«Las afirmaciones de Tiffany de que las ganancias del cuarto trimestre de 2020 serán más altas que las del año anterior son puramente fantasiosas, incluso preocupantes«.
La disputa entre LVMH y Tiffany & Co continúa; lo que acabaría en la mayor compra de lujo de la historia se ha convertido en una discusión ante los juzgados. Tiffany & Co exige que se acelere un rápido veredicto y, por el contrario, LVMH asegura que no hay motivos para no realizar el juicio dentro de un plazo normal.
Tiffany & Co volvió a recurrir a los juzgados de Estados Unidos para obligar a LVMH a finalizar la operación de compra estimada en 16.200 millones de dólares (13.700 millones de euros) y, además, solicita que se dicte un veredicto antes del 24 de noviembre, fecha límite establecida para finalizar el acuerdo.
LVMH contestó ante esto y, según un comunicado oficial presentado por el grupo, buscan que el tribunal desestime la solicitud de Tiffany de emitir una decisión en un plazo breve ya que eso sería incompatible con una solución justa. «No existen razones objetivas por las que el proximo juicio no deba realizarse dentro de un plazo normal«, afirman desde LVMH.
Desde el grupo también afirman que esta solicitud de urgencia se debe a que Tiffany & Co está buscando evitar tener que responder, en particular a sus accionistas, por sus malos resultados y mala gestión económica lo que a su vez, supone, ver como sus argumentos se caen uno tras otro. «Las afirmaciones de Tiffany de que las ganancias del cuarto trimestre de 2020 serán más altas que las del año anterior son puramente fantasiosas, incluso preocupantes; la única forma de acercarse a este objetivo sería recortando las inversiones actuales, concretamente en marketing y comunicación, lo que obviamente perjudicaría al futuro de la marca«, afirma el grupo en el comunicado.
LVMH considera que para una justicia sólida es necesario que se conceda un tiempo razonable para estudiar el caso. Por último, mientras Tiffany teme una justicia serena y justa, desde LVMH se sienten con plena confianza para demostrar que ya no se cumplen las condiciones necesarias para la adquisición de la firma de joyería. «Depende de la Corte de Delaware determinar quién está en su derecho, y no el presidente de Tiffany a través de la prensa«.