Si hablamos de un robo de película tenemos que hablar del más discreto que ha ocurrido en Barcelona la semana pasada. Mientras todos los focos y miradas se posaban sobre lo que había ocurrido en Castelldefels, en una reputada joyería de Paseo de Gràcia, en Barcelona, un individuo trataba de perpetrar uno de los robos más asombrosos de los que han trascendido en los últimos tiempos.
Ocurrió el miércoles pasado, al mediodía, en la joyería Bulgari. El individuo había adquirido a través de un comercial de la casa de joyería, un anillo valorado en más de siente millones de euros. La pieza estaba depositada en la caja fuerte de la tienda que Bulgari tiene en Barcelona, mientras se últimaba el pago.
Al establecimiento llegó un individuo en nombre del comprador. Quería verificar el estado de la pieza. Traía consigo una caja y pidió a las dependientas que introdujeran el anillo en su interior, porque la joya quedaría precintada. Era una petición del comprador, para estar más tranquilo. Accedieron.
Pero la caja tenía truco. Se trataba de una especie de instrumento de magia, con un doble fondo. El anillo fue introducido en la caja y en algún momento del proceso, aquel hombre logró sacar con gran habilidad la joya del compartimento secreto y guardarla discretamente en su bolsillo. Algún detalle, algún gesto debió despertar la sospecha de los dependientes. Con absoluta discreción, quisieron comprobar que el anillo continuaba en el interior de aquel estuche, antes de guardarlo en la caja fuerte del establecimiento. Y en ese instante comprobaron que allí dentro no había nada.
Los empleados accionaron la alarma de atraco, indetectable para los que están en el interior. Una patrulla de los mossos se personó en la joyería. El anillo fue localizado en uno de los bolsillos de aquel intermediario. El hombre quedó detenido y acusado de una tentativa de hurto.
Un robo de película si hubiera logrado huir de allí con siete millones de euros en un solo bolsillo.
Fuente: La Vanguardia