Lejos quedaron las mini joyas como única opción, ahora el maximalismo también se impone en el altar.
El uniforme oficial de todas las novias ya no es como lo imaginamos:
el día más especial, el gran día, y todos los detalles que lo envuelven; el equilibrio entre la tradición de un vestido blanco o de las clásicas joyas y el momento actual, teniendo en cuenta la llegada de las novias millennials desde hace unos años. El mundo nupcial evoluciona al mismo compás que lo hace la sociedad, la industria de la moda y el sector de la joyería, a la par que sabe como conservar esa magia y esos detalles que siempre abrazarán al día más especial de cualquier novia.
De la tradición al maximalismo
A pesar de que las claves para encontrar la joya perfecta no han cambiado, y probablemente nunca lo hagan, lo que si ha cambiado es el tipo de joya que hoy se corona como el favorito para acompañar un vestido tan especial. De esta manera, claves como la atemporalidad, ya que no hay nada mejor que optar por una joya que sea útil en el tiempo y que cumpla con el deseo de muchas joyas: recordar momentos únicos; y la sofisticación que esta temporada se une también con la diferenciación, se alían con nuevos diseños.
Lejos quedaron las mini joyas como única opción, ahora el maximalismo también se impone en el altar. La prueba la tiene Majorica, que hace un mes colaboró con las las prestigiosas firmas nupciales Aire y Rosa Clarà en el marco de la Bridal Week Barcelona. La firma de joyas diseñó una colección cápsula con unas piezas que casaban perfectamente con los delicados vestidos de novias de Aire: pendientes lagrima extra largos, de 11 cms de caída, de plata rodeada con 6 magnificas perlas redondas blancas que culminaban con una lujosa perla blanca y, en el otro lado, los creativos pendientes en forma de rosetón extra grande, un aro dentro de otro, de 12,5 cms. Para Rosa Clarà, la firma ha diseñado unos interminables pendientes cascada de 16 cms de caída con pala progresiva en pala rodiada y 11 perlas redondas blancas decreciendo en tamaño.
Del maximalismo a las perlas, un clásico indiscutible desde tiempos inmemorables que adopta sus nuevos códigos también en el mundo nupcial y marcas especializadas en el sector lo saben, como es el caso de Mio Diamonds, de venta exclusiva en El Corte Inglés, que conoce a la perfección la relación entre la moda y la joyería, aliándose también con el mundo nupcial y ofreciendo propuestas que cada vez más se acercan a las tendencias, sin perder el brillo y la esencia de una novia en su gran día. De esta manera, queda demostrado como aquellas joyas que tanto caracterizan al estilismo de una novia se refrescan para pasar a mejor vida.
Ahora las joyas ocupan un gran lugar en cualquier boda. Al vestido blanco acompañan gotas de color y frescura en forma de joya, desde piezas de gran tamaño o con una caída impresionante, hasta formas geométricas que en ningún momento pensaríamos que serían el acierto seguro para el día de una boda, como los earcuff que se diseñan en sus mejores galas. Y del color a los clásicos plata o dorado, que dan un giro de tuerca a base de formas improvisadas.
Aunque no únicamente de pendientes va la cosa. Los colgantes y las pulseras también han encontrado su lugar entre las novias más caprichosas y que más cuidan sus detalles, jugando a crear combinaciones que bailan al compás de los novios.
«Algo nuevo, algo viejo, algo prestado… y algo azul”.
Un día tan especial está lleno de tradiciones y símbolos que no se pierden, mientras otros detalles se reinventan. Y esta es la magia actual que vive el mundo nupcial, el equilibrio entre el pasado y el futuro. Así es que, uno de los gestos que a día de hoy se sigue cumpliendo es el “algo azul”; las marcas de joyería lo saben y transforman esa tradición en algo para siempre.
Argyor, por ejemplo, encuentra la manera de formar parte de uno de los días más especiales de cualquier novia, y lo hace reinventado códigos con un colgante único de oro blanco y zafiro. En forma de pendiente, la marca Luzz Diamonds, gran aliada de las mujeres que cuidan hasta el más mínimo detalle, gana en protagonismo en un momento tan especial ya que el topacio natural azul da vida a pendientes que otorgan ese toque azul de una manera diferente y especial.
¿Blanco o rosa?
El clásico vestido blanco, convertido en uniforme de cualquier novia, se aleja de sus típicos códigos y se adapta a la sociedad de hoy. La comodidad y sencillez ganan protagonismo en trajes que no dejan de ser especiales, sofisticados y únicos. Así, el conjunto completo se rediseña y se alía para una boda perfecta.
Entre lo más inesperado, los vestidos rosas o con pinceladas en este tono y los vestidos con aires vintage se posicionan entre los más buscados. Lyst, la empresa especializada en rankings basados en las búsquedas online, confirma que las búsquedas de vestidos rosas han aumentado en un 45% en el último año, lo que supone que el blanco ya no es la única opción. Los diseñadores de alta costura se suman a esta tendencia creando verdaderas obras de arte que bien podrían deslumbrar en cualquier altar, como los diseños de tul de Giambattista Valli.
Con los trajes vintage pasa un poco lo mismo, se posicionan rápidamente entre las tendencias nupciales y los años 60 y 70 inspiran a las novias de hoy. También existe la posibilidad de adorar la moda de estos años, pero con diseños de hoy, de ahí que en el último desfile de Pronovias se haya podido apreciar pequeñas dosis de épocas pasadas en vestidos impresionantes.
La misma Pronovias ha sido la encargada de presentar, durante su desfile en la Barcelona Bridal Fashion Week, vestidos de novia diseñados para todas las mujeres y trajes de chaqueta perfectos para dar el “sí quiero” y para conjugarse con maxi pendientes o colgantes en cascada. La modernidad brilla en el altar.
Plumas, escotes imposibles, transparencias, encajes y brillos se alía también con la sencillez y el romanticismo. Es el caso de Marchesa durante la BBFW, donde las flores de organza y las orquídeas fueron protagonistas tanto en vestidos relajados como en extra maxi pendientes, lo que confirma una vez más que, esta temporada y esperamos que muchas más, no hay novias sin vestido y no hay vestido sin el broche de oro: las joyas.