Los Mossos d’Esquadra desarticularon la semana pasada a este grupo criminal.
El juez ha decretado prisión a diez de los trece detenidos, comunicada y sin fianza. Tras el operativo organizado la semana pasada por la policía de Barcelona, contra ladrones de este tipo de robos, registrando hasta siete domicilios en aquél momento, ya son diez los ladrones que están en prisión.
El juez en funciones de guardia de Barcelona ha ordenado el ingreso en prisión sin fianza para diez miembros de una banda dedicada al robo de relojes de lujo en la capital catalana. Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, en funciones de guardia, recibió ayer a 13 detenidos integrantes de una banda de ciudadanos magrebíes a los que se imputaba delitos de robo con violencia y organización criminal.
El magistrado acordó la prisión provisional, comunicada y sin fianza para diez de ellos, mientras los otros tres quedaron en libertad con medidas cautelares: personación periódica en el juzgado, prohibición de salir del país y retirada de pasaporte.
Los Mossos d’Esquadra desarticularon la semana pasada a este grupo criminal especializado en robos violentos de relojes de alta gama en la vía pública de Barcelona. Los autores de los robos formaban parte de un grupo criminal que actuaba de forma reiterada y profesional con el objetivo de conseguir el reloj de la víctima, mayoritariamente turistas de alto poder adquisitivo.
Para cometer los robos, los ladrones utilizaban la violencia en la mayoría de los casos y actuaban en grupo o de manera individual a cualquier hora del día o de la noche, pues antes de asaltar a la víctima, la seguían hasta algún lugar oportuno para cometer el delito, habitualmente una calle estrecha o oscura.
Después, los autores huían hasta uno de los numerosos domicilios que tenían repartidos por diferentes puntos de Barcelona, donde guardaban el reloj robado. Los ladrones actuaban con diferentes identidades y a veces con documentación falsa, aunque eran itinerantes y, una vez acumulada una gran cantidad de dinero a partir de la venta de los relojes, viajaban a otras ciudades europeas.