Encerrados en sus hoteles y en alerta máxima. Así se encuentran los 15 joyeros que el pasado 10 de septiembre viajaron a Hong Kong para acudir a una de las principales citas del sector, la feria «Hong Kong Jewellery & Gem Fair». La razón de esto se debe al azote del tifón Mangkhut, que presenta una «gran amenaza», según el Observatorio de Hong Kong, y que no permite a los joyeros y sus acompañantes, asesores y técnicos, volver a casa.
Hong Kong permanece en alerta máxima por el tifón, que ha causado numerosos destrozos a su paso por la urbe y presenta una «gran amenaza» también para el sureste de China. Entre otras cosas, los fuertes vientos han provocado la cancelación de todos los vuelos, además del cierre del encuentro empresarial al que acudieron los profesionales cordobeses. Según señala la presidenta de la Asociación de Joyeros Cordobeses, Milagrosa Gómez, los empresarios, con quien mantiene un contacto permanente, se encuentran en buen estado, aunque sin poder salir del hotel.
«Estamos muy preocupados por que la situación es de alerta máxima. He hablado con algunos de los joyeros y todos están encerrados a la espera de que pase el tifón. La feria, evidentemente, ha sido suspendida y este suceso ha supuesto un contratiempo importante por el esfuerzo que han tenido que hacer estos joyeros para estar allí», señala Gómez.
Se desconoce si la feria se reanudará, ya que su clausura estaba prevista para el día 18. Ante la preocupación, Gómez se ha puesto en contacto con las autoridades cordobesas para informales de lo sucedido y “que estén pendientes” de la situación de los joyeros cordobeses. Tanto la alcaldesa, Isabel Ambrosio, como la subdelegada del Gobierno, Rafi Valenzuela, que se ha puesto en contacto con el canciller del consulado español en Hong Kong, están informadas de lo sucedido. A la espera de acontecimientos, Gómez insiste en que “todos ellos se encuentran bien”.
La treintena de joyeros en la isla representan a un total de 14 empresas cordobesas del sector. Hong Kong es el principal centro comercial de joyería del mundo, por ser un puerto libre en el que no existen impuestos ni restricciones impuestas sobre productos de joyería o materiales relacionados. También es el trampolín ideal desde el que los comerciantes de todo el mundo pueden aventurarse en los mercados en auge de China continental y el resto de Asia.