La prueba de que la Casa conjuga con maestría su exquisito saber hacer con la elección de sus materiales nobles.
La Alta Costura es el escenario perfecto para Chopard que ha decidido presentar durante esta jornada llena de moda, lujo y savoir faire una colección de Alta Joyería de Piedras excepcionales.
‘Exceptional Gemstones’: Chopard abre las puertas de un jardín de piedras extraordinarias
Famosa por su genialidad creativa, la Alta Joyería Chopard añade a sus áreas de especialización un enorme talento para sacar a la luz unas piedras excepcionales. Con ocasión de la Semana de la Alta Costura de París, el joyero situado en la plaza Vendôme presenta las últimas joyas surgidas de su búsqueda de la perfección: un surtido inédito de piedras preciosas, cuya pureza excepcional llamó la atención del experto ojo de Caroline Scheufele – el alma creativa de la Casa. Es la primera vez que Chopard expone un número tan importante de piedras preciosas de tanta calidad.
La madurez de la Alta Joyería Chopard
Admirada por su saber hacer y por su creatividad sin límites, la Alta Joyería Chopard ha conquistado el ámbito de las piedras excepcionales. Sus talleres, nacidos hace veinte años bajo el impulso Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, han tenido una proyección extraordinaria. Al reunir bajo un mismo techo a más de treinta oficios de este ámbito Chopard ha ido desarrollando con constancia la dimensión de su saber hacer.
Aunque la vida de los talleres ha estado marcada por grandes hitos, como las colecciones Red Carpet y Animal World, o el Garden of Kalahari – un aderezo completo que se concibió a partir de un diamante bruto de 342 quilates de una pureza excepcional – es la primera vez que la Casa presenta simultáneamente tantas piedras tan sumamente excepcionales. Se trata de una etapa decisiva que anuncia la madurez de la Alta Joyería Chopard, la prueba de que la Casa conjuga con maestría su exquisito saber hacer con la elección de sus materiales nobles.
Un jardín de piedras recogidas en lo más profundo de la Tierra
Apasionada de las piedras preciosas, consciente del carácter sagrado de nuestra madre Tierra, Caroline Scheufele ha reunido una colección de gemas extraídas en las cuatro esquinas del planeta. Cuenta con los especímenes más raros de la familia de las cuatro piedras preciosas, como un zafiro sin calentar de 21,04 quilates, un rubí de color sangre de pichón tallado en pera, también sin calentar, o incluso una serie de esmeraldas colombianas, de las que la más grande pesa nada menos que 61,79 quilates. Esta última va a ser la pieza más importante de un collar de diamantes a juego con un par de pendientes, que a su vez están engastados con dos esmeraldas de 32,16 y 39,80 quilates. Todas estas piedras presentan un número de inclusiones excepcionalmente pequeño para unos ejemplares de este tamaño.
El rey de las piedras preciosas, el diamante, reina en todo su esplendor sobre esta colección. Prueba de ello es un par de pendientes formados por cuatro diamantes grado D-Flawless y D-Internally Flawless, todos del tipo IIA – el nivel más alto de pureza, garantizado por la ausencia de nitrógeno y boro en la piedra. También se puede ver dentro de un conjunto de diamantes de color, que son a su vez muy codiciados puesto que, según el Gemological Institute of America (GIA), solo uno de cada 10.000 de todos los diamantes que se encuentran en la naturaleza se considera diamante de color. Encontrar piedras de calidad exige por ello una enorme labor de búsqueda, que lleva a cabo con gran brillantez Caroline Scheufele, que presenta un diamante fancy dark gray greenish yellow – llamado ‘camaleón’ porque tiene la característica de cambiar de color según su exposición a la luz o a una fuente de calor – y unos diamantes fancy yellow y Fancy Pink montados en solitario en unas sortijas y unos pendientes. En el centro de esta serie de diamantes de color se presenta, sin montar, un diamante fancy vivid yellow talla esmeralda de 33,26 quilates, junto con el diseño del collar de diamantes del que próximamente va a formar la parte como pieza central y, además, un par de pendientes de oro amarillo engastados con cuatro diamantes fancy yellow talla pera que tienen entre 7 y 18,6 quilates.
También se ha seleccionado una serie de piedras preciosas por su calidad y por el magnetismo de su color, como un ópalo cabujón negro de 26,44 quilates con unos poderosos reflejos azules y verdes o una turmalina Paraíba de 34,63 quilates, cuyo tono turquesa natural resplandecerá en un magnífico collar.
El diseño al servicio de la belleza
Para rendir homenaje a estos regalos de la naturaleza, los talleres de Chopard han volcado su saber hacer en unas creaciones de un diseño depurado que permite que la belleza intrínseca de cada una de las piedras se pueda expresar. Caroline Scheufele considera que la vocación del trabajo del joyero es sacar a la luz el resplandor natural de las gemas sin recurrir a ornamentos superfluos ni a florituras. Esta es la razón por la que la mayoría de estas piedras se engasta en solitario, en sortijas que, a veces, se adornan sobriamente con un microengaste o con otras piedras a ambos lados, o en pendientes. Lo justo para permitir admirar el carácter atemporal de estas joyas consagradas a la eternidad.