“En 40 años por mis manos han pasado millones y millones de piezas”
La larga trayectoria profesional de Orobase permite narrar la evolución que casi en medio siglo ha tenido un servicio impresincidible para el sector joyero, pero muchas veces ninguneado, y a ello apelamos en esta entrevista. Nos explica Alfredo García que antes la fornitura se entendía como “algo marginal que se incorporaba a los muestrarios para prestar un servicio extra al cliente”. Con la aparición de Orobase cambió por completo la percepción de la misma, comenzando a jugar en primera división. La incorporación de nuevos productos como la fornitura de precisión o el salto del servicio al mundo digital explican la buena salud actual de la que goza la empresa fundada por Alfredo García, sin olvidar nunca una estrategia comercial que siempre perdura en un buen negocio: “el servicio y la velocidad, ligados a un buen precio”.
¿Sus inicios en el sector estuvieron ligados a la fornitura?
No, yo empecé muy joven, en los 70, con 21 años, como representante de joyería para marcas muy conocidas en aquellos tiempos. Fueron mis comienzos en una década, la de los 70, muy intensa; unos momentos muy dulces en una España que tenía hambre de ostentación y quería presumir. Se vendía muy bien el oro como ocurre en cualquier país en vías de desarrollo. Llegó un momento en que necesité ayudante. Trabajaba muchísimo; salía el lunes de madrugada y volvía a casa el sábado a mediodía. Era un trabajo intenso y yo era perseverante. La falta de experiencia la suplía con el impulso de la juventud.
Sus 30, hablamos de principios de los 80, ¿le hicieron reflexionar?
Había ido observando que el sector se interesaba por las fornituras, reasas, cadenas de seguridad y otros componentes que se incorporaban en los muestrarios como un más a más, pero no se encontraba una empresa de forma seria que llevase solo fornituras. Pensé que había un hueco en el mercado y empecé a llevar fornitura en cantidades. Entonces se empaquetaban las piezas en lotes de 100 unidades (por ejemplo, las reasas que se cambiaban con mucha frecuencia). Así comenzó el germen del negocio. Al cabo de más o menos un año, en 1983, con mis dos hermanos, que también estaban en la profesión como representantes, fundé la sociedad Hnos García, y en el 84 ya expusimos en Iberjoya y fue un éxito. Yo era el administrador y el director general, fueron muy buenos años; la joyería representaba un estatus…
Tengo entendido que, a mediados de los 90, comienza su camino en solitario con Fornituras de Joyería…
Sí, fue entre el 93 y 94, por una diferencia de criterios. Yo era partidario de continuar con la fornitura, servir a las tiendas, las joyerías, talleres y fabricantes, ampliar modelaje y dar un servicio de entrega inmediata y crear una empresa de referencia en España. Mis hermanos eran más dados a expandirse en otros segmentos de la joyería. Así que, definitivamente, desvinculamos nuestros caminos.
¿Había competencia en España?
Sí, efectivamente la había, pero Orobase, que en cierto modo revolucionó en nuestro país la forma de distribuir fornitura con un sistema distinto. Hasta entonces la fornitura se consideraba como algo marginal que se llevaba para prestar un servicio más a más al cliente.
¿Cómo quiso definirse como empresa de servicio?
Desde los inicios he provisto a mis clientes directamente. He tenido hasta 16 representantes en España, todos llevaban mercancía y eran operaciones en el acto. La actitud de servicio ha sido siempre grandísima.
¿Nos puede aclarar la relación entre Orobase y Fornituras de Joyería?
En 1997 monté la sociedad Fornituras de Joyería, Orobase continuó como marca. Desde entonces hasta hoy ha habido etapas importantes para mí, como la informatización. Entre 2003 y 2004 ya empecé a tener una página web. A ello se sumó, por aquel tiempo, la introducción de un nuevo concepto de fornitura no existente hasta entonces, la fornitura de precisión, que va dirigida a las piezas de más calidad, más propias de la media y alta joyería. Fue entonces también cuando me cambié de la calle San Bernardo a Esparteros, aquí en Madrid. Todo casi simultáneamente por aquella época.
¿Fue entonces cuando se consolida su política de atención al cliente?
Empezamos a aumentar mucho nuestras fornituras en oro, pero también en plata, destacando el servicio y atención al cliente. Ya por esas fechas los representantes solo llevaban muestrarios y entregábamos pedidos en 24 horas… y siempre, a pesar del desarrollo de todo esto, manteniendo una filosofía de cercanía con el cliente. Nos gusta la atención personal y nos resulta imprescindible.
¿Cuántas fornituras han pasado por sus manos en todos estos años?
¡Ufff! Por mis manos han pasado infinidad de piezas. No podría hacer cuentas, en 40 años en el negocio, millones y millones de piezas, una barbaridad.
En el negocio de los componentes, existirán sus propias estrategias co- merciales. ¿Las puede desvelar?
Mi estrategia comercial es muy antigua, el servicio y la velocidad, y luego un buen precio, naturalmente escalonado por consumo. E incorporar constantemente las ofertas precisas para responder a las nuevas tendencias y los cambios que se producen en la joyería. Intento atender a tiendas, diseñadores, talleres y fabricantes en todo lo que necesitan.
A día de hoy, imaginamos tendrá un número fiel de clientes…
Más de 8.000.
Incluyó una surtida área de cadenas. ¿Cómo ha respondido el mercado?
El sector ha respondido bastante bien a las cadenas, un área que va creciendo constante y permanentemente. No hay mucho secreto en ello: ofrezco un buen surtido, sirvo de forma inmediata y tengo un buen precio.
Sus compradores no pueden calificarse de gigantes, ¿verdad?
Ya no hay compradores gigantescos, el mercado principal son las tiendas y talleres de joyería, y luego otro mercado de grandes cadenas de tiendas y fabricantes cuya forma de trabajar es totalmente diferente. Les hago piezas a su medida, personalizadas… es la otra área de la empresa.
Fue pionero en pasar su catálogo al mundo digital. ¿Qué le animó a ello?
He aprendido mucho en mis viajes y la pluralidad de las gentes. La digitalización de la empresa fue un paso natural más en ello. Piense que en este negocio se manejan muchas piezas y hay que tener control sobre ellas. Yo tenía catálogos muy buenos. Y enviaba constantemente dípticos y trípticos a nuestros clientes. En este contexto, como un paso natural, inicié nuestra presencia en Internet y siempre he tenido confianza en ello. Hace tres o cuatro años hice un gran esfuerzo en la nueva página para que fuera perfecta y, sobre todo, precisa en todos los detalles y el calibrado de las piezas. En 2020 volví a renovarla con casi 4.000 referencias de producto en fornituras de joyería en oro, plata y otros materiales. Ahora tengo una página web de la que me siento satisfecho, aunque siempre en constante desarrollo. Cada día, es verdad, va teniendo más importancia dentro de mi negocio. La venta online es muy importante, en mi caso es esencial, dado que los profesionales ya conocen la mercancía. Pero, como le decía, la relación personal continúa siendo nuestra prioridad, seguimos hablando por teléfono, ofreciendo una atención inmediata al cliente. No somos un robot, a toda actividad en la vida hay que darle un cariz humano.
En su ruta no han olvidado nunca el trato personal y directo con el cliente. ¿Cómo ha trabajado estas sinergias?
La pura y sencilla verdad es que me puedo dedicar mucho más a ello porque gozo de un equipo muy bueno, con mucha experiencia y totalmente cualificado.
¿A dónde se dirige a corto plazo?
En cuanto a mi proyecto futuro, es seguir con nuestra filosofía de siempre de dar un gran servicio y tener aquello que el cliente necesite y también lo que pueda precisar para ayudarle en sus elaboraciones. Cada día ofrecer más y mejor en España, y empezar la expansión en Europa y países afines.