Igualdad de oportunidades, liderazgo, confianza y empoderamiento para un futuro en el que el valor de cada persona sea lo más importante, independientemente de su género. Mientras continuamos avanzando en la sociedad reivindicando con esperanza que todos encontremos nuestro lugar con los derechos y la visibilidad que merecemos, charlamos con diferentes mujeres del sector joyero y relojero; ellas mismas nos transmiten su punto de vista a través de su trayectoria profesional.
Adriana Giraldez, Business Development Manager en Nivoda
¿Cómo crees que ha evolucionado el sector joyero desde tu punto de vista?
Llevo tres años en la industria, por lo que no he visto una evolución de primera mano a lo largo de décadas, pero sí he notado ciertos cambios interesantes. Cada vez hay más mujeres en roles de liderazgo, no solo en diseño, sino también en dirección de marcas de alta joyería y en la parte comercial. También veo muchas mujeres creando sus propias marcas exclusivas, lo que está diversificando mucho el sector.
Sin embargo, en ventas B2B, la mayoría de mis clientes siguen siendo hombres, aunque siento que cada vez me reúno con más mujeres. Esto es un indicio de que el mercado está cambiando y que las mujeres están tomando un papel más activo, no solo como consumidoras, sino también como tomadoras de decisiones en el negocio de la joyería.
Y, ¿cómo es su compromiso con la igualdad? ¿Todavía quedan retos a los que enfrentarse?
Creo que hay avances en igualdad de oportunidades, pero todavía quedan retos importantes. En algunos espacios sigue existiendo la percepción de que los hombres dominan la parte técnica y comercial, mientras que las mujeres están más enfocadas en el diseño o el marketing. Sin embargo, esto está cambiando con más mujeres liderando equipos de ventas, gestión de producción y desarrollo de negocio.
Aún existen prejuicios sutiles. A veces, cuando una mujer es joven o encaja en ciertos estereotipos de imagen, puede ser subestimada en términos de conocimiento o capacidad dentro de la industria. Sin embargo, la mejor manera de romper esas percepciones es con hechos: con trabajo, preparación y resultados. Afortunadamente, cada vez hay más espacios donde se reconoce el talento femenino sin poner etiquetas.
Cuéntanos un poco sobre tu experiencia como mujer en tu trayectoria profesional
Mi experiencia ha sido muy positiva en general, aunque con ciertos desafíos. Me ha tocado demostrar mi conocimiento y capacidad más de una vez, pero lo he hecho con confianza y perseverancia.
Uno de los mayores aprendizajes que he tenido es que la credibilidad no se da por sentado, hay que construirla con cada interacción. En el sector joyero, donde las relaciones son clave, he aprendido a generar confianza con mis clientes y compañeros a través del conocimiento, el trabajo constante y la transparencia.
¿Qué ha sido hasta ahora lo más satisfactorio o lo que te ha hecho llegar hasta donde estás hoy?
Lo más satisfactorio ha sido ver mi propio crecimiento y la confianza que he construido en mí misma. He trabajado en entornos muy exigentes, donde cada resultado cuenta, y he aprendido a manejar la presión, negociar y construir relaciones estratégicas con clientes clave.
También ha sido muy gratificante ver cómo puedo generar impacto en el sector, ya sea impulsando nuevos negocios, liderando equipos y compartiendo conocimientos con mis clientes. El camino no siempre ha sido fácil, pero cada obstáculo ha sido una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
Además, la resiliencia ha sido clave. En ventas y en el mundo de la joyería, hay momentos de incertidumbre, clientes difíciles o negociaciones retadoras, pero aprender a manejar esas situaciones y salir más fuerte de ellas ha sido una de las mayores satisfacciones de mi trayectoria.
¿Qué crees que aporta la figura de la mujer a esta industria?
Creo que las mujeres aportamos una combinación de visión estética, comercial y estratégica. La joyería no es solo un producto, es una forma de expresión y un símbolo de momentos importantes en la vida de las personas. Nuestra capacidad para conectar con esas emociones y traducirlas en diseños, experiencias de compra o estrategias comerciales es una gran fortaleza.
Además, muchas mujeres llevamos el estilo y la elegancia en la sangre, y eso se refleja en cómo evolucionan las tendencias y en cómo la industria se adapta a nuevas formas de consumo.
¿Una mujer que te inspire?
Sin duda, Carolina Herrera. No solo porque es venezolana como yo, sino porque representa elegancia, disciplina y visión de negocio a nivel global. Lo que más me inspira de su historia es que comenzó su imperio en la moda a los 42 años, sin una formación tradicional en diseño, pero con una claridad y determinación que la llevaron a construir una de las marcas de lujo más icónicas del mundo.
Su trayectoria es la prueba de que nunca es tarde para empezar algo nuevo, que el talento y la confianza en uno mismo pueden abrir puertas, incluso en industrias tan competitivas como la moda o la joyería. También me inspira su mentalidad de trabajo impecable y su filosofía de que la verdadera elegancia está en la actitud, algo que también se refleja en la industria joyera, donde el detalle y la sofisticación son esenciales.
Creo que su historia es un recordatorio para todas las mujeres de que no importa cuándo empieces, lo importante es cómo lo haces y la visión con la que lo llevas adelante.
¿Cuál es tu mensaje para las nuevas generaciones de mujeres que se interesan por esta industria?
Que no tengan miedo a lo desconocido. Hay muchísimo material disponible para aprender, y la clave está en la curiosidad, la perseverancia y en rodearse de personas que puedan aportar valor.
Si algo he aprendido en mi camino es que el que persiste, gana. La industria de la joyería puede parecer cerrada desde fuera, pero hay espacio para quienes se preparan, se informan y saben conectar con la gente.
No se necesita venir de una familia joyera o tener un camino «perfecto» trazado. Con determinación y ganas de aprender, se pueden abrir muchas puertas.