Richemont, la compañía suiza de lujo, especializada en el negocio de la relojería y joyería, mantiene sus ventas al alza, excepto en Japón, única región donde las ventas del grupo cayeron entre abril y diciembre.
Richemont registró una cifra de negocio de 8.724 millones de euros durante el periodo. El conglomerado suizo de lujo, propietario de marcas como Cartier y Van Cleef&Arpels, elevó sus ventas un 6,7% en los nueve primeros meses del ejercicio (cerrado el pasado 31 de diciembre). El alza estuvo motivada por el fuerte crecimiento de la empresa en la región Asia-Pacífico.
En concreto, la cifra de negocio de Richemont entre abril y diciembre de 2017 se situó en 8.724 millones de euros, frente a los 8.179 millones de euros facturados en el mismo periodo del año anterior. Por regiones, Asia-Pacífico copó el grueso del negocio de la compañía, con una facturación de 3.357 millones de euros y lideró su crecimiento, con un alza del 15,8%.
En segundo lugar se situó Europa, donde las ventas de Richemont se elevaron sólo un 0,8%, hasta 2.469 millones de euros, mientras que América ocupó el bronce con una cifra de negocio de 1.451 millones de euros, un 5,2% más. El grupo creció un 1,8% en Oriente Medio y África, hasta 674 millones de euros. En Japón, en cambio, las ventas encogieron un 2,2% en los nueve primeros meses del ejercicio, hasta 773 millones de euros.
Por canales de distribución, la cifra de negocio de Richemont a través de sus puntos de venta monomarca se situó en 5.276 millones de euros, un 9,2% más. En cambio, el impulso en el canal multimarca fue menor, con un alza del 3%, hasta 3.448 millones de euros.
Por categorías de producto, las marcas de joyería lideraron el crecimiento de la compañía, con un ascenso del 10,9%, hasta 4.992 millones de euros. Le siguió la relojería, con unas ventas de 2.308 millones de euros, un 2,2% más. El resto de divisiones de Richemont, donde se incluyen marcas de moda y accesorios como Chloé, Azzedine Alaïa y Lancel, estancaron su facturación en 1.424 millones de euros.
El pasado noviembre, el grupo suizo engordó su cartera de marcas con la compra de Serapian, compañía italiana especializada en bolsos de lujo y controlada hasta entonces por la familia fundadora. La adquisición se produjo cuatro meses después de que Richemont completase la venta de la marca china Shanghai Tang, que pasó a manos del emprendedor italiano Alessandro Bastagli.