Se localizaron entre todas las tiendas 60 piezas que, según la Fiscalía, habían sido adquiridas de un proveedor italiano.
El Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo acogerá mañana un juicio, previsto a las 9:30 horas, con el dueño y dos empleados de una joyería ubicada en la capital asturiana. El motivo es un presunto delito con la propiedad industrial, ya que los acusados habrían vendido piezas falsas de la marca de lujo Versace.
Los hechos se remontan al 14 de mayo de 2016, cuando agentes de Policía realizaron un registro simultáneo de las tiendas de la mercantil, que dio como resultado la localización, dispuestas para su comercialización, de numerosas piezas de joyería con características que la hacían parecerse a piezas de Versace, como la cabeza del ser mitológico Medusa, registrada como marca por la mercantil Gianni Versace SPA. En concreto, se localizaron entre todas las tiendas 60 piezas que, según la Fiscalía, habían sido adquiridas de un proveedor italiano al margen habitual utilizado por la marca genuina.
El precio medio de ventas de las piezas de joyería originales de la marca Versace es de unos 600 euros un par de pendientes, 500 euros una pulsera, 90 euros un anillo y a partir de 400 euros un collar. El margen de beneficio medio que obtiene el titular de registro de la marca con la comercialización de los artículos es de un 30 por ciento y, de acuerdo con estos criterios, el titular estima el perjuicio derivado de los efectos intervenidos, al desconocerse el de las ventas realizadas, en 15.435 euros.
La Fiscalía solicita que, en concepto de responsabilidad, civil, los acusados indemnicen de forma conjunta y solidaria a la titular de la marca registrada con el importe de los perjuicios causados, así como la destrucción de las piezas falsas intervenidas.
En cuanto a los acusados, uno es socio y administrador único de una mercantil dedicada al negocio de joyería a través de varios establecimientos abiertos al públicos en las calles Uría, Nueve de Mayo, Marcos Peña Royo y Avenida del Mar, en Oviedo, y en la calle San Francisco de Avilés; los otros dos, son empleados que colaboraban con el propietario en la comercialización de las piezas de joyería y, según la Fiscalía, tenían pleno conocimiento de su «inautenticidad».
Fuente: Agencia EFE / El Comercio