¿Hasta cuándo estos clientes se van a permitir olvidar la función primordial de un reloj?.
Por Pedro Pérez, director de Grupo Duplex / Desde tiempos ancestrales la medida del tiempo ha sido una larga lucha por la precisión en la que se han ido mejorando los resultados con la llegada de los relojes de sol, agua, arena, de la fina mecánica, luego el cuarzo y recientemente el átomo que es como casi se consigue el objetivo. La primera prioridad es medir el tiempo de la manera más precisa posible y desde hace muy pocos años, la humanidad ha logrado este hito con los relojes atómicos.
Actualmente los relojes atómicos se han conectado con los ordenadores, con los móviles, con algunos relojes de pulsera, relojes de pared, etc etc. logrando dar la hora exacta por primera vez en la historia, y es por ello que no tiene sentido que aún no la tengas en los relojes de pulsera de las mundialmente conocidas y famosas marcas relojeras suizas… Habrá que recordar lo que ocurrió en este país relojero (Suiza) cuando Seiko introdujo la tecnología del cuarzo.
Se supone que cuando alguien se dispone a comprar un reloj el objetivo primordial, en la mayoría de los casos, es que dé la hora exacta, además de otras cosas… Aparte de un exquisito diseño, del uso de metales y piedras preciosas en sus cajas y brazaletes, de la ostentación de portar una gran marca mundial para que todo el mundo sepa el dinero que tiene quien lo compra, etc, etc. Pero lo que todo el mundo calla, porque no interesa decirlo, es que ninguna de estas maravillas artesanas de alta relojería suiza con movimientos mecánicos o de cuarzo, ninguna en ambos -aunque los relojes de cuarzo son más precisos que los mecánicos-, se libra de los atrasos sucesivos o adelantos al dar la hora a sus propietarios.
Llegará el momento en que estas apreciadas y famosas marcas no podrán ocultar mucho tiempo más su falta de precisión en el mundo tecnológico actual, porque esa hora exacta se encuentra en productos supereconómicos de gran consumo y la globalización los ha extendido por todo el mundo a gran velocidad.
Parece que estas marcas se conforman con ser famosas y estar amparadas por grandes campañas publicitarias y con un alto valor intrínseco y sofisticado basado en conceptos como lo artesanal, sentimental, etcétera. Y en satisfacer la vanidad y arrogancia del usuario que lo compra. ¿Hasta cuándo estos clientes se van a permitir olvidar la función primordial de un reloj, que es la precisión en este mundo tecnológico y conectado en el que nos encontramos? Un italiano diría: “Chi vivrá, verra”.
Para muestra la tenemos en la mayor feria de relojería Basel que se está debatiendo en medio de grandes dificultades que le van a ser muy difíciles de superar. Está languideciendo lentamente. Pero también estas grandes tecnologías sufren el calvario de una imposición inmediata.
Algunas veces el éxito llega en las segundas partes, porque el mercado necesita tiempo para madurar y dar el fruto deseado. Sin duda nos encontramos en un tiempo de adaptación a las medidas tecnológicas, pero se están enfrentando a las tradicionales y acabarán reemplazándolas.
En esta era digital donde nos encontramos, con cambios constantes a ritmo vertiginoso, o nos subimos al tren o lo perdemos.
Híbridos, de Apple a Fossil, Swatch y Festina-Lotus
A estas alturas una buena parte del pastel la representa el mercado de alta relojería suizo, pero ya tiene nubes amenazadoras de tormenta en el horizonte. Todo afecta a todo. Las grandes relojerías y joyerías situadas en las céntricas ciudades de las principales plazas del mundo también van esquivando esta situación con el paso de los tiempos. Los intermediarios cada vez tienen menos razón de ser. Las joyerías de barrios pequeños se van consumiendo lentamente… El cambio no vendrá, está aquí.
Estamos en unos tiempos en los que el mercado de los relojes tradicionales está seriamente afectado y no le basta con poner el “SwissMade”. Los cambios de hábitos de la gente joven son evidentes. Con la aparición de móviles y ordenadores dejan de llevar el reloj tradicional. Cuando Apple lanza el smartwatch, nuestro sector se gira y le da la espalda esperando que volviera a salir el sol. Fue una falta de interés sectorial total. Solo pasaron cuatro años y ya estamos viendo de nuevo su sombra.
Continuamos insistiendo en los relojes tradicionales y no nos dimos cuenta que, haciendo las mismas cosas, nada nuevo se aprende… E aquí el primer error. Las ventas de relojería comenzaban a sufrir sus bajadas. Todo lo enfocamos a esa larga crisis que nos afecta. Segunda equivocación.
En 2018 Apple vendió 22,5 millones de smartwatches, que es un 50% del total de relojes inteligentes vendidos y espera un aumento de otro 20% para 2019. Ya han dejado de ser un reloj para jóvenes. Hay un aumento del interés en temas de salud, memoria, deporte, cámaras de alta precisión, controles remotos, altavoces, GPS, termómetros, altímetros, desarrollo del 5G…Aumenta el interés en estos relojes inteligentes y conectados, a lo que si le añadimos las bajadas de precios año tras año, van restando lugar a los relojes tradicionales ya sean mecánicos o de cuarzo. El horizonte se empieza a ver muy oscuro…..
Hoy aparece una nueva salida y puede ser la de los relojes híbridos. Es decir, los tradicionales a la vista, pero conectados a esa herramienta que les permite ponerse al día. El grupo Fossil dio un gran paso de gigante en este sentido. Ahora parece que entra en escena el grupo Swatch, y la gran sorpresa que nos dió hace un mes el conocido magnate español de la relojería Miguel Rodríguez (Grupo Festina-Lotus) con la adquisición de una gran empresa situada en Malmö que ya exporta relojes híbridos a más de 30 países. Será muy interesante ver su evolución desde ahora.
Los grandes cambios no son fáciles y mucho menos en la era actual con la importante transformación digital que tenemos encima. La estructura ha de ser modificada por completo porque, entre otras cosas, los márgenes a los que nos tenía acostumbrados el reloj tradicional no son los de la era digital. La competitividad es otra y la transparencia es total.
Estamos apostando por una gestión eficiente de la energía, el big data se utiliza para optimizar y reducir emisiones, reciclaje, energías renovables, etc… y lo que llaman 4.0, ligada a la inteligencia artificial y la innovación, vía importante para avanzar en este sentido.
Artículo publicado en Contraste.
Estoy totalmente de acuerdo, llevo mas de 30 años vendiendo relojes de alta gama y no vamos a entrar en ese tema. En mi humilde opinión, los relojes automáticos caros, tendrán siempre un hueco social en los que los grandes magnates y sus esposas se medirán quien lleva la mayor barbaridad. Pero desgraciadamente, es una minoría dentro de una gran minoría. El resto de seres humanos se los pondrán para bodas, bautizos y comuniones, BBC, que decimos en tono jocoso. Acabaremos arrinconando los mecánicos y automaticos, ya que los mantenimientos de dichos relojes costaran mas que el último modelo electrónico.