Hacía tiempo que los agentes de la comisaría que investigaban el robo tenían identificado al sospechoso.
El ladrón que robó a finales del pasado mes de diciembre una manta en la que había unas 35 cadenas de oro valoradas en unos 30.000 euros, ha sido detenido por agentes de la Policía Nacional y el juez de instrucción que le tomó declaración ha decidido enviarle a prisión preventiva tras interrogarle. La joyería de la rúa Travesa, ubicada en Santiago de Compostela, es la afectada de este robo.
El sospechoso había actuada a cara descubierta y a plena luz del día, por lo que hacía tiempo que los agentes de la comisaría que investigaban el robo tenían identificado al sospechoso, Manuel V.V. Otro dato importante es que cuando el ladrón dio el golpe habías otras personas en la joyería, situada en la zona monumental, incluido un policía local jubilado que intentó sin éxito retenerle.
Los hechos sucedieron en el pasado mes de diciembre, sobre las 13 horas, cuando el ladrón entró en la joyería solicitando ver cadenas de oro ya que, tal y como él aseguró, quería comprar una. El joyero, que no se esperaba lo que estaba a punto de suceder, sacó una manta en la que había unas 35 cadenas valoradas en 30.000 euros y la puso sobre el expositor para que el falso cliente pudiera observarlas. Se probó una y dijo que le gustaba y en cuanto el propietario del negocio se giró un poco, el joven aprovechó para coger la manta y salir corriendo con ella.
Aunque el ladrón no era la única persona que se encontraba en el local en esos momentos, ya que también estaba un policía local jubilado que en ese momento le zandadilleó para intentar frenarle, pero no consiguió evitar que se escapase a la carrera en dirección hacia el norte de la ciudad, aunque cierto es que durante la huida perdió alguna de las cadenas. Esta mercancía, encontrada en la calle Algalia de Arriba, pudo ser recuperada y entregada al joyero, que inició que estaba valorado en unos 900 euros.
Tras presentar denuncia en comisaría, la Policía Nacional tomó declaración a los testigos y revisó las cámaras de seguridad, que permitieron identificar al sospechoso. La investigación además determinó que alguna de las cadenas de oro sustraídas había sido vendida en Pontevedra por una mujer que tiene una relación sentimental con el joven detenido y en prisión provisional. Otra pequeña parte de la mercancía también fue vendida en Santiago y pudo ser también recuperada por los investigadores.
Fuente: La Voz de Galicia / Fotografía: Sandra Alonso