Podríamos ir a tomarnos un café en Tiffany & Co, pero dentro de unos días ya que para tener acceso a “The Blue Box Café” necesitas reservar con no menos de dos semanas de antelación. ¿Como es el nuevo espacio de la marca?
El pasado 10 de noviembre el sueño de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes se hacia realidad y desayunar en Tiffany & Co ya era posible. Toda una experiencia que comienza al entrar en la tienda.
El único fallo que encontramos es que el café no deja de estar lleno desde que abre, a las diez de la mañana, hasta el último turno de almuerzo, las cinco de la tarde. Por eso, es necesario reservar con antelación pero solo vía online. Una vez superada esta prueba, empieza la experiencia mágica.
Las puertas del ascensor se abren en el cuarto piso, iluminado de blanco y celeste, colores que ya se asocian a la marca desde hace años. Lámparas que renuevan el estilo Art Nouveau, objetos como paletas de pimpón de cuero en el formato de tazas chinas de papel, pañuelos con patrones lineales del Art Decó americano o las piezas más contemporáneas como Elsa Peretti y Paloma Picasso.
A medida que se avanza, se descubre por completo el “The Blue Box Café”, con mármol en tonos claros, muros blancos y todos los rincones perfectos y preparados para ser instagrameados.
Menús con ingredientes estacionales, reflejando una sofisticada variedad de platos neoyorquinos y desayunos a los que Audrey no se hubiera resistido. El “Desayuno en Tiffany’s” incluye, por 29 doláres, café o té, un bol con fruta de temporada, un croissant con nutella, mantequilla o mermelada a elegir, un babel abierto de salmón y queso, tostadas, huevos revueltos trufados o un esponjoso wafle con pera confitada y sirope.
Con un acogida para 40 personas, “The Blue Box Cafè” mira hacia la Quinta Avenida a través de sus ventanales y sus sillones en tonos celestes, envueltos por una cinta gruesa que recrea la sensación de estar tomando un desayuno dentro de la clásica cajita.
Toda una experiencia inolvidable.
