Con presencia en 90 países en la actualidad, se trata de una verdadera historia de éxito que en España y Portugal está comandada por Ibelujo.
En tres décadas Frederique Constant ha logrado democratizar la medición del tiempo con la ayuda de refinados relojes de pulsera suizos dotados de una elegancia siempre excepcional. Ahora, el 5 de junio, estrenará una ampliación de 3.000m2 en su manufactura con sede en Plan-les-Ouates, Ginebra (Suiza), que le permitirá doblar la producción. Con presencia en 90 países en la actualidad, se trata de una verdadera historia de éxito que en España y Portugal está comandada por Ibelujo y su responsable, Charles Gastine, desde 2012. En nuestro país Frederique Constant se define con una política comercial bien clara. “Hablamos el mismo lenguaje que el joyero. Nosotros mismos somos una distribuidora independiente, muy similar a cualquier joyería. Estamos para ayudar y somos el socio idóneo a la hora de poner en manos del cliente final un reloj de lujo a un precio tan asequible que incluso le depara una grata sorpresa”, explica Gastine. Clase, refinamiento y “savoir faire” 100% suizo para una categoría que siempre tendrá espacio en una joyería-relojería que se enorgullezca de su oficio y tradición.
“Il n ́y a pas de fatalisme”, indica Charles Gastine en su lengua materna. ¡Porque no hay lugar para el fatalismo! “La relojería suiza no está muerta, ni mucho menos. Recuerde que con la llegada del cuarzo se produjo un momento de pánico. De acuerdo, no vamos a hacer relojes tan exactos, pero es la gracia del reloj suizo automático y lo que transmite: artesanía, elegancia, un estatus… Estoy convencido que juntos, con nuestros joyeros, seguiremos colocando en las muñecas de millennials y de la generación Z nuestra particular forma de medir el tiempo”.
Una labor que resulta más entusiasta cuando se elige bien el partner, como Frederique Constant. “Compañía de origen familiar de respetable trayectoria, modelaje adecuado y PVPs que van desde los 570 a los 4.000 euros cuando hablamos de calibres propios. La relación calidad-precio es una de las mejores del mercado”, indica el responsable de Ibelujo. Por eso se enamoró de la marca hace ocho años y continúa trabajándola con cariño y esmero en nuestro país. La labor de posicionamiento de la firma se ha desarrollado de forma bastante selectiva: “Estamos en las mejores joyerías españolas y portuguesas y trabajamos muy bien con El Corte Inglés, en 35 de sus puntos de venta, la mitad corners propios. Esta fase ya está consolidada. Ahora toca una segunda a nivel provincial. Calculamos en llegar a acuerdos con 25-30 puntos de venta, no más”.
Los valores FC
Con Gastine repasamos los valores que definen a Frederique Constant desde sus inicios en 1988, de la mano de Aletta Stas-Bax y Peter Stas, y que han permanecido en su ADN y en el que en cara en su nueva etapa de expansión internacional, ya que pretende doblar en un máximo de cinco años su producción. “Somos el número dos mundial en nuestro segmento, solo por debajo de Longines, y en verdad nos diferenciamos mucho de nuestros competidores, más clásicos y menos innovadores”.
– “Live your pasion”. En su lema se reconoce la pasión con la que en Frederique Constant crean relojes bellos y de alta calidad con un acabado impecable. Pasión que se refleja en todos los detalles de artesanía, diseño e innovación de sus modelos.
– Permitir que cada vez más gentedisfrutedellujo.“Nuestro objetivo no consiste en circunscribir el interés por los relojes Frederique Constant a un círculo limitado y elitista de expertos– explican sus responsables de comunicación-, sino que pretendemos llegar a un público amplio, amante de la relojería, deseoso de disfrutar de unos relojes de alta calidad a un precio asequible”. Ello se traduce en números. Relojes por debajo de 1.000 euros si se trata de cuarzo e incluso automáticos, manufactura comercial desde 2.290 euros hasta 4.000, unos 8.000 para el calendario perpetuo y sobre 20.000 el tourbillon de acero.
– Modelaje elegante, pero actual. Un simple vistazo a sus esferas constituye el mejor argumento. La calidad del diseño, los materiales y la ejecución son valores perceptibles de la marca y constituyen una de las claves de su éxito. Cada reloj se ensambla a mano y se revisa exhaustivamente con el equipamiento más avanzado para garantizar la máxima calidad y durabilidad, pero la efervescente creatividad es otro pilar básico. “Cada año lanzamos 40 referencias y anulamos la misma cantidad. Estamos muy al día en nuestros diseños que evolucionan cada año”, aclara el responsable de Ibelujo. El modelaje es básicamente masculino, pero casi el 40% se destina a la mujer.
– Visión de vanguardia. En 1994, Frederique Constant desarrolló su primer reloj Heart Beat. La idea en que se basaba el Heart Beat, inédita hasta entonces, era mostrar la naturaleza mecánica de estos relojes. Los modelos Heart Beat cuentan con una abertura en la esfera, a la altura del volante, que revela los detalles que los convierten en relojes mecánicos. En los años 90, Frederique Constant ya había previsto el resurgimiento de los relojes mecánicos tras la duradera crisis del cuarzo. Siguiendo está línea en 2004 lanzó el primer calibre FC-910 Heart Beat Manufacture. “En la actualidad, disponemos de 29 calibres propios, muy pocas marcas tienen tal cantidad y calidad, y a un precio medio de 2.300 euros”, resume Gastine.
La innovación constituye uno de los valore sesenciales del grupo. No solo en la más pura tradición relojera. Por esto resultaba lógico que se enfocara a su vez en añadir opciones inteligentes a los relojes de cuarzo, caracterizados por su simplicidad, como los dos nuevos presentados este mes. El pasado año Frederique Constant se atrevió a su vez a dotar de esta alta tecnología a un reloj mecánico de manufactura. Buena parte del presu- puesto de I+D se dedica al desarrollo de calabres propios, pero también al apartado tecnológico para los relojes conectados.
– Segunda marca mundial en su segmento. Colecciones muy comerciales, calidad y precios asequibles la definen y la hacen una excelente aliada para el joyero en su segmento, respondiendo a las necesidades de hoy.
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