La industria relojera europea mueve miles de millones de euros a nivel mundial. El pasado octubre y sólo contando a las exportaciones de las manufacturas helvéticas, generó más de 1.540 millones de euros, según datos de la Federación de la Industria de Relojes Suizos.
Unas estadísticas esperanzadoras para un sector al que muchos habían sentenciado a un declive imparable, después de que sus cifras de ventas cayeran durante los tres últimos años. Además, desde febrero de 2017, las subidas han sido continúas mes a mes en porcentajes bastantes significativos, sobre todo gracias a los clientes chinos, pero también, porque los italianos, ingleses, franceses y alemanes están volviendo a comprar relojes clásicos.
Existen y seguirán existiendo unas cuantas manufacturas independientes con mucha historia, como por ejemplo, Rolex/Tudor, Patek Phillipe, Richard Mille, Audemars Piguet, Chopard, Bell&Ross, Oris y Breitling; pero el grueso se sitúa bajo el paraguas de las cuatro empresas madre, dos suizas y dos francesas:
Grupo Swatch
El grupo Swatch es la mayor empresa relojera mundial, a pesar de ser fundada hace sólo 34 años por Nicolas Bayek, quien procedía de una familia de inmigrantes libaneses. Las principales manufacturas que posee son: Omega, Léon Hatot, Longines, Rado, Breguet, Blancpain, Glashütte, Harry Winston, Jaquet Droz, Tissot, Endura, Calvin Klein, Pierre Balmain, Certina, Mido, Hamilton, Flik Flak y Swatch. Tiene su sede en Biel, Suiza, y sus orígenes explican muy bien cómo funcionaba, funciona y seguirá funcionando la industria en el país helvético.
Todo el recorrido que esta empresa tiene hace que hoy en día genere casi 6.500 millones de euros netos al año y que emplee a prácticamente 36.000 personas.
Grupo Richemont
El otro gigante suizo, aglutinando a marcas de prestigio como A. Lange & Söhne, Baume & Mercier, Cartier, Dunhill, IWC Schaffhausen, Jaeger-LeCoultre, Montblanc, Officine Panerai, Piaget, y Vacheron Constantin.
Richemont fue fundado por Johann Rupert en 1988 partiendo de los cimientos financieros del grupo Rembrandt, una compañía fundada en Sudáfrica en 1940 por su padre, Anton Rupert. Actualmente ingresa más de 11.000 millones de euros al año y da empleo a prácticamente 29.000 trabajadores; y es una de las grandes compañías de bienes de lujo en el mundo, produciendo y distribuyendo, además de relojes, joyas, ropa y perfumes, entre otros.
LVMH
Líder absoluto del mundo del lujo y presume de ello. Surgió en 1987 a partir de la fusión de la gran ‘maison’ de moda, Louis Vuitton, y Moët Hennessy, que ya era producto de la unión de Moët & Chandon (champagne) y Hennessy (coñac). Aunque muchas de sus marcas quedan encuadradas en el mundo de las bebidas, la moda, la perfumería y la relojería tambien están presentes.
En el sector relojero destacan marcas como TAG Heuer, Bulgari, Hublot, Zenith, Dior, Fred, Chaumet y la propia Louis Vuitton, que este año dio mucho que hablar con el lanzamiento de su primer smartwatch, el Tambour Horizon. LVMH ingresa ahora mismo 37.600 millones al año y tiene 134.000 empleados.
Kering
La otra gran compañía parisina del lujo, anteriormente conocida como Pinault-Printemps-Redoute (PPR), está lejos de ingresar las cifras de LVMH, con 12.400 millones de euros al año, pero su influencia en el mundo de la moda es igual o superior. Suyas son marcas del prestigio de Gucci, Balenciaga, Yves Saint Laurent, Stella McCartney o Bottega Veneta.
Y en lo que al mundo de la relojería se refiere, desde que comprase el grupo Sowind en 2012, Kering pasó a poseer algunas marcas tan interesantes como Girard-Perregaux y JeanRichard, a la que siguió luego la adquisición de Ulysse Nardin. Y no hay que olvidar la cada vez más incipiente producción relojera de Gucci.