volumen de mercado mundial de diamantes cultivados en laboratorio sea de casi 19,2 millones de quilates. En esta sociedad, cuando un producto tiene un coste elevado, se le añade deseo y genera esa sensación de lujo; es decir, el precio se convierte en una estrategia de marketing. Según el informe de De Beers Diamond Insight, en los últimos cinco años casi el 60% de los consumidores y más del 80% de los líderes de opinión han optado por comprar un producto elaborado de manera más responsable. La demanda de joyas sostenibles se encuentra entre las tendencias de búsqueda de Google. Por otro lado, el 56% de los consumidores están dispuestos a pagar entre un 10% y un 20% más por las marcas de diamantes naturales que pueden demostrar que operan de manera social y ambientalmente responsable. Casi el 17% de los consumidores están dispuestos a pagar un 25% o más por un diamante natural sostenible. Y es que, como afirma Facet, “cabe destacar que la industria del diamante natural es de las más reguladas en todo el mundo y gracias a ella más de 10 millones de familias se benefician. Además, en la industria del diamante natural un 80% del valor anual de un diamante natural en bruto se queda en los países de los que se extraen, beneficiando a las comunidades locales”.
¿Entonces hablamos de una cuestión económica o sostenible?, sobre todo si tenemos en cuenta que “los diamantes sintéticos son un 30% más económicos aproximadamente que los naturales (Facet). Según Mimoke, “los motivos son varios y creo que al final, son un sumatorio de ambas, tenemos casos donde el presupuesto disponible resulta inviable para una pieza con diamantes naturales, casos donde se pretende una pieza espectacular reservada a bolsillos realmente pudientes en caso de diamantes naturales y viable con diamantes de laboratorio. Por otro lado, están los diamantes fancy donde simplemente no hay oferta en diamante natural y resulta sencillo en laboratorio y por último hay situaciones donde el desapego a los diamantes naturales es patente y no se contempla nunca su compra, por motivos medioambientales y sociales”.
“En nuestro caso, la gran mayoría de clientes adquieren el producto por cuestiones de sostenibilidad. Obviamente, el factor precio es importante en nuestra marca; el hecho de no trabajar con intermediarios nos permite ajustar los precios al máximo y en consecuencia, podemos llegar a consumidores que nunca antes habían podido entrar en esta categoría de producto”, añade RÈVER.
Para PDPAOLA “es una cuestión de disponibilidad y económica. Disponibilidad en cuanto a que el hombre los puede crear según la demanda del mercado. Económica en cuanto a que los diamantes de laboratorio, por lo general, presentan un importe más asequible que los diamantes naturales de iguales características”.
¿Qué es para ti un diamante sintético?
“Un diamante sintético es una piedra sustituta del diamante natural que, a nivel profesional, creo que favorece al mercado más que dañarlo. Ha creado una nueva realidad en la industria y nos centramos más en diferenciar la piedra cuando ahora lo que toca es mejorar la transparencia y honestidad de nuestra rama”, Bondiamant.
“Los diamantes creados en laboratorio tienen exactamente la misma composición química, estructura cristalina, propiedades ópticas y físicas que los diamantes extraídos de las minas. La única diferencia entre ambos es su punto de origen. Por lo tanto, son reales como los diamantes extraídos en las minas, pero con un menor impacto en el planeta y en las personas que trabajan para producirlos”, RÈVER.
“Un diamante creado es un producto maravilloso al cual no hay que tener miedo o rechazo, que no hace más que mejorar, ampliando la oferta del sector, que tiene infinitas posibilidades como productos customizados, diamantes de colores y que permite atraer a nuevos consumidores y por tantos las ventas”, Mimoke.
“Desde un punto de vista “romántico”, el diamante es una de las piedras más bellas del mundo, la más vendida, la más utilizada en joyería, la más preciada, por sus colores, por sus brillos, por su resplandor, por su transparencia, por su dispersión, etc. Además de ser una piedra duradera en el tiempo, ya que por sus propiedades no le afecta ni la temperatura, ni los ácidos. Símbolo de estatus social, muy codiciada por las mujeres, símbolo del amor eterno, o al menos eso es lo que dice De Beers”, MLLOPIS.
Y para ti, ¿qué es un diamante creado?.