“Mi obra busca transmitir la sensación de libertad que ofrece la luz«.
Mercedes Guenun, directora ejecutiva de Citytime, ha sacado a la luz su faceta latente como artista tras un 2020 que define “como indefinible y quimérico, lleno de experiencias, reflexiones y sentimientos encontrados que inspiran una obra radiante de luz, energía positiva y libertad”. El pasado 26 de abril inauguró la exposición “Obra viva” en Espacio 2 de Madrid en la que muestra su primer proyecto en el mundo del arte. Hablamos con ella tanto de esta nueva faceta como de la implicación de su experiencia joyera en la misma.
Nos ha sorprendido gratamente saber de este primer proyecto personal suyo en el terreno artístico. Estamos acostumbrados a que muchos creadores de otras disciplinas se acerquen a la joyería, pero no es tan común al revés, y más viniendo de una directiva… ¿Todos tenemos un yin-yang?
Entendiendo que la simbología del yin y el yang hace alusión a un equilibrio interno de fuerzas, desde ese punto de vista filosófico podría decirse que sí, somos yin y somos yang, aunque la complejidad de nuestra naturaleza va más allá de cualquier disquisición metafísica, de ahí la necesidad del arte como medio de expresión.
Por otro lado, no concibo joyería y arte como disciplinas separadas; al contrario, se encuentran estrecha- mente vinculados. Tomemos como ejemplo a Salvador Dalí, cuyo genial potencial creativo no se circunscribió únicamente a la esfera pictórica. Dalí concibió interesantes joyas cuyos diseños transmitían su visión onírica del mundo, el espacio y el tiempo.
Yo siempre he sentido vocación creativa, desde mis inicios, muy joven, en el diseño y la creación de joyas, y a lo largo de los años he seguido alimentando mi pasión por el arte en todas sus manifestaciones, explorando la relación entre la luz y las formas tan fascinantes que adoptan sus reflejos.
Háblenos de su experiencia directiva. ¿Desde cuándo está al frente de la dirección ejecutiva de Citytime? ¿Cómo ha pesado en ello su bagaje anterior y con qué expectativas la afronta?
Llevo más de 25 años como directiva en la división de la moda y el lujo, donde he podido aportar mi visión y experiencia, basados en mi formación como diseñadora de joyas y en el conocimiento adquirido gracias a todas las marcas que hemos representado, y también creado (actualmente contamos con dos líneas propias de joyería y relojería), sin olvidar las ferias del sector (como Basilea) a las que asistimos durante años.
Además, Citytime ha diversificado su actividad a través de nuevas esferas, como la cosmética natural, orgánica y vegana, de producción nacional, por la que apostamos desde nuestro firme compromiso con el medio ambiente.
Mis expectativas como empresaria son seguir creciendo a través de marcas y proyectos que aporten frescura y calidad accesible, siempre desde nuestra filosofía positiva, comprometida y actual.
¿Y por qué ahora este proyecto? ¿Cuál ha sido el revulsivo?
Ha sido sin lugar a dudas este período de profunda preocupación el revulsivo que necesitaba para comenzar esta andadura, una forma de hacer frente al impacto emocional del COVID-19 en nuestras vidas.
Todos hemos experimentado la pérdida súbita de libertad que supuso el confinamiento. Pero a la vez recibimos tiempo, que para mí significó la posibilidad de entregarme de lleno al arte contemporáneo, con diseños que llevaba gestando desde mis comienzos, imbuidos del enorme optimismo que me caracteriza y que me sirve de guía.
Lo cierto es que el ritmo al que se mueve el mundo a menudo va en detrimento de la expresión artística, que requiere de un ingente compromiso personal, ya que hay que dedicarle mucho tiempo, un tiempo que, curiosamente, recuperamos con el aislamiento que ha traído aparejada la pandemia.
¿Y por qué la luz como fuente de inspiración? ¿Qué relación tiene para usted con la joyería?
Para mí la luz ha sido siempre una fuente de inspiración por la paz y la energía positiva que me transmite. Observar sus destellos, las formas que se dibujan, el juego de reflejos y de sombras me resulta fascinante y me lleva a un lugar lleno de calma desde el que puedo abstraerme y crear…
En joyería, la luz lo es todo pues determina la intensidad de refracción de gemas como el diamante (su brillo, la dispersión de la luz en los colores del espectro conocida como “fuegos del diamante” y la reflexión de sus destellos en movimiento). En suma, para mí, luz y arte resultan inseparables.
¿Cómo es su proceso creativo? ¿Y con qué materiales ha gustado rodearse?
En casa, busco siempre el rincón mejor iluminado en cada momento del día, observo y me dejo hechizar… Desde ese sentimiento de sosiego y libertad que la luz me provoca, con lápiz y papel empiezo a dibujar, imaginando reflejos tallados en cristal. De ahí que haya elegido trabajar con cristal dicroico en base de madera lacada.
¿Y cómo definiría su obra?
He colaborado con un estudio fotográfico que me ha hecho ver la dificultad de capturar mi trabajo en imágenes estáticas, precisamente porque se trata de una obra viva, en movimiento.
Cuando la luz incide en el cristal desde diversos ángulos, mis diseños cobran vida, oscilan, cambian de tonalidad, emitiendo suaves destellos. Mi obra busca transmitir esa maravillosa sensación de libertad que siento cuando contemplo el fulgor de la luz, que irradia la promesa del reencuentro.
Visto su trabajo semejan instalaciones… ¿Creen que pueden llegar a convertirse a su vez en joyas, retroalimentando su origen inspirativo?
Claro, ¿por qué no? La diversidad en la expresión artística, su carácter multidisciplinar, invita a la libertad creativa, ya se trate de pintura, escultura, joyería, ilustración… Lo que importa es la impronta que el arte deje en la retina, las sensaciones que despierte en el espectador…