Ya en 2017 el Colegio de Joyeros de Catalunya se mostró opuesto a bajar el límite de pago en efectivo de 2.500 a 1.000 euros y así se logró entonces. Cuatro años después, cuando esto ha ocurrido, pedimos la opinión de su presidente Àlex Riu.
La Ley contra el Fraude se ha colado de imprevisto ante el sector. El JORGC ya lo avisó hace cuatro años, oponiéndose a la medida de bajar el límite de pago en efectivo de 2.500 a 1.000 euros. El sector joyero se sumó entonces a la disconformidad manifestada por otros colectivos como la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) y la Confederación Española de Comercio (CEC). Lo que en 2017 fue una propuesta de Gobierno tumbada por los grupos de presión empresariales, ya es realidad en el BOE desde mediados de julio.
La pasada semana publicamos la noticia con ayuda del Gremio de Joyeros de Madrid. Ahora hemos pulsado la opinión del JORGC a través de su presidente, Àlex Riu. El colegio catalán considera la reducción de los pagos en efectivo a 1.000 € como una medida no sólo inefectiva, sino perjudicial para el comercio. Su postura se mantiene inalterada en este sentido.
Según declara Àlex Riu, “Desde el punto de vista del Colegio, es totalmente cuestionable que realmente esta medida vaya a tener impacto alguno en la reducción del fraude fiscal, que es el objetivo finalmente declarado, si es que no llega a traducirse en lo contrario. Este tipo de medidas son claramente un obstáculo a la libertad de los consumidores de elegir su medio de pago y deseamos que no tengan trascendencia en las operaciones de joyería y relojería”
De hecho, afirman desde el JORGC, es posible que una parte de las empresas de cualquier sector económico en general opte por pasar a no declarar las operaciones con tal de satisfacer las peticiones de sus clientes, con lo cual se daría la paradoja de que la medida incentivaría los pagos en negro.
Si bien es cierto que este límite de pagos en efectivo para los no nacionales es más amplio -10.000 €- no debemos olvidar que también aquí se ha reducido desde los anteriores 15.000 €, lo que perjudicará a muchos negocios de joyería y relojería en las zonas de más turismo -incluso cuando este aún está lejos de los niveles previos a la pandemia.
Como agravio comparativo, hay que recordar que este es un campo en el que esta medida es estrictamente de ámbito nacional y no obedece a ninguna acción de conjunto en el seno de la Unión Europea. Es más, observa Riu, “parece olvidarse que el Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) sentenció a inicios de febrero de este año que ninguna normativa nacional podía excluir la posibilidad de usar billetes de euros en sus pagos, o legislar intentando eliminar el uso de dichos billetes; o al mismo hecho de que hay países europeos -caso de Alemania- en el cual no hay ningún tipo de limitaciones”.
Hace cuatro años, el presidente del Colegio ya declaraba que era previsible una reducción natural del uso de efectivo ante el avance del pago electrónico, y que el sector de la joyería y relojería estaban adecuándose rápidamente a las nuevas tendencias. Desafortunadamente la valoración final del 2017 no ha perdido nada de validez en este 2021: “En tanto no haya una armonización entre los diferentes países de nuestro entorno, y los consumidores hayan hecho esta paulatina transición en forma natural y gradual, no vemos ventaja alguna en aplicar una medida que causará el máximo perjuicio a nuestro sector. Una propuesta que no se centra en el origen real de las causas del fraude y puede acabar llevando a un resultado completamente opuesto al buscado”.
Àlex Riu da por descontado que el sector joyero y relojero catalán se adecuarán a esta nueva limitación, como siempre hace ante los cambios legislativos. Pero ciertamente esta es “una medida totalmente contraproducente y que parece un sinsentido en momentos de crisis y necesidad de reactivar un consumo que sigue atenazado ante la incertidumbre económica”.