La alta joyería ha recuperado uno de sus mejores momento durante la semana de la alta costura de París. Marcas de lujo como Cartier, Dior y Chaumet rompen con el secretismo y recuperan de nuevo la costumbre de exponer al público sus nuevas colecciones. La alta joyería vuelve a estar al alcance de todos, aunque sea durante un tiempo limitado.
Hasta entonces, solo un puñado de privilegiados compradores podían contemplar piezas exclusivas que formaban parte de la nueva colección. Ahora Cartier, la gran casa joyera, da la oportunidad a todos aquellos interesados, y que hayan sido rápidos en apuntarse a la cita a través de la página web, a contemplar hasta 120 piezas únicas, muchas de ellas nunca antes expuestas. Un experiencia inédita que ahora está al alcance de las masas.
Una paleta de colores intensos, impregnados en esmeraldas afganas y relojes engalanados en coral, con trampantojos y motivos de las tradiciones culturales de los cinco continentes son algunos de los detalles que forman esta nueva colección, bajo el título Coloratura.
Pero la cosa no acaba aquí. La Maison también ha organizado clases sobre la historia de la marca y sobre el buen hacer de sus talleres, además de mesas redondas en las que participaron invitados como la actriz Golshifteh Farahani, la arquitecta Laura González, el calígrafo Nicolas Ouchenir o el periodista de tendencias Loïc Prigent, sin contar con la directora artística de Cartier, Jacqueline Karachi.
Chaumet, la marca que contó con Napoleón Bonaparte entre sus primeros clientes, también expuso públicamente las 75 joyas de su nueva colección de alta joyería a comienzos de julio, algo habitual desde hace tres años. La muestra, que duró solo dos días, tuvo lugar en una boutique transformada para la ocasión por Alexandre de Betak, el organizador de desfiles de referencia al que recurren la mayoría de marcas de moda.
La colección de Alta Joyería Les Mondes de Chaumet se compone de tres capítulos: tres momentos que combinan el virtuosismo de la Maison con los sueños de otro mundo. La primera parada, Rusia, la segunda parada, Japón, y finalmente la tercera parada: África.
Dior tampoco faltó en esta cita. Ocupó el Museo de Arte de Moderno de París durante la semana de la alta costura, a comienzos de este mes, para presentar una colección titulada Dior Dior Dior que dejó a la vista de sus numerosos visitantes más de 200 joyas concebidas por Victoria de Castellane, directora artística de la firma desde los 90.
La colección de Alta Joyería Dior Dior Dior desvela virtuosos tesoros inspirados en la Alta Costura y los encajes que figuran en las imágenes de los archivos de Christian Dior. La idea original de esta colección fue la de cortar fragmentos de encaje para aplicarlos sobre la mano y transformarlos en coloridas joyas. A continuación, deformar la trama del tejido y recortar el arabesco y sus lazos para que el encaje despliegue libremente sus curvas sobre los collares, los anillos, las pulseras y los pendientes.
Un secreto oculto
Desde hace un tiempo se hacía impensable la posibilidad de visitar las casa de lujo y conocer las nuevas colecciones de alta joyería de primera mano, bien por motivos de seguridad o bien por el afán de exclusividad que guía al sector de lujo. Pero existen tradiciones que nunca deberían perderse y ahora ha sido el momento de recuperarlas.
Estas marcas francesas recuperan aquella costumbre habitual durante la primera mitad del siglo pasado, cuando no era infrecuente entrar en un tienda, sin cita previa, para admirar joyas de cualquier firma. Por ejemplo, a pocos días de la coronación de Jorge V, en 1911, la boutique de Cartier en la londinense Bond Street expuso 19 diademas encargadas por la casa real británica para que la plebe pudiera admirarlas.