El reloj es el complemento que nunca coge polvo en el joyero, que nunca pasa de moda y que nunca deja de escribir nuevas historias.
Una historia, un destino, millones de recuerdos. El reloj es la pieza por excepción que rompe con todas las reglas, esas que bailan entre “lo viejo y lo nuevo”; y es que si algo tiene este complemento es que nunca es lo suficientemente viejo, porque su vida es inagotable, y, aunque sea nuevo y se reinvente a cada minuto, guarda siempre el valor que le describe desde su creación. El reloj es el complemento que nunca coge polvo en el joyero, que nunca pasa de moda y que nunca deja de escribir nuevas historias.
Mientras la sociedad cambia y las nuevas generaciones se vuelven cada vez más exigentes, el reloj es el único complemento que ha conseguido colocarse en el podio de los “únicos e imprescindibles” y, a la par que nacen nuevas marcas con diseños que gritan tendencia y modernidad, los clásicos considerados ya iconos se miran con buenos ojos, incluso se aprecian más ahora que en su nacimiento. Es decir, el que siempre ha sentido amor por los relojes sigue cuidando esta historia de amor, y aquel que acaba de descubrir su pasión por este complemento sabe valorar lo que hay detrás de una pieza con tanto valor. Y esto demuestra que, pase lo que pase, un reloj es una joya en el tiempo que nunca pierde su esencia.
Aunque en sus inicios se consideraba un complemento necesario por su funcionalidad, desde hace tiempo, sobre todo ahora, es más un sello de identidad, un estatus, una generación familiar, un regalo especial…el reloj se ha convertido incluso en un complemento de moda. Así es que, desde sus inicios y hasta ahora han pasado décadas; tiempo en el que algunos de los diseños más icónicos se han renovado y rediseñado, mientras que otros ven la luz en una sociedad digital y moderna.
Un recorrido por las piezas más icónicas
Los maestros relojeros ponen todos sus conocimientos en piezas que son ya un hito en la historia del reloj, y un sello para la marca. Desde la creación de un diseño, hasta su rediseño temporada tras temporada; desde la invención de alguna complicación hasta las nuevas tecnologías. Sin ir más lejos, el Rolex Oyster, creado en 1926; una pieza que fue todo un éxito por ser pionera en el desarrollo del reloj de pulsera moderno. Desde que Rolex lo patentara en el mismo año de su nacimiento, el Oyster se ha convertido en el conductor de muchas otras innovaciones, como la cuerda automática para el rotor Perpetual, que definieron la reputación de Rolex tal y como la conocemos hoy.
Patek Philippe también es protagonista si hablamos de iconos, y es que desde la maison lanzaron el primer reloj de pulsera con calendario hermético, en 1925, y en 1985 el primer reloj con calendario perpetuo extraplano. Estos modelos son fragmentos de la historia de la relojería y también los que posicionaron a la marca como líder de los relojes de pulsera complicados. Desde entonces, Patek Philippe no ha cesado en la reedición de este modelo tan especial como tributo a su historia y sus valores.
La historia del tiempo de Suarez también tiene un especial punto de partida que dio origen a una larga y exitosa historia de amor entre la familia Suárez y la relojería. Todo comenzó en 1950, cuando Emiliano Suárez Faffián diseña, fabrica y lanza su primer reloj de hombre, Zeraus, una pieza de diseño sencillo y con un importante peso emocional para la familia. La relojería ha sido uno de los pilares para el crecimiento de la compañía y hasta ahora Suarez ha confiado en grandes casas relojeras para ofrecer este producto a sus clientes. Desde ese momento y hasta el presente, Suarez ha otorgado a la relojería el protagonismo que se merece y Evva e Imante son dos de sus últimas joyas del tiempo que nacen en la actualidad.
Esto demuestra que la historia de un reloj es el sello de la marca, su reputación, lo que hace que entre ellas se diferencien y se posicionen. A lo que se suma el valor tradicional que ciertas cosas no pierden, por que es cierto, hay cosas que nunca cambian y dicho valor, incluso el valor sentimental, se mantiene vivo en el tiempo.
De iconos a los relojes ‘millennials’
A pesar de mantener la magia y el savoir faire relojero, hay otras marcas que nacen con el objetivo de llamar la atención de las nuevas generaciones, de romper las reglas sin dejar de lado la calidad de un buen reloj. Es decir, las nuevas marcas tienen ese equilibrio entre todo lo que significa un reloj y un diseño actual, moderno, diferente y único. Y esto puede ser el mejor ejemplo que define la historia del reloj, desde sus inicios con marcas ya icónicas, hasta “los nuevos tiempos”.
Superb acaba de llegar al mercado haciendo mucho ruido, no solo por su diseño nunca visto hasta ahora, si no que también por esa filosofía donde la felicidad es la base de todo. Cada ingrediente que da vida a esta marca es todo lo que la sociedad actual necesita y exige; una marca motivada por sentimientos, experiencias y el entusiasmo de lucir un reloj que te identifique, que te haga sentir especial.
Button Watch enamora a sus clientes con diseños que se caracterizan por correas de cierre de botón clásico y estampados que se inspiran en cualquier cultura, tendencia o ciudad. Sus últimas propuestas son el reflejo entre una dosis de clasicismo y un toque de actualidad expresadas a través de colaboraciones con El Ganso o Alice Campello.
Potens es esa marca relojera de toda la vida, tradicional por cada costado, pero un claro ejemplo de como hay que aprovechar la oportunidad de acercarse a los millennials. Sin perder su saber hacer relojero y manteniendo su buen trabajo en cada reloj que crean, encuentran la inspiración en este mundo actual para crear un reloj de calidad con un diseño apto también para los más jóvenes.