El primer reloj de pulsera de la historia y el motivo por el cual siempre llevemos este complemento en la muñeca izquierda tienen algo en común y todo viene de la mano de Louis Cartier.
Louis Cartier le regaló al piloto brasileño Alberto Santos-Dumont, en el año 1904, un innovador reloj que podía ser consultado en pleno vuelo sin problemas, después de que el aviador le contara a su amigo Louis la dificultad que representaba leer la hora en un reloj de bolsillo durante sus travesías. Nació así el primer reloj de pulsera de la historia, el Santos de Cartier, cuyo nombre sigue siendo hoy sinónimo de determinación, libertad y desenvoltura.
Aquí llega entonces la otra cuestión. Desde siempre hemos colocado nuestro reloj en la muñeca izquierda y seguramente sin saber muy bien porqué. Pues bien, los hombres del S.XIX tenían un bolsillo en el frontal izquierdo de sus chalecos y de ahí sacaban sus relojes, que sujetaban con la zurda y manejaban con la diestra. Cuando se popularizaron los relojes de muñeca, los pilotos que combatían en la I Guerra Mundial mantuvieron la posición izquierda de sus relojes por tradición y sobre todo por utilidad: podían consultar la hora y dar indicaciones sin apartar la mano de los mandos y dejando la derecha completamente libre.
De tradición en tradición, hoy en día seguimos optando por la muñeca izquierda a la hora de ponernos nuestro reloj.
Fiel a su filosofía innovadora, el Santos marca un nuevo hito.
El Santos de Cartier se ha convertido en un mito que sabe renovarse sin perder su esencia. Esta vez lo hace de la mano de Jake Gyllenhaal, uno de los actores más influyentes de Hollywood.
Este año, además de contar con nueva imagen, este diseño de Cartier se reinventa. La correa explora nuevas horizontes, en acero, oro, piel de becerro, de aligator, en diferentes colores y formas…todas ellas perfectas compañeras de viaje gracias al sistema QuickSwitch de Cartier que oculta el mecanismo de unión bajo el brazalete y se acciona ejerciendo una simple presión. En el Bisel también radica la gran novedad del nuevo diseño, ya que rebaja su tamaño para favorecer la sinergia entre las líneas de la caja y las del brazalete, acentuando así la dinámica estilística del reloj.