Con una filosofía que la define a la perfección y unos valores que nunca se pierden, Skull Rider es mucho más que unas gafas de sol o unas joyas. Es una marca con un gran trabajo detrás, una cara que transmite un estilo de vida diferente y un producto que más allá de calidad, se adapta a las exigencias del mercado actual.
En un momento donde el fast fashion ha ganado fuerza y las marcan producen en masa, es necesario buscar esas claves que diferencien una marca de otra. A esto también se suman las nuevas generaciones, esas que poco a poco exigen cada vez más y buscan un producto que transmita personalidad.
Skull Rider se ha consolidado en las tiendas y también en las redes sociales, generando mucho tráfico y ventas a través de su tienda online, convirtiéndose así en una marca reconocida. Quizás Jorge Lorenzo, propietario e imagen de la marca, o Stephen James, también conocido por @whoiselijah y un referente entre las nuevas generaciones, tengan mucho que ver; pero estos no son los únicos factores claves que han hecho que la marca esté hoy donde está.
Del mundo online a su otro punto fuerte: la comunicación. Ninguna marca está invirtiendo tanto en esta herramienta como ellos. Más allá de campañas de publicidad en redes sociales, contenido digital atractivo y acciones que mantienen activos a sus seguidores, Skull Rider gana presencia en la prensa escrita.
Con estrategias que identifican a la marca, donde desde el precio del producto hasta la imagen captan la atención del consumidor, el mundo online y la comunicación offline se unen a través de un gran trabajo interno.
Editoriales, portadas, publirreportajes o publicidad convencional son algunas de las acciones en las que Skull Rider decide invertir con el fin de, no sólo generar ventas, si no de mostrar una imagen de marca que atraiga a ese público que busca la atención a través de algo más que un producto. Prensa escrita especializada en moda, como las revistas Clara o Elle Portugal son algunos de los medios que la marca elige para labrar un camino directo al éxito. Al final todo se relaciona a un único fin, y cada paso que lleva hasta esa meta tiene que estar unido, ya sea un reportaje de tendencias, un embajador o una campaña en las redes sociales. Todo tiene que tener un sentido de principio a fin y, por eso, Skull Rider decide invertir grandes cantidades de dinero en cada ámbito que, a su vez, se convierte en la herramienta perfecta.
Y con esto, la conclusión evidente: Skull Rider ha sabido encontrar la herramienta perfecta que les ha llevado al éxito, con un ingrediente muy importante, la convivencia del mundo digital con el mundo offline. Así es como esta marca se convierte en un ejemplo para muchos, sobre todo, para aquellos que todavía dudan del éxito en el mundo online o aquellos que todavía consideran que hay que elegir un camino u otro, que todo no se puede. Aquí está la prueba. Ya no es que ambos mundos puedan convivir, es que el éxito se encuentra en que tanto el mundo online como el offline deben hacerlo, encontrando la manera perfecta de fusionarlos y convertirlos en un único camino.