Hoy está claro que el comprar por comprar se ha terminado.
Si seguimos haciendo lo mismo no iremos a ningún sitio distinto. Hay que innovar si se quiere crecer, si se quiere sorprender o, simplemente, para ser diferentes. Las propuestas tienen que transportar a experiencias únicas, nuevas, actuales… Este mundo en el que vivimos cambia a gran velocidad.
El comprador de hoy quiere descubrir nuevas sensaciones que dan satisfacción a sus deseos, modas, saber estar o estilo de vida. Estamos ante un escenario diferente, el de ayer está caducado. Hay otras reglas de juego impuestas por los consumidores de hoy. La velocidad a la que estamos sometidos es de vértigo. ¿Realmente estamos preparados? Algunos, sin duda, sí.
Amazing es un claro ejemplo de ello. Está descubriendo el como meter de nuevo a la gente en un establecimiento de joyería. Volviendo a incitar a los jóvenes a consumir joyas y relojes. Y lo hace porque les ha encontrado su punto donde compran a gusto y disfrutan de esa compra.
El comprar por comprar se ha terminado. Ahora hay otra forma y hay que adaptarse a ella. Si es importante contar con tendencias vanguardistas, lo es tanto o más el tener estrategias de gestión modernas y adaptadas al comprador de hoy. Debemos ya dejar de pensar en la supervivencia y ponernos a vivir como seres humanos y del mercado actual.
El sector de la distribución está tomando el mismo camino que el de la vida diaria. O te posicionas, o te posicionan. Hay un camino importante para recorrer en la parte alta, y otro al que hay que adaptarse en la parte baja. La vida no solo es producción y consumo. Debemos crear caminos sostenibles según la situación económica y los gustos de hoy. Estoy convencido que en el mundo hay miles de ideas por desarrollar. A por ellas y a aprovechar el momento.
Fabricantes y detallistas han de trabajar juntos y pensando en quién es su consumidor final. No se puede seguir fabricando con el pensamiento en el establecimiento, en la tienda, y creer que ella ya encontrará la fórmula de llegar a su cliente final. Solo esa unión y pensamiento único nos va llevar a buen puerto.
No estamos hablando de sustituir a nadie, sino de convivir. Es un producto o fórmula complementarios, es la forma de hacer pensar en que algún día compraremos algo mejor.
El fundador de Amazing, Jesper Nielsen, afirma que sus estableci- mientos volverán a poner de moda la joyería, y yo lo que digo es que al menoshavueltoahacerpensaren que la joya también es un regalo o una satisfacción personal. Ya conozco muchos que entraron en un establecimiento Amazing, compraron y su reacción fue visitar a otros joyeros en busca de algo superior.
Ya no hay tiempo para pensar. Llegó la hora de actuar. Las experiencias de compra son muy personales, y han de ser satisfactorias. En este tipo de establecimientos se nos agudiza el ingenio y nos recuerda cuanto tenemos que gastar, el por qué, para qué y para quién.
Podríamos casi decir, del Amazing de hoy a una joyería del mañana. Puede ser una gran idea el poner el foco en la innovación y atención personal y olvidarse un poco de la palabra “joyero”. Está claro que los ganadores serán aquellos que presten la máxima atención al que visita el establecimiento, aunque no tenga nada que comprar. Allí se les va a despertar el sentido de satisfacción personal y, seguro, salir con algo. Los establecimientos del futuro en lugar de tiendas se llamarán lugares de experiencias. No nos podemos atar a viejos hábitos del pasado. El mundo ha cambiado, y el nuestro también.
Si seguimos haciendo lo mismo no iremos a ningún sitio distinto. Hay que innovar si se quiere crecer, si se quiere sorprender o, simplemente, para ser diferentes. Las propuestas tienen que transportar a experiencias únicas, nuevas, actuales… Este mundo en el que vivimos cambia a gran velocidad.
El comprador de hoy quiere descubrir nuevas sensaciones que dan satisfacción a sus deseos, modas, saber estar o estilo de vida. Estamos ante un escenario diferente, el de ayer está caducado. Hay otras reglas de juego impuestas por los consumidores de hoy. La velocidad a la que estamos sometidos es de vértigo. ¿Realmente estamos preparados? Algunos, sin duda, sí.
Amazing es un claro ejemplo de ello. Está descubriendo el como meter de nuevo a la gente en un establecimiento de joyería. Volviendo a incitar a los jóvenes a consumir joyas y relojes. Y lo hace porque les ha encontrado su punto donde compran a gusto y disfrutan de esa compra.
El comprar por comprar se ha terminado. Ahora hay otra forma y hay que adaptarse a ella. Si es importante contar con tendencias vanguardistas, lo es tanto o más el tener estrategias de gestión modernas y adaptadas al comprador de hoy. Debemos ya dejar de pensar en la supervivencia y ponernos a vivir como seres humanos y del mercado actual.
El sector de la distribución está tomando el mismo camino que el de la vida diaria. O te posicionas, te posicionan. Hay un camino importante para recorrer en la parte alta, y otro al que hay que adaptarse en la parte baja. La vida no solo es producción y consumo. Debemos crear caminos sostenibles según la situación económica y los gustos de hoy. Estoy convencido que en el mundo hay miles de ideas por desarrollar. A por ellas y a aprovechar el momento. Fabricantes y detallistas han de trabajar juntos y pensando en quién es su consumidor final. No se puede seguir fabricando con el pensamiento en el establecimiento, en la tienda, y creer que ella ya encontrará la fórmula de llegar a su cliente final. Solo esa unión y pensamiento único nos va llevar a buen puerto.
No estamos hablando de sustituir a nadie, sino de convivir. Es un producto o fórmula complementarios, es la forma de hacer pensar en que algún día compraremos algo mejor.
El fundador de Amazing, Jesper Nielsen, afirma que sus establecimientos volverán a poner de moda la joyería, y yo lo que digo es que al menos ha vuelto a hacer pensar en que la joya también es un regalo o una satisfacción personal. Ya conozco muchos que entraron en un estable-cimiento Amazing, compraron y su reacción fue visitar a otros joyeros en busca de algo superior.
Ya no hay tiempo para pensar. Llegó la hora de actuar. Las experiencias de compra son muy personales, y han de ser satisfactorias. En este tipo de establecimientos se nos agudiza el ingenio y nos recuerda cuanto tenemos que gastar, el por qué, para qué y para quién.
Podríamos casi decir, del Amazing de hoy a una joyería del mañana. Puede ser una gran idea el poner el foco en la innovación y atención personal y olvidarse un poco de la palabra “joyero”. Está claro que los ganadores serán aquellos que presten la máxima atención al que visita el establecimiento, aunque no tenga nada que comprar. Allí se les va a despertar el sentido de satisfacción personal y, seguro, salir con algo. Los establecimientos del futuro en lugar de tiendas se llamarán lugares de experiencias. No nos podemos atar a viejos hábitos del pasado. El mundo ha cambiado, y el nuestro también.