Con motivo del Día Internacional de la Mujer, entrevistamos a Merche Navarro, directora ejecutiva de ELE KA.
Merche Navarro es la tercera generación y directora ejecutiva de ELE KA, una empresa familiar valenciana que inició su camino en 1958, cuando, en un pequeño taller ubicado en la localidad valenciana de Godella, D. Clemente Navarro Fabregat inició la fabricación de cuatro modelos de cadenas de oro y plata que, con mucho empeño y esfuerzo, en pocos años pasaron a ser más de doscientos modelos diferentes.
Fue en 1992 cuando, con la adquisición de tornos manuales, la empresa decidió redirigir su mercado e iniciaron la producción de alianzas. En 1996 apostaron por la tecnología y adquirieron sus primeros centros de mecanizado a control numérico, con lo que revolucionaron el mercado y aportaron infinidad de novedades en cuanto a diseño, formas y superficies, identificando a la marca ELE KA con calidad.
En 2010, se incorporó al equipo Merche Navarro Alberola, actualmente Responsable de Producto de ELE KA, aportando un enfoque nuevo para afrontar con plena confianza el reto que supone “Ser los mejores en lo nuestro”.
¿Cómo te iniciaste en el mundo de la joyería y por qué?
En realidad, desde siempre. Recuero que “la fabrica” estaba en todas las conversaciones de las comidas familiares y eso ya te condiciona desde pequeña. Recuerdo a mi abuelo, cuando me preguntaba qué quería hacer de mayor y, la verdad, por aquél entonces a mí no me gustaban las joyas y pensaba que nunca podría trabajar en algo que no me gustara.
Siempre fui estudiosa y responsable, pero tenía una vena artística imparable. Siempre me ha gustado dibujar, diseñar… y me gustaban más las ciencias que las letras. Por ello, cuando tuve que elegir una carrera, opté por la rama de la ingeniería. En aquella época, Diseño Industrial tenía una nota de corte muy alta y no era fácil entrar, así que me costó dos años conseguirlo. Recuero que, cuando ya estaba acabando la carrera, empecé a pesar “igual que se diseña un mueble, se puede diseñar una joya… ¿para qué irme a buscar en otro sitio lo que tengo en casa?”. Y así fue cuando decidí especializarme en el sector de la joyería; decidí entonces irme a Italia a estudiar un “Master en Ingeniería de la joya” que se cursaba en la Universidad Politécnica de Turín, en la sede de Alessandria.
¿Crees que existen barreras en este sector para mujeres emprendedoras?
Creo que no existen barreras para una mujer emprendedora que lucha y confía en su idea, no más de las que existen para un hombre. Hablando en serio, el sector joyero siempre se ha considerado muy tradicional y por sus características especificas, un poco cerrado, pero no creo que sea un sector que penalice especialmente a la mujer. No perdamos de vista que las joyas siempre han estado muy asociadas a la mujer, por lo que hemos jugado siempre un papel muy importante del sector.
Además, el sector joyero está cambiando mucho y, aunque parte de él aún no se ha dado cuenta, poco a poco se van introduciendo cambios relacionados principalmente con la digitalización y la sostenibilidad y las mujeres tenemos un papel fundamental en este cambio; poco a poco se irá viendo.
¿Y cómo crees que ha evolucionado la presencia de la mujer en este sector?
Las mujeres hemos pasado de ser solo el público objetivo, para el cual se diseñaban las joyas, a participar en fases fundamentales del proceso de creación y venta de las joyas y todo gracias a nuestras cualidades, sensibilidad y conocimiento del producto. Podemos ser las mejores compradoras, las mejores vendedoras y las mejores creadoras a partes iguales.
Cada vez existen más artesanas excelentes que trabajan y moldean el metal de forma extraordinaria. La paulatina introducción de las mujeres en carreras más técnicas como son las ingenierías, hacen que poco a poco también entren en el proceso productivo e informático de grandes industrias.
Cabe destacar además que, resulta bastante fácil atraer talento femenino hacia el mundo de la joyería puesto que, apenas una mujer entra un poco en este mundo, le atrapa y apasiona, aunque su profesión no sea exclusiva del sector como son las financieras, logísticas, administrativas o directivas.
Sin embargo, creo que el talento femenino se ve compensado y reforzado por el talento masculino. Desde mi punto de vista, los equipos que funcionan bien son los que son diversos, donde cada rol se compensa y se respeta, todos tienen su hueco; por lo que no concibo un sector sin hombres y mujeres trabajando juntos.
¿Cuál es tu rol/influencia como mujer en este sector?
Mi rol como mujer, y como profesional en el sector joyero, es el de aunar fuerzas para transformar el sector y conseguir que este sea más moderno y dinámico y, a la vez, más cercano, transparente y sostenible. Esto se consigue a través de la difusión de la cultura joyera, la colaboración de todas las partes, la digitalización y la sostenibilidad. Si trabajamos todo el sector de manera conjunta, estoy segura que estaremos en la dirección correcta y quizá, seamos capaces de volver a despertar el interés de las personas en un mundo tan apasionante como es el de la joyería.
¿Qué les dirías a las emprendedoras del futuro?
Qué luchen por lo que creen, que no se detengan ante un no o una situación adversa, que vayan dando pasitos, aunque sean cortos, porque poco a poco llegaran a su objetivo. Que se den la posibilidad de equivocarse, porque no siempre se acierta en todo. Que se rodeen de gente buena y que tenga las mismas ganas de llegar donde ella. Que se encuentre en el momento que se encuentre y ante cualquier persona o situación, siempre sea respetuosa.
¿Qué caracteriza a una mujer ELE KA?
El lujo discreto. Una mujer ELE KA lleva una vida discreta pero no renuncia a las joyas básicas. Esas joyas que toda mujer siempre debería tener y que va atesorando a lo largo de su vida. Joyas que se asocian a símbolos y a momentos como pueden ser: la medalla o la cruz de comunión, un collar de oro amarillo que te regalan tus abuelos, el anillo de compromiso, la alianza y los pendientes de boda, el anillo de oro blanco y diamantes en tu aniversario…
Una mujer ELE KA prima la calidad y el producto bien hecho. No se conforma con cualquier cosa como no compraría en cualquier sitio, lo hace en las joyerías porque apoya al comercio local. Además sabe que el producto se realiza en España por lo que apoya la industria y el trabajo nacional, apoyando así la industrialización en Europa, que tanta falta hace.
Una mujer ELE KA tiene además una serie de principios éticos y responsables y sabe que en
ELE KA trabajamos con proveedores de confianza y procuramos con la mejora continua minimizar el impacto de los procesos, los residuos y la huella de carbono.
¿Quién es tu mayor inspiración?
Mi mayor inspiración la conforman todas aquellas personas que me rodean y que con su ejemplo y su forma de hacer las cosas me demuestran que siempre puedo ser aún mejor. Tengo la suerte de estar muy bien rodeada y conseguir sacar lo mejor de muchas personas.
Pero si tengo que quedarme con una persona, elegiría a mi abuelo. Él creó el mundo ELE KA, en el que yo trabajo ahora, y lo hizo con mucho esfuerzo, mucho tesón, reivindicando lo que no veía correcto, potenciando la fuerza de todos, amando la joyería y respetando a cada uno de las personas comprometidas con este sector.