Ana donará mil mascarillas infantiles, con las medidas adecuadas: 100% de algodón y de hasta seis capas, para aportar su granito de arena en esta crisis sanitaria.
Ana Galindo, de Trébol Joyeros, también decidió aportar su granito de arena ante esta crisis sanitaria que estamos sufriendo. Confinada en su casa, buscó la manera de ayudar, aunque ella decidió hacerlo de otra manera, acordándose de los más pequeños. Los niños también necesitan protección y Ana ha diseñado lo que ahora mismo pueden ser las joyas más preciadas para ellos: mascarillas.
Ana, propietaria de la joyería Trébol, un negocio familiar que vio la luz por primera vez en 1998 y que actualmente posee dos locales en Murcia, buscó una alternativa para ayudar en esta crisis. Ya que no puede vender su género, debido al estado de alarma, decidió colaborar con sus proveedores y contactos pero, esta vez, no para pedirles material de joyería precisamente, si no que para comprar en el extranjero mil mascarillas infantiles, con las medidas adecuadas: 100% de algodón y de hasta seis capas.
Tras 18 días de espera, pensando que por un momento no podrían llevar a cabo esta bonita iniciativa, Ana ya tiene las mascarillas. Después de varias inspecciones, por fin las ha recibido. Dichas mascarillas, además, tienen divertidos estampados, originales para los más pequeños, como flores, nubes y ciervos, cuentan con seis capas, tienen una protección interior y deben lavarse a 60 grados.
Ahora, Ana Galindo quiere donar estas mil mascarillas homologadas a dos de los hospitales de referencia de Murcia, la Arrixaca y Santa Lucía, donde se encuentran algunos niños hospitalizados con el virus u otros problemas. Ana también donará parte de estas mascarillas a la asociación Rascasa, que trabaja desde 1990 por la inclusión social en barrios desfavorecidos. Una iniciativa solidaria que llega en el mejor momento, ya que a partir del próximo lunes lo niños de hasta 14 años podrán salir a la calle, tal y como decretó el Gobierno.
A pesar de que otros comercios lo pueden tener más fácil, como aquellos que se dedican al mundo textil y, por lo tanto, tienen acceso a más fabricas, y, a pesar, que de este no es el sector de Ana, ella ha querido ayudar en esta situación acordándose de esa otra parte de la población tan vulnerable.