Con motivo de la semana de la Alta Costura Otoño-Invierno 2018-2019, Chopard presenta una deslumbrante colección de Alta Joyería, un sueño bordado con 71 creaciones. La Colección Red Carpet es el fruto de la creatividad de Caroline Scheufele, cuyo aliento creativo se despliega y se reinventa a lo largo de las colecciones, inspirando a Chopard su impresionante vitalidad.
Colección Red Carpet 2018, unas gemas extraordinarias
La Colección Red Carpet, que ya pudimos ver en el Festival de cine de Cannes, desembarca ahora también en la Alta Costura de París. Una colección que simboliza la quintaesencia de un saber hacer joyero clásico y de una tradición conservada y alimentada por una mirada nueva y una audacia creativa excepcional. El resultado es la expresión de todo un paisaje joyero contemporáneo, cuyo mascarón de proa es Chopard y que se ilumina gracias a la vitalidad, la imaginación y el talento de la copresidenta y directora artística de Chopard, Caroline Scheufele – el alma creativa de la Casa.
La celebración de unas piedras excepcionales
Este año la Colección Red Carpet se inspira en los numerosos viajes y en los sueños de su creadora, que recorre durante todo el año los numerosos países en los que se presentan las creaciones de la empresa familiar. Durante estas peregrinaciones es cuando Caroline Scheufele encuentra sus fuentes de inspiración, que por las noches transcribe a sus cuadernos de viaje. Es la mirada curiosa que posa sobre el mundo la que fecunda su creatividad; la arquitectura, el arte, la literatura o el cine, cualquier detalle es suficiente para que esta gran enamorada de las piedras preciosas sueñe con los aderezos más grandiosos. La naturaleza siempre es una importante fuente de inspiración – empezando por las piedras preciosas que, moldeadas por la tierra y por el tiempo, son una de sus más resplandecientes manifestaciones.
En el escenario de la Alta Joyería, la Casa representa una referencia absoluta en todo cuanto se refiere a la experiencia y la selección de las piedras preciosas. Son las piedras fuera de lo común las que inspiran a la futura joya: en su color, su volumen, su transparencia y su aura descubre Caroline Scheufele a las joyas.
Chopard, un escultor de maravillas
En el suntuoso abanico de las creaciones de la Colección Red Carpet 2018 se encuentran varios aderezos excepcionales. Caroline Scheufele ha caído bajo el embrujo de un conjunto de 17 esmeraldas de Colombia sin aceitar: una rareza absoluta, puesto que la naturaleza rara vez ofrece un conjunto de gemas tan puras y de un color tan homogéneo. Para sublimar su excepcional belleza ha optado por una alternancia de esmeraldas y de diamantes, en cuyo centro se han situado elegantemente dos magníficos diamantes D-flawless – de los que el más impresionante, de talla pera, pesa más de 20 quilates. Esta pieza de colección es la prueba de la devoción que Chopard y su directora artística sienten por las piedras extraordinarias. Siguiendo los sueños de Caroline Scheufele hacia un Oriente de fantasía, un collar abierto con pompones de rubíes se posa delicadamente sobre el cuello, se abre y luego recupera su forma gracias a la delicadeza y a la tecnicidad de sus materiales.
Guiada por sus odiseas, Caroline Scheufele también ha imaginado un fascinante collar de plumas, inspirado en los trajes y en el saber hacer tradicional de los pueblos de las llanuras de Mongolia. Gran primicia para la Casa, esta creación resplandeciente asocia una magnífica pieza central, compuesta por un camafeo de oro esculpido y adornado de volutas de apatitas azules, de granates violeta y de jaspe rojo, a un collar de plumas de gallo, de garza real, de avestruz y de faisán. Una obra realizada en colaboración con la artista plumajera Nelly Saunier.
¿Cómo no enamorarse del encanto de este par de pendientes, de un clasicismo absoluto y de una elegancia eterna, formados por cuatro diamantes D-flawless, dos de ellos de más de 19 quilates? Igual de regia, una sortija de oro blanco de 18k está coronada por un espléndido diamante solitario talla Asscher de 38 quilates, cuyas facetas reflejan la luz hasta el infinito como un caleidoscopio mágico. Y finalmente, un aderezo de esmeraldas y diamantes rinde homenaje a los engastes tradicionales, aliando un delicado encaje de diamantes a unas excepcionales esmeraldas, entre las que se encuentra una impresionante, de más de 22 quilates, que adorna el collar.