En la resiliencia ante el COVID-19 hemos aprendido de herramientas como los seminarios web. Y en este camino nos damos cuenta de que las conexiones humanas exigen responder de forma diferente a los cambios de roles. Perfeccionar nuestra forma de comunicar es todo un buen reto que tenemos por delante.
No es pasar de lo presencial/físico a lo virtual sin más. Lo reflexiono después de haber pasado tres meses casi de forma virtual, conectados con el sector y a veces con cifras asombrosas. Hemos perfeccionado y cambiado nuestras formas de comunicar y aceptar los nuevos retos vía pantalla. ¿Será este nuestro futuro?
Aquí no hay verdades divinas. La selección del mercado va haciendo su trabajo. Lo digital nos permite conectarnos en la lejanía, sin desplazamientos y a muy bajo coste. Pero las nuevas tecnologías nos han de conectar de forma humana, tenemos que hacernos sentir de forma especial, pero real.
De momento un webinar no sustituye a ninguna reunión física, pero hay que empezar a saber coordinarlos. Todos somos un gran equipo y solo nos queda adaptarnos al entorno.
Se trata de una tecnología fácil, económica, omnipresente, que llega para quedarse y que sin lugar a dudas va a sustituir muchas reuniones, sobre todo las que implementen transmisión de información a gran escala. Nos han de ayudar a enriquecer y no a sustituir.
Antes ya era posible hacer seminarios web, pero apenas se utilizaban. Ahora llegó el momento de poner estas técnicas en el día a día. Siempre hay un momento oportuno, y para estas tecnologías les llegó la hora.
Y al hilo de ello opino que este tipo de prácticas nos pueden ayudar a algo especialmente importante en estos momentos. Es muy urgente empezar a ver un sector unido y continuar así en los meses venideros.
Debemos cuidar la experiencia y saber hacer las conexiones humanas de verdad; saber escuchar y poner en escena actitudes que hagan vivir los mensajes que queremos transmitir. Los eventos o acciones virtuales han de tener sentido y ser muy coherentes.
Debemos tener confianza en nosotros mismos y demostrar que hemos madurado y transmitir el talento adquirido; compartir experiencias; poner actitud y salir al día a día motivados.
El volver a trabajar, sí, pero adaptados a la nueva realidad. El COVID-19 dejó fuera de juego a muchos sectores, turismo, eventos etc. etc… Al nuestro solo nos dejó una puerta abierta al cambio, a la esperanza, a una nueva forma de ser y de actuar.
Debemos aceptar una transformación, pero con mucho componente humano y pensando en una parte tecnológica y esencial. Lo híbrido es una combinación infinita entre lo digital y lo presencial. Se trata pues de una manera perfecta para la ampliación de lo real. No consiste en hacer desaparecer lo físico, si no de complementarlo con lo virtual. Reinventarse sería la palabra.
Un nuevo formato se basará en la interacción de personas a distancia que no trabajan para ver, sino para participar y hacer sentir. La potenciación de la nueva relación con los clientes y sus necesidades, con nuevas tipologías y perfiles profesionales que se están reforzando y evolucionando.
Vamos a tener que demostrar la capacidad de adaptación, saber escuchar al cliente, observar, analizar la situación y tomar medidas oportunas en todo momento. Los proyectos han de plantearse de forma diferente.
No es pasar de lo presencial/físico a lo virtual sin más, hay que adelantarse a los formatos con sus pros y sus contras. Hacer planes estratégicos de comunicación de productos basados en la demanda y en las necesidades, pero aplicando innovación, tecnología y mucha creatividad.
Los pasos a dar han de tener ese punto de valor extra que ofrecen las nuevas tecnologías basadas especialmente en la reflexión, análisis y entendimiento de mercado. Estamos sufriendo una amplia transformación y capacidad de adaptación que requiere multiplicarnos y responder a cambios de roles inquietos, ambiciosos y comprometidos. Estamos ante un futuro lleno de oportunidades.
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