«Mi material favorito es aquel que tengo entre mis manos en el momento en el cual se produce la magia del encuentro».
Ester Ventura, de origen turco y asentada en Perú desde 1974 por vocación y elección, fue en este país donde nació su vocación de diseñadora de joyas, coleccionista y conservadora de textiles autóctonos. Desde Contraste tenemos la oportunidad de conocerla de cerca.
Un mes y medio en nuestro país, en Madrid, una agenda repleta de actividades expositoras… ¿Qué te trajo aquí?
Desde mediados del año pasado he ido recibiendo varias invitaciones para participar en distintos eventos, todos en España. El primero de ellos fue, precisamente, la invitación que me hizo Pedro Pérez, de Grupo Duplex, para incluir mi obra en el Contemporary Jewellery Yearbook y por ello participar en BCNJoya y en MadridJoya… Luego fueron llegando las otras invitaciones para ir a Madrid….tales como las de BID, Bienal Iberoamericana de Diseño, en el Matadero; la III Muestra de Orfebrería y Joyería Contemporánea, en el Museo Nacional de las Artes Decorativas; FLECHA, en el Arturo Soria Plaza; la conferencia en el estudio de Chus Burés en el marco de Madrid Design Festival, y ARCO Madrid 2019, donde Perú ha sido el País Invitado de Honor. En ese contexto, y como parte del Circuito Independiente Oficial, he expuesto mi obra en el estudio de Chus Burés.
¿Y cómo valoras la experiencia?
Muy enriquecedora. Cada escenario me ofreció una oportunidad única, no solo para mí, en forma individual, sino también para Perú, de exhibir ante un público muy variado y muy exigente una selección de piezas contemporáneas a través de las cuales se puede descubrir las profundas raíces del arte ancestral del cual me nutro. Además, el hecho de ver arte, de respirar arte, de apreciar la obra de tantas personas talentosas, de compartir muchos momentos con artistas, galeristas y coleccionistas ha sido muy valioso.
Eres argentina, te formaste en Derecho, Historia, Psicología y Antropología, trabajaste para el mundo del cine… Y Acabaste en Perú en 1974 y haciendo joyas. ¿Qué te llevó a este país y a este sector? ¿Cuántos años llevas trabajando en joyería?
Llegué al Perú por tierra y como turista. primero fue el descubrimiento del Lago Titicaca y luego… ¡el Cusco!… Efectivamente, mi mundo era el cine. Nunca pensé que este país ejercería en mí una atracción tan grande como para atraparme para siempre. Las culturas ancestrales latentes y vigentes en todos los espacios, expresadas a través de los textiles, la arquitectura, la cerámica, la orfebrería me resultaron de un refinamiento exquisito, y eso sumado a la belleza y el silencio de sus paisajes, la calidez y sabiduría de sus gentes, fueron factores determinantes. Sentí que había tenido acceso a ser parte de una antigua civilización. Y a eso no se puede renunciar…
¿Cómo defines tu joyería? ¿Qué buscas con ella?
Contundente, orgánica, funcional y versátil. Y lo que busco con ella es que quien la use pueda sentir una conexión con lo esencial que emana cada material. Y que su poderoso valor talismánico siga vigente.
De cada una de tus piezas se desprende un eco milenario… ¿Qué pretendes transmitir por ellas?
Eso que mencionas, simplemente, ocurre. Yo no me siento a pensar qué quiero decir con cada pieza. De manera intuitiva, voy respetando cada material que incluyo en ellas y entregándome a la búsqueda de la armonía…
¿Es más fácil «conectar» donde vives con nuestras raíces como seres humanos?
Es muy interesante tu pregunta, Petra. Yo creo que ese «conectar con nuestras raíces» del que tú hablas pertenece a una necesidad muy profunda que yace en todo ser humano. Si escuchamos esa necesidad dentro de nosotros, ella nos va a ir guiando hacia lo esencial. Definitivamente, hay lugares en los cuales pareciera ser más propicio acceder a eso esencial. pero dependerá de cuánto atendamos a esa necesidad que yace en el interior de cada uno, que nos abramos a ello.
La cultura de la plata está muy arraigada en Perú. ¿Nos das las claves que la definen?
Tanto la plata como el oro son metales preciosos que, en la antigüedad, eran considerados sagrados. Tenían un valor simbólico, y no el valor monetario que hoy se les asigna. El oro representaba el sol, lo masculino, lo poderoso. La plata representa la luna, lo femenino, lo sutil. Y yo creo que aún hoy día, aunque no explícitamente, digamos que en el subconsciente, su significado prevalece. Y a eso se le suma su calidad, su pureza y la increíble habilidad de los plateros peruanos que, desde tiempos remotos, trabajaron estos metales.
¿Cuáles son tus materiales favoritos y las fuentes en las que te inspiras?
Mi material favorito es aquel que tengo entre mis manos en el momento en el cual se produce la magia del encuentro. “Escucho”, a través del tacto, qué me pide. En qué contexto quiere vivir, perdurar… Es una relación orgánica la que establezco con ellos. En cuanto a la inspiración….es algo indescriptible… Puede ser una forma que me ofrece la siempre generosa naturaleza: el vaivén de una ola, el dibujo que el viento plasma en la arena, una hoja, una rama, una semilla, una mirada, o una sonrisa…
Has expuesto en el Metropolitan Museum of Art, de N.Y, en Beijing, China, Brasil… ¿Que notas en los ojos de los visitantes cuando ven tu obra tan implicada en el contexto histórico andino?
Si bien cada ciudad tiene un público diferente, con un distinto bagaje cultural, el común denominador que noto en quienes descubren mi obra es el asombro. Me conmueve ver la reacción de sorpresa de quienes se detienen frente a mi trabajo. A veces he sentido que es como si alguien «sabe» que «eso» ha estado siempre ahí y, sin embargo, «es desvelado» por primera vez.
¿Qué deseas transmitir a quién adquiere una joya tuya,..? ¿Y a quienes siguen luchando en la creatividad joyera?
En realidad, se produce un fenómeno muy particular. Quien adquiere una joya creada por mí establece un vínculo de “parentesco”, de complicidad conmigo… Yo no me propongo esto. Esto simplemente ocurre. Y creo que ocurre porque algo que emana mi obra encuentra eco con algo muy profundo que yace en esa persona.
En cuanto a esa lucha que mencionas… creo que la clave está en mantener siempre un espíritu explorador. Buscar, arriesgar, estar abiertos a sentir los materiales. No forzarlos. Escucharlos. Estar dispuestos a equivocarse… El error es un gran maestro…