Se estima que el oro pueda volver a alcanzar esos niveles máximos a finales de 2022
En el primer trimestre del año, el precio del oro en dólares subió un 8% y la demanda de oro —excluyendo los OTC (over the counter)— aumentó un 34% interanual, la más alta desde el cuarto trimestre de 2018 y un 19% por encima de la media de cinco años. Ahora se registra el primer descenso desde finales de enero de este mismo año.
La invasión de Ucrania y el aumento de la inflación fueron factores clave que impulsaron tanto el precio del oro como la demanda y, aunque el oro continúa siendo un activo refugio, esta semana se registra el primer descenso del oro en lo que va de año, pasando de los 1.800 dólares la onza a los 1.760 dólares. Su cotización retrocede sobre un 1% en el año, pese a que desde que marcó máximos anuales el 8 de marzo en los 2.050 dólares la onza se desploma un 14%.
El fortalecimiento del dólar es uno de los motivos de este descenso aunque, como ya anunció World Gold Council, la demanda mundial del oro por inversión tendrá una trayectoria creciente en lo que queda de año, ya que en este 2022 ha sido uno de los activos con mejor rendimiento a pesar de encontrarse en un ambiente de riesgo geopolítico y una inflación alta en términos históricos. Desde WGC indicaron también que existe un interés por parte de los inversores por buscar activos de refugio, lo que conlleva a que el oro de inversión continuará creciendo este año, esperando también una desaceleración en la demanda de joyería y tecnología.
Pese a todo ello, casas de análisis como Bank of America o Goldman Sachs estiman que el oro pueda volver a alcanzar esos niveles máximos a finales de 2022 y situarse en los 1.925 y los 2.500 dólares la onza respectivamente.