La información recabada de un Apple Watch fue la prueba definitiva para resolver un asesinato que ocurrió hace dos años, en Adelaida, Australia. Por primera vez, la policía australiana pudo presentar datos como prueba en el juicio.
Myrna Nilsson, una mujer de 57 años residente en Adelaida, Australia, fue asesinada en 2016 en circunstancias muy poco claras. Su nuera Caroline, de 26, declaró a la policía que su suegra había sido seguida hasta el domicilio por un grupo de hombres, con los que discutió fuera de casa durante unos 20 minutos. Cuando los investigadores hicieron las preguntas de rigor, se sorprendieron con la explicación de la joven.
La policía, después de dos años de investigación, habría acusado a la nuera, Caroline Dela Rose Nilsson, de 28 años ya que para los investigadores, sin embargo, la historia no se sostenía. Fue entonces la información recabada del Apple Watch de la víctima la que finalizó la investigación.
Los datos y el latido del reloj inteligente que llevaba la víctima, indicaban que el ataque habría ocurrido alrededor de las 6:38 p.m. y la muerte unos minutos más tarde, alrededor de las 6:45 p.m; la fiscal del caso sostiene que «La evidencia del Apple Watch es una pieza fundamental para demostrar a la policía la falsedad de la versión del acusado«; «Un reloj de este tipo contiene sensores capaces de rastrear el movimiento y la velocidad de movimiento de la persona que lo lleva, también la frecuencia cardíaca». Estos datos contradicen la versión de la acusada que afirmó que los hechos se produjeron en un período de tiempo de 20 minutos.
Concretamente, Myrna Nilsson hizo 65 movimientos vigorosos en 39 segundos, en lo que -alega la fiscalía- fue el período en el que fue golpeada violentamente hasta la muerte por su nuera, informa el diario local Adelaide Now. Sería el primer caso en que un reloj inteligente sea la pieza más importante para resolver un asesinato.