Lo que sí sabemos en estos momentos es que las ferias internacionales van a sufrir más que las locales y que tendrán ventaja las citas entre septiembre y octubre, justo para poder permitirnos una campaña de Navidad digna.
¿Cómo afectará el COVID-19 a las próximas ferias de joyería? En varias charlas online, hoy llamadas webinar, ha surgido esta pregunta, tanto en los chats como en los comentarios de algunos ponentes la cuestión ferial.
Hoy queremos ofrecer un poco de luz acerca de las ferias posCOVID-19. Si bien, algo seguro sabemos desde un inicio. Las visitas a las ferias posCOVID-19 serán una situación totalmente diferente. Como en tiendas, bares o cualquier espacio público, se procederá a respetar unas medidas de seguridad sanitaria completamente diferente a las conocidas hasta la fecha.
Podemos imaginarnos todo tipo de medidas incrementadas a las que pudiera haber en un bar, o una tienda o cualquier establecimiento privado. Seguro, por sus dimensiones, ofrecerán unas garantías de seguridad muy elevadas en comparación con otros locales más pequeños.
Medidas que deberán salvaguardar la salud pública, con total confianza, tanto para los expositores, como para los visitantes, como para los trabajadores internos de feria. La concentración de multitud personas en espacios feriales -aunque hoy podamos pensar cómo algo lejano e incluso algo impensable-, deberá hacerse real en breve. Por lo que debemos empezar a hacernos a la idea de la nueva situación.
En un primer momento, sí está claro que las ferias de carácter internacional van a sufrir más que las de carácter local. Si antes se hablaba de exportar, ahora se habla de hacernos fuertes en el mercado nacional de proximidad. La dificultad inicial de no poder viajar con tranquilidad entre países, afectará mas, en un primer momento a las ferias más internacionales.
Las ferias locales, no tan multitudinarias, atienden a sistemas de comercio B2B cercano. Por ello, ferias como MadridJoya o BCNJoya, tienen hoy un sentido mayor que la de Hong Kong. Por ello, los salones que dependen del tráfico de visitantes de otros países, se nos pueden presentar, en una primera fase, con mucha más dificultad que los certámenes locales.
Las próximas fechas de las ferias de joyería están hoy todavía pendientes de clarificar, en un pulso con la desescalada. Pero algo sí sabemos con certeza, serán entre septiembre y octubre, justo para poder permitirnos una campaña de Navidad económicamente digna. Después de la difícil situación en la que nos ha dejado el COVID-19, sólo un campaña de Navidad “decente” podría salvarnos el año. En realidad, llevamos años así, esperando “la Navidad”.
Nuestro producto, la joyería, se ha convertido en un producto, básicamente de Navidad. Las ventas de verano en zonas de turistas… este año tendrán una muy difícil situación. Todas sabemos la dificultad del turista nacional ya de años atrás, por lo que este año será peor sin el turista extranjero.
Los eventos feriales profesionales, junto con la comunicación profesional y por supuesto, las redes comerciales propias, tendrán que luchar ahora con un nuevo sistema de comercio con el retail: el B2B online.
Pero el problema del B2B online, es que nos ha cogido con el pie cambiado. El retail todavía ni lo conoce ni está habituado a su uso. Pero como buen acelerador en el tiempo, el COVID-19 se propone obligarnos a hacer este cambio con mucha, muchísima agilidad.
Pero, ¿están las tiendas preparadas para tal cambio?
Hasta ahora sólo hemos trasladado opiniones generales que escuchamos en todos los ámbitos del sector. Pero en mi opinión, y esto sí es una opinión personal, las ferias todavía van a ser necesarias para poder provocar el cambio.
Seguro vamos a ver, en ferias profesionales, cómo los proveedores publicitan su B2B online para hacer los pedidos necesarios para esta campaña de Navidad.
En la actualidad, las ferias profesionales son el sitio donde se presenten las novedades físicamente al retail, cosa que el online no puede hacer. Luego suelen ir los comerciales propios a visitar a aquellos que no han podido asistir a las ferias.
Este año, la situación es muy diferente a otros años… los comerciales propios llevan meses sin vender nada. La campaña de verano será muy difícil. Por lo que muchos comerciales autónomos no van a poder aguantar esta situación y buscarán alternativas. Posiblemente en otros sectores en auge, como laboratorios, farmacéuticos, proveedores de material sanitario, etc. Con el fin se sobrevivir, evitarán hacer gastos de viaje que no tengan la rentabilidad asegurada. Buscarán el teletrabajo, contactando con sus clientes por e-mail y teléfono.
Esto hará que muchos proveedores esperen, como recurso imprescindible, concentrar ventas o generar confianza en ellos con las novedades presentadas en feria. Si cabe, este año más que nunca.
Por ello es muy probable que este año nos sorprenda ver en auge las ferias locales, incluso con proveedores internacionales. Mientras las grandes ferias internacionales van a sufrir más la afluencia de público profesional.
Para conseguir esto, es imprescindible generar la confianza suficiente a nivel sanitario, para que expositores y visitantes acudan a las feria locales. Tendremos que hacer un esfuerzo mayor a nivel comunicativo para que los visitantes profesionales asistan con total tranquilidad.
En el posCOVID-19, la atención al cliente será clave para generar esa confianza. Por ello, veremos ampliada la disponibilidad virtual de contacto con el cliente profesional, dejando los eventos feriales locales cómo único contacto físico profesional, temporalmente.
Mientras tanto, hay que trabajar el e-mail, el teléfono, el B2B online y mucha comunicación en prensa profesional. Por supuesto. los proveedores con marcas con ánimo de ser conocidas por el público, tendrán que potenciar mucho la comunicación enfocada al público final.
Este año más que nunca, todos los proveedores tendremos que hacer un esfuerzo unidos. Por qué sólo así seremos más fuertes. Como los pingüinos ante el frío polar, tendremos que agruparnos en sitios donde unidos se multipliquen las fuerzas. Incluso no sería descabellado unirse en una campaña de comunicación de joyería global al cliente final. Donde expongamos lo fácil que es desinfectar joyas y relojes, a diferencia de ropa o zapatos. Alguien ha pensado, lo “infectante” que resulta quitarse una camiseta al llegar de la calle? Pasándola por delante de nuestras caras al quitárnosla. Pues no por ello nos dicen que vayamos sin camiseta. O sin zapatos, que van todo el día pisando virus y bacterias…
Foto: @Grupo Duplex