Kiwi+Pomelo nace entre Londres y Barcelona, entre madre e hija; Nuria Hernandez y su madre han creado esta marca con joyas y bolsos que se caracterizan por ser diseñadas a partir de metacrilato que se fusiona con perlas, seda, tela y cristales. Con la influencia y modernidad de Londres y la frescura y pasión de España, nace esta marca que rompe con todas las reglas, con propuestas muy atrevidas, llenas de personalidad.
Un proyecto que empezó siendo un regalo personal de hija a madre para convertirse en una aventura empresarial pero bonita. El hecho de que una parte de esta marca viva en Barcelona y la otra parte en Londres crea un tándem interesante y unos diseños que te hacen viajar. Además, la personalización es otro ingrediente que hace que Kiwi+Pomelo sea más especial.
¿Como nace Kiwi+Pomelo y de donde viene la idea de crear una nueva marca de joyería tan diferente y atractiva?
Todo empezó en 2012, cuando mi madre me pidió por navidad un bolso que fuera especial y diferente, que le sirviera para ir también arreglada. Como no lo encontré decidí hacerlo yo misma; por aquél entonces estudiaba arquitectura y ahí descubrí el metacrilato. Fue todo muy “hand made”, cuando aprendí a manufacturar este material, decidí entonces hacer un diseño especial y diferente, tal y como ella me había pedido.
La marca Kiwi+Pomelo llegó más tarde; en 2013 decidí probar y en 2016 ya empezó el proyecto de verdad. En realidad, todo empezó con un regalo que se acabó convirtiendo en una marca propia.
El metacrilato es el material principal que utilizas para diseñar tus joyas y que te caracteriza y el diseño es muy llamativo, ¿en qué te inspiras?
Cualquier cosa me sirve de inspiración; desde que estoy viendo una película o caminando por la calle, hasta cuando me compro un vestido y pienso lo bien que quedarían ciertos pendientes….a veces incluso he soñado cosas que después he diseñado. Sobretodo, desde que descubrí que al metacrilato se le podía añadir purpurina, papel, plumas…
Tus diseños rompen los moldes totalmente, ¿tu objetivo está en crear joyas para cualquier tipo de mujer o te diriges a un público en concreto?
No lo situaría en un grupo concreto, como los millennials por ejemplo, pero sé que es una joya que no es para todo el mundo. Son piezas muy atrevidas y coloridas y el tipo de persona que las lleva son personas que tienen mucha confianza en sí mismas.
Tampoco me dirijo a un público de una edad en concreto; al principio empecé a diseñar para mi madre pero no pensaba en su edad, si no en como es ella y como es su estilo.
Empieza un año nuevo y todos miramos hacia un futuro lleno de nuevos objetivos, ¿cuáles son tus planes de futuro?
Nuestros objetivos son el posicionamiento internacional de la marca en tiendas, continuar con la presencia en prensa, que es algo que nos está ayudando mucho y, sobretodo, seguir creciendo. Tengo objetivos claros, realistas y cortitos, no quiero crecer muy rápido porque es algo muy artesanal y se trata de no perder el sentido de la marca. No queremos masificar la marca, preferimos ir pasito a pasito, que venga lo que tenga que venir.
También tenemos en mente lanzar un Atelier de Bolsos y que todos puedan acercarse y poder personalizar el bolso y los complementos, en colaboración directa con la diseñadora.