Este año, en Pekín, la operación contará con un equipo de 300 cronometradores y 200 toneladas de equipamiento.
Beijing 2022 marcará un hito especial para Omega, ya que la firma suiza celebra su trigésima ocasión como Cronometradora Oficial de los Juegos Olímpicos que dan su pistoletazo de salida hoy viernes 4 de febrero, hasta el próximo día 20 de febrero.
Desde hace exactamente 90 años, Omega es un nombre líder en la cronometría deportiva, registra los sueños de los mejores atletas del mundo y desarrolla continuamente las tecnologías de que dependen todos los resultados. De hecho, cuando Omega comenzó su función en 1932, la manufactura cumplía su cometido con un solo relojero y 30 cronómetros. Este año, en Pekín, la operación contará con un equipo de 300 cronometradores y 200 toneladas de equipamiento, lo que demuestra lo mucho que ha crecido esta función vital y cómo se han impulsado continuamente los niveles de excelencia.
Por supuesto, Omega también tiene una valiosa experiencia en Pekín. En el verano de 2008, la firma llegó como Cronometradora Oficial y fue testigo de uno de los Juegos Olímpicos más memorables de la historia, al tiempo que disfrutaba de una espectacular recepción por parte de la ciudad anfitriona. No cabe duda de que el mundo está de nuevo preparado para un acontecimiento de proporciones épicas.
Aprovechando la ocasión de Omega como cronometrado oficial de Beijing 2022, repasamos sus hitos invernales:
Los primeros juegos olímpicos de invierno
1936 fue el primer año en que Omega cronometró oficialmente los Juegos Olímpicos de Invierno. Con un solo relojero y 27 cronómetros, la firma cumplió su papel admirablemente, midiendo cada momento en Garmisch-Partenkirchen. Omega ya había sido elegida como la primera Cronometradora Oficial de los Juegos Olímpicos cuando se disputaron las pruebas de verano en Los Ángeles, en 1932.
Llega la era electrónica
1948 fue la primera vez que se utilizaron las células fotoeléctricas de Omega en los Juegos Olímpicos. Esta revolucionaria tecnología detiene automáticamente el reloj en la línea de meta de las carreras y sustituye las capacidades poco fiables del ojo humano. Durante los eventos del verano de aquel mismo año, la marca introdujo también su primera cámara Photofinish en los Juegos Olímpicos, lo que cambió para siempre las características del cronometraje.
Puertas de salida
1956 fue la primera vez que Omega introdujo las puertas de salida en el esquí alpino de los Juegos Olímpicos. En su presentación en Cortina d’Ampezzo, las puertas señalaban el comienzo de cada carrera. En cuanto los atletas las cruzaban, el OMEGA Quartz Recorder o registrador de cuarzo se activaba.
El tiempo en la pantalla
1964 fue el primer año en que Omega pudo sobreimprimir en la parte inferior de las pantallas de televisión los tiempos de las actuaciones de los Juegos Olímpicos. Todo esto fue gracias a una nueva tecnología conocida como Omegascope. Nunca antes los espectadores que se encontraban fuera de las instalaciones habían estado tan rápidamente y tan bien informados sobre los eventos que se estaban celebrando. En aquel momento, en Innsbruck, el concepto de información deportiva «en tiempo real» había llegado.
Proporcionando estadísticas
1968 fue el primer año en que Omega introdujo en los Juegos Olímpicos el «Cronometraje Integrado». Con las pruebas celebradas en Grenoble, la marca pudo suministrar a la prensa, los medios de comunicación, las cadenas de televisión, los jueces y al público en general información adicional sobre las actuaciones atléticas, así como estadísticas detalladas. Además, el actualizado Omegascope también pudo sobreimprimir en las pantallas de TV los detalles completos de la competición, incluidos los nombres de los atletas, los tiempos en directo, los tiempos finales, los tiempos intermedios y las velocidades.
Visualización de las clasificaciones en vivo
1980 fue el año en que Omega presentó su tecnología Game-O-Matic. El sistema podía calcular y mostrar inmediatamente la clasificación de un atleta, en cuanto cruzaba la línea de meta, en las pruebas de esquí alpino. Contó con su propio equipo de procesamiento de datos y cumplió todas las expectativas del Comité Organizador en Lake Placid aquel año.
La nueva cámara Photofinish
1980 fue el año en que Omega presentó su tecnología Game-O-Matic. El sistema podía calcular y mostrar inmediatamente la clasificación de un atleta, en cuanto cruzaba la línea de meta, en las pruebas de esquí alpino. Contó con su propio equipo de procesamiento de datos y cumplió todas las expectativas del Comité Organizador en Lake Placid aquel año.
Tecnología vestible
2006 fue el primer año en que Omega introdujo transpondedores especiales que los atletas llevaban puestos. Utilizados principalmente en la nueva prueba de persecución por equipos en patinaje de velocidad, en Turín, los transpondedores se ponían en los tobillos de los competidores y eran capaces de enviar y recibir señales de radio, lo que permitía a la marca captar mediciones de tiempo específicas.
Pistola electrónica de salida
2010 vio en Vancouver la llegada de la nueva Electronic Start Pistol o Pistola Electrónica de Salida. En lugar de utilizar una pistola tradicional, Omega presentó un dispositivo aerodinámico y futurista compuesto por una pistola de flash y una caja de generación de sonido. Cuando el juez de salida aprieta el gatillo, ocurren simultáneamente tres cosas: se «produce» un sonido, se emite un destello y se transmite un impulso de inicio al dispositivo de cronometraje.
El whistle detection System
2014 Entre las nuevas tecnologías más emocionantes de Sochi se encontraba la llegada del Whistle Detection System o Sistema de Detección de Silbato en el hockey sobre hielo. Lo portaban los oficiales y el micrófono les permitía hablar con el encargado del marcador en la mesa de cronometraje. El sistema también detenía el reloj en cuanto detectaba el sonido del silbato de un árbitro. Esto ocurría al menos medio segundo más rápido de lo que cualquier cronometrador pudiera conseguir manualmente.
Una nueva era de la firma
2018 En PyeongChang, Omega dio la bienvenida a una nueva y emocionante era de sistemas de sensores de movimiento y posicionamiento. En determinados eventos, el cronometrador puede ahora medir toda una serie de datos de los atletas, desde la velocidad en vivo de un esquiador alpino hasta la altura en directo de un espectacular salto de esquí. Con esta tecnología, queda claro dónde ganó o perdió un atleta su prueba y se ofrece a los espectadores una comprensión mucho mayor de los deportes que están viendo.