Como homenaje a Adolf Druguet, entrevistamos a Elena y Gloria Druget, hijas del emblemático joyero y responsables de Jade Complements.
Elena y Gloria Druguet, de Alen Dione Bijoux Atelier, me reciben en sus oficinas de la calle Sant Elies, en la parte alta de Barcelona. Andan presurosas, atendiendo los pedidos navideños para que se entreguen a su debido tiempo. Se hallan ilusionadas con la excelente acogida que ha tenido su retorno a la joyería desde el pasado mes de enero, pronto hará un año. Así fue en este 2019 cuando se iniciaron los pasos de Alen Dione Bijoux Atelier. Un retorno a sus raíces y un verdadero homenaje a quien creó esta marca hace 30 años, su padre, el emblemático joyero catalán Adolf Druguet. Este encuentro para Contraste forma parte del reconocimiento al que también nuestro equipo editorial se suma. Druguet falleció el pasado mayo dejando un legado incuestionable.
¿Por qué Alen Dione Atelier Bijoux?
Somos cuatro hermanos, un varon y tres mujeres. Las tres comenzamos a trabajar con nuestro padre, yo (Elena), como gemóloga; Cristina como diseñadora, y Gloria en el departamento financiero, pero con la dureza de la crisis, que nos obligó a cerrar, y con nuestro padre enfermo, nos encontramos en un punto muerto. Cris, la más artista, no quería continuar en el sector. En este punto las dos decidimos crear la compañía Gade Complements y comprar la marca Alen Dione, que, tras crearse por mi padre hace 30 años, había quedado de nuevo liberada. Así renacimos como Alen Dione Bijoux Atelier, en enero de este año.
¿Y qué pautas han seguido en estos inicios?
Teníamos que crear la empresa desde un un punto de vista renovado, marcando una nueva etapa en la marca, intentando darle otro enfoque, seguir la tradición de la joyería, pero modernizada. Entendemos que la joya es un complemento en el vestir, igual que escoges unos zapatos; no solo una pieza para los grandes momentos. Nuestras joyas tienen un aire casual, plata y oro para todas las gamas de edades y bolsillos.
¿Y cómo ha acogido el sector sus propuestas?
Viajamos muchísimo para visitar a los clientes y su respuesta nos ha estimulado mucho. Nos miran y dicen: “Hace años que no vemos muestrarios como el vuestro, por variedad, frescura y precio”.
En su primera presencia en feria, en BCNJoya en otoño pasado, fuimos testigos de un animado stand repleto de clientes.
¿A qué sí? Teníamos muy claro el concepto, un stand innovador, que transmitiera frescura y actividades para dinamizar a los clientes, como un cóctel. La hija de Elena, Ivet, que ha estudiado diseño, interiorismo y publicidad, nos aportó ideas totalmente diferentes. A partir del año que viene activaremos la página web para que los clientes compren directamente online. También estamos activas en redes sociales.
Pese al escaso tiempo transcurrido entre la creación de su empresa y la muerte de su padre, este tuvo la oportunidad de verlas recoger el testigo…
Y nos sentimos orgullosas por ello. Y más después de lo duro que resultó cerrar la empresa, que para él era un hijo más, sufriendo como un padre con un hijo enfermo… Tenía una relación de vínculo muy especial con los trabajadores. Pero algo tuvo muy claro y nos decía, pese a la necesidad del paso, “no quiero que el prestigio Druguet quede manchado, ni en mí ni en vosotros”. No cerró la empresa hasta que pudo liquidar a todo el mundo.
¿Cómo recuerdan a su padre en su papel de padre y profesional?
Muy amante de la familia. Siempre nos inculcó mantenernos unidos, pasase lo que pasase. Era exigente hasta con él mismo, perfeccionista, creativo, emprendedor, visionario y sobre todo, muy trabajador. El trabajo era su vida y así fue hasta el final (falleció con 92 años).
Opinión: A Adolf Druguet de Pedro Pérez
Algunas personas pasan por la vida y otras la vida pasa por ellas. Adolf Druguet o simplemente Druguet ha sido y “es” un hombre que la vida pasó por él, pero en esta vida se eternizó para siempre. Se quedó con todos nosotros; su familia, sus amigos y todo el sector joyero lo tendremos eternamente presente. Nos dejó un legado y una huella que a nadie se le ocurre pensar que se ha ido. Todos los que lo conocimos y tratamos podemos afirmar que si era un gran profe- sional, como persona era excep- cional. Un amigo de los de verdad. Imprimía carácter personal a todo lo que tocaba hacía o decía. Su palabra era palabra de hombre, sin más calificativos. Nadie piensa que nos ha dejado, que se ha ido. En el sector dejó un valor incalculable y gracias a ese carácter personal fue capaz de formar y dejar una sucesión que le honrará eternamente y le hará estar presente en todo momento. Gracias a esas hijas que tomaron el testigo Druguet-Alen Dione sigue y seguirá vivo en nuestro sector, al que él dio todo. En él dejó lo mejor de sí. Recordemos las palabras de Cicerón: “La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”. Y San Lucas nos dice en la Biblia: “No busquéis entre los muertos al que está vivo“. Gracias Adolf por tu vida, por tu obra. Desde este lado estamos contigo y sabemos que desde la otra orilla tú sigues siempre con nosotros.