A grandes rasgos, en lo que respecta a la joyería, la demanda se mantiene débil.
El World Gold Council (WGC) publica el informe de las tendencias de la demanda de oro en el tercer trimestre de 2020. A grandes rasgos, en lo que respecta a la joyería, la demanda se mantiene débil. Nuestro sector ha acusado la incertidumbre social y económica provocada por el transcurso de la pandemia, que lejos de apagarse en la temporada de verano, ha dado pie a una segunda ola. También los precios récord alcanzados por el noble metal no han ayudado a estimular la compra. En definitiva, la demanda joyera mundial en este tercer trimestre del año ha sido de 333 toneladas, lo que representa una caída del 29% interanual. China e India protagonizaron las mayores caídas.
En comparación a este panorama, más bien deprimido, las entradas de fondos cotizados respaldados con oro (ETFs) han llegado a un nuevo récord, alcanzando las 3.880 toneladas. También la demanda de lingotes y monedas de oro aumentó un 49% interanual a 222,1 toneladas. Sin embargo, las reservas de los bancos centrales se redujeron en 12,1 toneladas debido a las ventas que protagonizaron dos de ellos.
En conjunto, la demanda del oro de este tercer trimestre del año en curso bajó un 19% interanual, a 892 toneladas. Claramente quien ha tirado de la misma han sido los productos de inversión, compensando en parte la debilidad de la misma desde sectores como el joyero. Pero, con todo ello, la demanda general de oro acumulada en lo que va de 2020 se ha situado en 2.972,1 toneladas, un 10% por debajo del mismo periodo el pasado año.
Hay que remontarse a 2009 para hallar un menor volumen de demanda general, pero a nivel joyero ni siquiera eso. Las consecuencias del COVID-19 están propiciando una fuerte contención y el precio tampoco ayuda a animar las compras.