En los negocios lo importante es escuchar al mercado.
He leído muchos artículos, y por cierto muy radicales, sobre el futuro de la relojería de lujo tradicional suiza. En esta vida, pocas veces se puede hablar en términos absolutos -aparte de la vida o de la muerte-. Mi opinión sobre este asunto es mayormente en términos más evolutivos y menos radicales.
Yo creo que siempre hay posibilidades de adaptarse a los grandes cambios, aunque no todo el mundo es capaz de hacerlo. Y, obviamente, los que no lo hacen, tarde o temprano, se hunden y desaparecen.
Es evidente que la relojería del ficticio “Swiss Made” -que se autocalifican indebidamente todas las marcas de relojes de lujo suizas-, las más famosas del mundo, están de un tiempo a esta parte en un incipiente pero claro declive, que cada año irá en aumento.
Estas marcas, a precios desorbitados, con una tecnología obsoleta, con una mayoría de piezas fabricadas mayormente en Asia, es además incapaz de dar la hora exacta que da un simple móvil y/o cualquier smartwatch de bajo precio, que aparte ofrece muchas otras más informaciones útiles. Lo importante en los negocios es escuchar siempre al mercado y ofrecerle el producto que necesita. Los llamados smartwatches, en solo cinco años de vida, ya han conquistado más de la mitad del mercado mundial de relojes de pulsera en piezas, y su producción continúa creciendo en dos dígitos año tras año, mientras la produc- ción de relojes tradicionales, con su tecnología obsoleta, continúa decreciendo.
Mientras los smartwatches representan una gran novedad, dan la hora exacta y mucha información adicional útil a precios competitivos, los relojes mecánicos o de cuarzo son “más de lo mismo”.
En este corto periodo de cinco años los smartwatches son ya mayoritarios entre la gente joven -que son el futuro-, mientras que los relojes tradicionales van quedando relegados a la gente mayor tradicional.
Los canales de distribución de la mayoría de los smartwatches son novedosos, rápidos y eficientes, y cada año se van superando, mientras que los relojes tradicionales se mantienen en anticuadas relojerías-joyerías, la mayoría caducas e ineficientes, fuera del mundo digital. Mientras que las ventas online van aumentando año tras año, las ventas de relojes tradicionales, a través de las consabidas tiendas, van disminuyendo.
Es obvio que si la presencia online de una tienda se limita abrir una web y ofrecer sus joyas y relojes a un precio igual, tanto si se compra directamente en la tienda u online, los resultados serán mínimos. Para obtener óptimos resultados en las ventas en online, hay que disponer de una buena base de datos que cubra el espacio territorial escogido y, acto seguido, vender a precios lo más competitivos posible. La mezcla de ventas en tienda y ventas online siempre forman una extraña pareja.
Podríamos hablar de diseño, de tradición, de artesanía, de vanidad, de lujo y de muchas cosas más, en defensa de la relojería tradicional, pero estoy convencido que la gente evoluciona con la era que les ha tocado vivir, y hoy en día es el momento del cambio de acuerdo con el mundo digital y tecnológico que nos toca vivir.
Por lo tanto, mi corazón y, muy a pesar mío, me dice que todas las marcas suizas de lujo, fabricadas mayormente en Asia, continuarán languideciendo año tras año – desapareciendo en el camino la mayoría de ellas-, y la famosa relojería suiza irá convirtiéndose, paso a paso, en un mercado testimonial y residual, mayormente formado por un pequeño núcleo de gente clásica adinerada, los coleccionistas y los consabidos nuevos ricos.
Espero y deseo lo mejor para todos.
Gracias por tu sinceridad Pedro y volcar publicamente tu vision actual y predicción del futuro del sector que ademas comparto totalmente en casi los mismos términos