Si no, que se lo digan a esta mujer que en el año 76 decidió embarcarse en el negocio con su marido fallecido y dos hijos pequeños. Ella dio vida a Luxenter, una de las marcas de referencia en el sector joyero.
Carmen Lizarriturri y Luxenter son eso… una misma cosa. Ahora es su hijo Iván Moreno quien lleva las riendas de la empresa, pero es imposible olvidar su talante amable al atenderte en feria, las férreas convicciones con las que pilotó su empresa y, especialmente, su amor por la joyería. Tras iniciarse con su marido en la importación de materias primas, sobre todo piedras semipreciosas procedentes de África, en 1976 da vida ella sola a Luxenter. Hoy permanece su impronta en la marca y el amor por el continente africano en todas sus colecciones.
¿Cómo te iniciaste y porqué te sentiste atraída por el mundo de la joyería?
Junto a mi marido comenzamos a trabajar en 1972 importando las materias primas desde diferentes países, sobre todo de África. Me gustaban enormemente las piedras semipreciosas, una explosión de alegría. En el 76, cuando él falleció, entré a producir joyería y nace Luxenter. ¿Qué porque me gusta la joyería? Porque es preciosa y te atrae absolutamente.
¿Cómo es ser mujer en este sector?
No es fácil, pero se puede conseguir. Claro que he pasado por momentos muy difíciles, pero si tienes tesón e ilusión sigues adelante y logras tus sueños.
¿Qué visión como mujer piensas has aportado o aportas al mismo?
Nosotras, como mujeres, siempre hemos de adornarnos y encontrarnos favorecidas, y si tú lo estás, como sector, tenemos el privilegio de ayudar a que todas las demás también lo estén. Y eso hay que transmitir, que nos tenemos que poner guapas siempre.
¿Qué le dirías a las futuras mujeres que vayan a trabajar en este sector?
Que sean ellas mismas y que no se dejen manipular por nadie, que confíen en su ilusión y lograrán su meta.
En este 8 de marzo Día de la Mujer, Carmen Lizarriturri te invita a entrar en su casa, Luxenter.
Buena empresaria y sobre todo buena persona!!