Proveedores nos avisan de una práctica que sin ser masiva habla de la picaresca o desvergüenza de algunos clientes. Devolver pagos ya realizados, rozando la ilegalidad. ¡Seamos serios señores! Esto va a acabar y en ese futuro a corto plazo quedarán retratados los que no se han portado como profesionales ni personas.
Los “fake” o falsos profesionales. Así podríamos definir a quienes están haciendo de la picaresca una fórmula escasamente ética de comportamiento comercial. Nos referimos a una práctica, que, sin ser masiva, está doliendo, y mucho, a proveedores. Nos referimos a aquellos clientes que devuelven pagos incluso ya realizados con el objetivo de sacudirse el problema que tenemos en común, y a otra cosa mariposa. Una práctica desalmada, desleal y que además roza la ilegalidad.
En un sector de corte caballeroso y acostumbrado al respeto a la palabra, este tipo de prácticas resulta indignante. Y más en un escenario tan delicado como el propiciado por la crisis sanitaria del coronavirus. No olvidemos que de esta saldremos y que nos vamos a acordar.
Nos vamos a acordar de los que han hecho el bien y de los que han hecho el mal; de los que se han portado como personas y los que se han portado como verdaderos desalmados.
Nos vamos a acordar de quienes quieren salvar su pellejo a costa del de los demás. Nos vamos acordar de sus nombres, es inevitable. y tendrán su “otra” recompensa, como es el vacío de quienes están sufriendo ahora las consecuencias de sus actos.
El ser humano es y seguirá siendo impredecible, pero es en los momentos de crisis cuando debemos crecernos con dignidad y hacer honor a nuestro nombre: joyeros y relojeros cuya credibilidad y buen hacer es señal de identidad, o debería serlo.
Hacemos un mensaje a la cordura, la sensatez, la calma, la serenidad, la seriedad, la honradez, la profesionalidad…El sector lo somos todos.
Empresas nos han pedido dar la voz de alarma ante estos desalmados, sin piedad, que se aprovechan de las circunstancias, Y consideramos que es necesario vehicular ese mensaje, para que sin salir de este sector, quien esté recurriendo a esas artimañas lo reconozca y se de cuenta de ello.
Un mínimo de profesionalidad, por favor. Esto no es un juego y solo unidos venceremos al COVID-19 y sus consecuencias económicas.