Tres nuevos consumidores y tres sentimientos que generan nuevas actitudes de compra.
Un estudio de WGSN nos orienta sobre como actuará el nuevo consumidor en el próximo 2022, marcado por unos cambios que vienen generados por la pandemia mundial, la misma que ha actuado en nuestras vidas y rutinas de forma considerable; aunque estos cambios también vienen generados por la tecnología que nos rodea.
Es evidente que la tecnología, tanto literal como figurativamente, nos rodea. Este año es el del 5G y su manera de transformar la velocidad de la conectividad. El cambio de la sociedad a una década conectada se solidificará en 2020 y, para entonces, según el pronóstico de Internet, habrá alrededor de 29 mil millones de dispositivos conectados a nivel mundial, lo que será tres veces la población humana. Es decir, el 75% de la población mundial tendrá acceso a internet pero… ¿de qué sirve la velocidad si la autopista de Internet está congestionada?
Mientras la velocidad de conectividad aumenta, también seremos testigos de un contagio de emoción digital. En una era digital, estos sentimientos se transmiten rápidamente a escala global; por ejemplo: Un meme enviado a todo el mundo puede provocar risas globales; una imagen de una selva tropical en llamas puede provocar indignación; y videos de trabajadores de la salud que se regocijan mientras dan de alta a los pacientes que han golpeado el COVID-19, pueden ofrecer inspiración.
¿Cómo transformarán estos cambios tecnológicos nuestra vida cotidiana? ¿Y las emociones generadas por la pandemia? El informe técnico anual Future Consumer de WGSN analiza los factores macroeconómicos y sociales establecidos para influir en la evolución de los deseos de los consumidores y los poderes de gasto.
Esta investigación se basa en los sentimientos emocionales que tienen mayor impacto en la mentalidad del consumidor y que, por lo tanto, han generado nuevas costumbres de comportamiento. Para entender al nuevo consumidor, es necesario entender primero los tres sentimientos que le han llevado a lo que serán las futuras actitudes:
- El miedo a la incertidumbre ambiental y financiera. El sentimiento por el impacto del calentamiento global está aumentando y, por lo tanto, esta ansiedad ecológica está haciendo que la sociedad se preocupe más por el futuro. Así como la incertidumbre agravada por la inmensa inseguridad económica y el desempleo generalizado provocado por la pandemia.
- Una sociedad desincronizada, aquella en la que las personas continúan haciendo muchas de las mismas cosas que ya hacían, pero no al mismo tiempo; es decir, las jornadas laborales se descontrolan, las rutinas se pierden… En tiempos de incertidumbre, las personas anhelan la estabilidad y un sentido de rutina.
- Capacidad de resistir. La capacidad de recuperarse y adaptarse con éxito a la adversidad se convierte rápidamente en una prioridad emocional. El coronavirus ha ofrecido tiempo para la reflexión y, aunque el medio ha sido el sentimiento reinante durante un tiempo, la sociedad se está uniendo para mirar hacia un futuro más positivo.
Tres nuevos tipos de consumidores y sus características
The Stabilisers
La simplicidad en un comercio tranquilo y una comunicación unificada definen a este nuevo perfil de consumidor que busca, entre otras cosas, la facilidad a la hora de comprar un producto, es decir, una experiencia de compra sencilla; un factor que se ha acelerado debido a la pandemia y por lo que este consumidor rechazará aquellas tiendas online en las que exista un exceso de producto o un claro desorden.
El comercio unificado y, por lo tanto, las comunicaciones unificadas, son también clave a la hora de entender al futuro consumidor. Es decir, un registro omnicanal que crea una experiencia única para el cliente en todos los canales, tienda online y tienda física.
The Settlers
Iniciativas sostenibles, como crear tiendas que ofrecen colecciones pasadas lo que, al mismo tiempo, impulsa las tiendas locales y alimenta la demanda de los consumidores de productos exclusivos de manera sostenible. Esta es la clave para entender a este consumidor y, además, supone una acción que ofrece un respiro a la industria. Por ello, en la era del COVID-19, impulsar las conversiones de los restos de tejido y deadstocks es un desafío muy importante.
Este nuevo consumidor también se centrará en apoyar a los miembros de su comunidad y en impulsar la nueva economía circular, ya que los mercados cada vez más saturados quedarán en un segundo plano. Por ejemplo, en la era de Amazon, muchos minoristas están luchando por satisfacer las demandas logísticas y de productos fuera de los centros urbanos.
The New optimist
Para estos consumidores, la transmisión en vivo continuará siendo una opción de compra dominante. ¿Por qué? Este grupo es muy social, siempre está en movimiento y el livestream les permite interactuar y comprar prácticamente desde cualquier lugar.
Esta forma de comercio conversacional ya es muy común en China (las compras en vivo generaron $ 4.4 mil millones en ventas en 2018), Japón, el sudeste de Asia y Corea del Sur. A medida que más marcas se unen a este método de comercio durante la pandemia, podremos ser testigos de un impacto duradero en los comportamientos de compra. Al igual que el repunte del SARS en 2003 se atribuye al aumento del comercio electrónico en China, el coronavirus está normalizando las ventas en vivo para Europa occidental y América del Norte, y la oportunidad se encuentra en que los minoristas inviertan en este tipo de eventos para vender en vivo e impulsar dichas ventas.