Brilló, y lo hizo literalmente. Y es que más allá de los looks que los ángeles han lucido en el desfile de este año, las joyas han sido protagonistas absolutas. El desfile de Victoria’s Secret ha ocurrido por fin, con una triste despedida, con nuevas caras, con estampados inesperados y con el famoso fantasy Bra.
Desde Septiembre y hasta enero, los eventos de moda están servidos; pero si hay una fecha que destaca en este mes es el tan esperando desfile de Victoria’s Secret 2018. En esta ocasión los ángeles han vuelto a casa y Nueva York fue el escenario elegido para el desfile de lencería más esperado.
Alessandra Ambrosio, que colgó sus alas el año pasado, y Lily Aldridge, embarazada de su segundo hijo, no han desfile esta vez; aunque si hemos podido ver nuevas caras como la de Winnie Harlow, la modelo, que padece vitiligo, rompió esquemas he hizo que este desfile fuera más diverso, o el regreso de Kendall Jenner. Pero para momento emotivo el de Adriana Lima, que entre lágrimas y muy emocionada se despedía de sus alas, anunciando que este sería su último desfile. -Te echaremos de menos Adri-.
Aunque hasta el próximo 2 de diciembre no podremos verlo, lo que sí tenemos son las primeras imágenes. Para nuestra sorpresa, y que nos ha encantado, el estampado tartán protagonizaba el comienzo de este desfile, con Kendall Jenner y Bella Hadid en cabeza. Tampoco faltaron esos trajes a los que ya estamos acostumbradas pero que siempre nos sorprenden, esta vez adornados con cristales y plumas. La colección deportiva tampoco ha faltado, ni la colaboración de este año con Mary Katrantzou, donde las flores eran protagonistas.
Ni el famoso Fantasy Bra. Elsa Hosk ha sido la elegida para lucir la pieza este año; un sujetado valorado en dos millones de dólares aproximadamente y diseñado con más de 2.100 diamantes sintéticos, creados por Swarovski de forma responsable y engarzados sobre la estructura de plata en forma de sujetador (lo complementa una cadena corporal). Para su concepción han sido necesarias más de 930 horas de trabajo. ¿Su nombre? Dream Angels.
La otra creación más brillante ha sido la que lució Romee Strijd: un traje de 70.000 cristales, diseñado también por Swarovski.